No obstante el llamado que hizo en su momento Diosdado Cabello para que renuncien aquellos funcionarios del gobierno con rango de directores y gerentes que firmaron en la recolección de firmas que promovió la oposición en 2016, como requisito establecido en la Resolución del CNE de 2007, para poder solicitar formalmente el referéndum revocatorio en contra del Presidente Maduro, nos informan fuentes bastantes confiables que nos han pedido que las mantengamos bajo la mayor reserva, que aún continúan enchufados en sus posiciones de muy elevadas responsabilidades, pues los que atendieron el llamado fueron muy pocos, contados con los dedos de la mano. Nos agregan esas fuentes que algunos cuantos y bien numerosos, lograron irse al exterior como cónsules y diplomáticos (?).
Ciertamente, resulta incompresible -desde el ángulo que lo queramos ver- que si adversamos abiertamente y sin reserva alguna al gobierno, al punto de que nos hemos adherido a esa lista de firmantes de forma expresa y, sigamos impasibles, como si no sucediese nada, desempeñando cargos de la más extrema confianza en un gobierno que no nos merece ni el menor de los respetos y que, además, lo preside una persona que repudiamos en extremo, además de que en los “pasillos” nos declaramos antichavistas de manera abierta, excluyendo, obviamente, aquellos que, por sinvergüenzas cobardes, prefieren hacerse los pendejos, como si no fuera con ellos…
Respecto del gobierno, queda muy en claro que ese prototipo de personas en absoluto le garantizan que sus líneas de acción sean atendidas y que en ellas haya algún esmero en garantizar que los planes y programas, diseñados con base de un específico modelo político-económico de desarrollo socialista, que va en la dirección de defender los interés del pueblo trabajador, de los que menos tienen y que fue lo que se le ha ofrecido al país durante las campañas electorales en estos casi 20 años y que, a no dudarlo, es lo que ha asegurado a sus líderes el triunfo frente a quienes se presentaron como sus contrincantes, con otras propuestas muy distantes, de claro corte capitalista y pro imperialistas, para nada equiparables…
De manera que se hace demasiado obvio, como lo hemos reiterado ene veces a través de estos medios, que quienes sean seleccionados para ocupar cargos gerenciales en el gobierno, cualquier que este fuese, Nacional, Estadal o Municipal, deberán ser, a todo evento, personas identificadas total y absolutamente con las políticas de la Revolución Bolivariana y Chavista, como única garantía del gobierno de poder cumplir con el programa que su dirigencia política le ha ofrecido al pueblo desde que nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez, llegó a Miraflores con sus votos el 2 de febrero de 1999.
Si retrocedemos al pasado reciente cuarto republicano, debemos recordar o informarles a quienes no vivieron en esa época, que dicha práctica fue impuesta de manera rigurosa por los partidos AD y COPEY que se repartieron el poder por 40 años (1958/98), los cuales se cuidaron no sólo de cubrir los cargos claves de dirección del gobierno con su propia militancia, sino que igual lo hicieron con el resto de los cargos de la burocracia estatal y para ello encargaron de garantizar que ello se acatara de forma rigurosa, a través del control y la supervisión de sus respectivas Secretarías de Profesionales y Técnicos de ambas toldas políticas, las cuales funcionaban en todo el país, exigiendo, sine qua non, los respectivos carnet de militantes.
Es necesario precisar que el dirigente del PSUV, Diosdado Cabello cuando hizo su llamado a que renuncien o sean destituidos los que firmaron por el revocatorio del Presidente Maduro, sólo se refirió a quienes desempeñaban cargos de "confianza", calificados como tales por la Ley del Estatuto de la Función Pública (*) y no los que estaban ocupando otras jerarquías en la burocracia del Estado o los que dicha norma legal califica como de carrera, los cuales están amparados por un régimen especial que garantiza a sus titulares, la estabilidad.
Ese llamado que hizo el Camarada Cabello, por lo que estamos viendo, no fue atendido en las reparticiones del Estado…
En su momento escribimos para poner en duda que esa gente renunciaría y menos que serían despedidos, pues los compadrazgos y el nepotismo se impondrían para evitar que eso sucediera. Lamentablemente ambas condiciones han sido convertidas en una lamentable práctica en nuestro país y sabemos de forma directa, así como porque hemos recibido información de distintas fuentes, bien confiables, que la misma no ha parado en nuestro Movimiento Revolucionario Bolivariano desde que Chávez se hizo presidente en 1999, al punto de que hasta las piedras bien lo saben y conocen hasta cuanto detalle envuelve tan perversa y antiética realidad...!!!
Nota:
(*) LEY DEL ESTATUTO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA (http://www.mppp.gob.