La relación política entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, aunque algunos digan lo contrario, se encuentra dislocada y está casi fracturada. El hecho de que el propio José Luis Rodríguez Zapatero confiese que nunca habla con el ahora presidente de la "constituyente"¹, sino sólo con Delcy y Jorge Rodríguez es una revelación de lo complicada que están las relaciones en la cúpula madurista. O sea, que desde hace tiempo que la escasa tropa que acompaña a Cabello se distanció de Miraflores.
Es más, la decisión "unánime" de colocar a Cabello como "suplente" en las funciones que ostentaba Delcy Rodríguez, como lo dejó entrever palabras más, palabras menos, Nicolás Maduro cuando aseguró que la designada "vicepresidenta" de la República recibió el "permiso" de la "constituyente" para acompañarlo en funciones de burocracia, dejan claro que Cabello se convirtió en títere del también autodenominado "hijo de Chávez". Es otro peón, que ha venido quedando relegado por el poder creciente de los hermanos Rodríguez.
De hecho, la reciente solicitud de Trump a la Corte Suprema de su país ha terminado por dejar sin posibilidad de entrada al imperio a los funcionarios maduristas de relaciones exteriores e interiores², lo cual confirma nuestra tesis de que sólo Rafael Lacava, (a quien por cierto Maduro ofreció ser nuestro embajador en el "imperio") es el único individuo del gobierno aceptado por Estados Unidos para dialogar cualquier asunto con Venezuela en lo político y comercial. Los demás, como el caso de Arreaza u otros, han quedado descartados en el ámbito de las conversaciones diplomáticas.
Las sanciones que vienen sobre el madurismo serán cada vez peores, (a pesar de que algunos como Dante Rivas -testaferro y cómplice de Tareck El Aissami-, aún no se encuentra en la lista de quienes visitan a placer tanto Estados Unidos como Europa), al punto que de nada les valdrá haber saqueado nuestra riqueza petrolera, porque ni siquiera podrán visitar la mayoría de países del mundo, además que ante cualquier estallido interno que termine por liquidar lo poco que sostiene a este gobierno, muchos de ellos terminarán refugiados en Cuba o Corea del Norte, en virtud de que ni siquiera Rusia o China serán escondites seguros para ellos, porque hasta los intereses de estas dos últimas naciones, dependerá en buena medida de la captura de corruptos, a quienes irónicamente ayudaron en un momento determinado.
Ante semejante realidad, el único salvoconducto político que le quedaría a Nicolás Maduro, estaría en la entrega al propio imperio de su "hermano del alma", es decir, negociar con Trump la detención y posterior extradición de Diosdado Cabello a los Estados Unidos, como única forma de salvar no sólo su gobierno, sino la posibilidad de que todos terminen cumpliendo diversas condenas penales. En este caso, Cabello es la última carta que tiene Maduro para su eventual salvación. Por ello, no me extrañaría que su presidencia en la "constituyente", sea la excusa perfecta para tenderle una trampa como "desestabilizador" de ser necesaria su captura para la sobrevivencia del madurismo.
Diosdado Cabello está en una tremenda disyuntiva. No sabe si desaparecer hacia algún país "aliado" que lo acoja y pueda pasar allí en paz el resto de su vida, o arriesgarse a protagonizar con su "hermano" la historia de Caín y Abel, donde desgraciadamente, ambos hacen el papel de Caín.
El madurismo se desmorona en lo político. La hiperinflación hace estragos en la población. Las protestas de trabajadores se multiplican en todos los niveles y estamentos de la administración pública, mientras en el mundo militar crece el descontento contra Maduro, no sólo por la crisis económica sino por su manera totalitaria de ejercer el poder.
Maduro tendrá que decidir entre seguir soportando sanciones que terminen por ahogarlo desde su propia cúpula, o liberar tensiones políticas en el plano internacional que medianamente le permitan medio gobernar, y esa cláusula tiene un nombre: Diosdado Cabello. En consecuencia ¿Permitirá Cabello ser entregado al "imperio", o terminará por fracturar la llamada coalición dominante, para salvarse de su posible extradición?
El madurismo se debate entre el hambre del pueblo o la sobrevivencia política. ¿Qué se harán entre ellos, tanto Maduro como Cabello, los "hijos de Chávez"? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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