Han transcurrido ya tres semanas del contundente triunfo que convirtió a Nicolás Maduro en Presidente Reelecto para el período 2019-2025. Ya en anteriores artículos nos hemos referido al contexto en el cual se dio esta victoria y a las exigencias que tiene el pueblo planteado en esta nueva etapa. No somos ilusos en pretender que la agobiante situación en que transcurre la cotidianidad que vivimos la mayoría de los venezolanos, pueda resolverse en el corto plazo. Pero, nos preocupa sí, que transcurridos estos días no se hayan tomado algunas acciones que en nuestro criterio, y por escuchárselo a diario al ciudadano de a pie, han podido tomarse. Algunos podrían decir, y con seguridad lo hacen, que debemos tener calma y que si se actúa con precipitación no vamos a resolver en profundidad la problemática planteada. Otros, dicen que la solución es una tarea colectiva y que el pueblo debe actuar y reclamar con fuerza ante cualquier atropello y abuso de los especuladores de cualquier tipo. Eso no lo ignoramos, pero a decir verdad, lo que escuchamos a diario en las distintas colas, en los autobuses, en carros por puesto y en los sitios de concentración pública sólo refleja una mezcla de decepción, angustia e impotencia, para decirlo de una manera muy, pero muy suave.
Sigo insistiendo que la mayoría de las cosas inscritas en la agenda post-electoral era necesario hacerlas. Pudiéramos estar o no de acuerdo con las cosas allí discutidas, decididas o anunciadas. Pero no tengo ninguna duda en afirmar que la gente reclama acciones de mayor contundencia, de mayor impacto, que tengan resultados concretos y visibles. Y pudiéramos señalar algunas cosas que la gente dice en la calle que pudieran haberse hecho y sin embargo no se ha hecho nada. Aquí en este portal han sido señaladas alguna de ellas. Veamos:
EL BACHAQUERISMO: esta plaga en sus múltiples modalidades, PARECE QUE VINO PARA QUEDARSE. En todas partes hay un tarantín, con o sin punto de venta, donde se venden artículos de la cesta básica sin ningún tipo de regulación. Y seguramente hay una red de tarantines, detrás de los cuales hay un mafioso encopetao. Los precios varían de un sitio a otro, pero tienen algo en común TODOS SON PRECIOS ESPECULATIVOS. Si antes para adquirir algún artículo, uno necesitaba 500 , 800 o un millón, Hoy son contados los que bajan del millón. Y mañana dos, tres, o más millones , no serán suficientes. Y estamos hablando de UN SOLO ARTICULO. Mientras continúen proliferando estos tarantines de asalto permanente, por supuesto, su control cada vez más se dificulta. Esta plaga llegó a donde está por ausencia de una acción efectiva y contundente del gobierno. La gente reclama, con razón, que se ofreció en este nuevo período que las cosas iban a ser diferentes. LA DIFERENCIA, HASTA AHORA, NO LA HA VISTO NADIE. ¿ Pudo haberse actuado en estas semanas transcurridas desde el 20M?. TODO EL MUNDO CREE QUE SÍ, INCLUIDO QUIEN ESTO ESCRIBE. Como dice TEOFILO SANTAELLA, en sus artículos ¡SE CANSA UNO!.
LA ESCASEZ DEL EFECTIVO: Este es otro problema que ya lleva su tiempo y no se le ve por ninguna parte fin a este “CORRALITO” decretado por la banca pública y privada. Atrás quedó el aspaviento que en su momento causó la suspensión de circulación de los billetes de a cien. Prórroga tras prórroga, hasta hacerla indefinida, lo que algunos calificaron de acción maestra de Maduro, apenas sirve hoy para “comprar” una gasolina regalada. Igual sucedió con los billetes de “alta” denominación del vigente cono. Incluso, ya bachaqueros y especuladores de variada calaña, no aceptan los de 500. Y se dice que los de 100.000 circulan en mayor cantidad en ciudades fronterizas de países vecinos que en las nuestras. La entrada en vigencia del nuevo cono monetario había despertado cierta esperanza en los que a diario salen temprano de sus casas a la “caza de efectivo”. Pensaban que eso, por lo menos por un tiempo, agobiaría esa tediosa faena diaria al poder retirar de una sola vez una mayor cantidad de efectivo. La decisión de prorrogar esta medida, luego del encuentro con los banqueros, se convirtió en la brisa, que como dice la canción aquélla, “ y llegó la brisa, zuas y me la apagaba”. Sí, una pequeña luz que se desvaneció en el túnel oscuro de la penosa situación que vivimos. ¿FUE EL GOBIERNO EL QUE LE HIZÓ EL FAVOR A LOS BANQUEROS, O LOS BANQUEROS QUE SIN QUERER ¿ O QUERIENDO?, LE SACARON LA PATA DEL CHARCO A UN BANCO CENTRAL “QUE NO DA PIE CON BOLA”? .
EL ATRACO DE LOS PUNTOS DE VENTA: Las penurias que acarrea la escasez de efectivo, se ha convertido en una fuente de especulación más en los llamados puntos de venta. El porcentaje del 20% que cobraban los chinos y algunos criollos inescrupulosos por suministrarnos efectivo con la tarjeta de débito, y que a algunos nos alarmaba, se quedó “chiquito” con lo que hoy sucede con los PUNTOS DE ATRACO. Sí, de atraco. Cualquier venta o compra, o como mejor le agrade , es un atraco, en la más vulgar acepción de la palabra. Si cuando comenzó esta perversa especulación el precio de un producto en los puntos de atraco era el doble de la compra en efectivo, hoy este porcentaje de sobreprecio se triplica o cadruplica. Y esta especulación se realiza de manera descarada. Es pública, notoria y hasta comunicacional. Y SENCILLAMENTE A QUIÉN LE CORRESPONDE ACTUAR, NO ACTÚA. Y CON RAZÓN, TAMBIÉN DE MANERA PÚBLICA Y NOTORIA, EL PUEBLO DICE: “PARECIERA QUE NO HAY GOBIERNO”. Los puntos de venta los entregan los bancos, con lo cual, dicho sea de paso, tienen también un sucio negocio. Los bancos se supone son supervisados por SUDEBAN, y éste es un organismo del Gobierno adscrito, creo, al Ministerio de Finanzas. ¿Y ENTONCES, QUE IMPIDE QUE EL GOBIERNO ACTÚE? . Se dice que hoy las compras que se hacen, alrededor del 80% son “electrónicas”. Y se aspira llevarlas a un 95%. Pero, mientras tanto “ quién le pone el cascabel al gato” con el atraco de los hoy existentes.
EL TRANSPORTE PUBLICO: Este es un problema que paulatinamente ha venido agravándose en las principales ciudades del país, para alcanzar hoy dimensiones de carácter nacional. Es más crítico en algunas ciudades y estados que otros, pero, sin dudas, hay que atenderlo ya, antes de que se agrave más y pueda convertirse en una fuente incontrolable de estallido social. Con el problema del alza desmedida, de repuestos, cauchos, baterías y lubricantes son cada vez más los venezolanos que hoy hacemos uso del transporte público. Es, por lo tanto, un problema que causa malestar a la mayoría de nuestro pueblo que se agrava más con la permanente alza de tarifas y la ya mencionada escasez de efectivo. Para eso existe una MISION TRANSPORTE, de la cual hasta hace poco hacíamos bastante alarde publicitario. Y hay que reconocer que obtuvo logros importantes. Pero de un tiempo para acá, son notorias las cada vez más visibles ineficiencias. Al frente de esta responsabilidad está uno de los ministros “imprescindibles” del ya bastante criticado “ enrosque ministerial”. En algunas ciudades el problema reclama medidas de carácter urgentes y debe ser decretada la emergencia. Entendemos que esta no es sola responsabilidad del gobierno central, ni del ministerio aludido, es también responsabilidad, y bastante, de Gobernadores y Gobernadoras, de Alcaldes y Alcaldesas.
Pudiéramos señalar algunas cuestiones que reclaman acciones contundentes del gobierno y que ya deberían estar ejecutándose y/o implementándose. Las 4 señaladas son sólo expresión de una gama de ellas que con verdadera voluntad política, desde hace tiempo pudieran haberse reducido a su mínima expresión o eliminado por completo. Pero no. Como lo ha denunciado Ud. mismo Presidente, el burocratismo y la indolencia hacen de la suya y , como es natural, los problemas lejos de solucionarse se agravan. Y ud., Señor Presiedente, ante los ojos del pueblo es el máximo responsable, aunque por oficio, privada o públicamente haya dado las instrucciones del caso.
Señor Presidente, camarada Nicolás, o Nico, como le dicen a Ud. desde siempre quienes más le conocen, y que se hizo popular en la campaña reciente, el pueblo que por Ud. votó reclama con toda razón y derecho acciones contundentes contra los múltiples males que le agobian. Quién esto escribe, sólo es un humilde portavoz de ese clamor popular. Nadie me lo ha pedido, pero porque a mí me duele y a la lucha por un cambio social he dedicado mi vida, creo estar cumpliendo con mi deber al exigir un derecho, un derecho que es de todos.
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