¡Antes de la revolución no había tanta corrupción!

Existen algunos engañadores de oficio que quisieran hacernos creer que la corrupción en Venezuela la inventamos los chavistas.

Quizás algunos jóvenes que nacieron un poco antes o durante estos 20 años de revolución puedan caer en semejante trampa, habrá también algunos otros con la memoria muy corta que pretendan olvidar convenientemente. Para refrescarle la memoria a algunos y para el conocimiento de otros escribo hoy.

Muchos pensamos que la corrupción en NuestraAmérica y sobretodo en Venezuela llegó con los conquistadores quienes en su gran mayoría eran unos barbaros criminales, fogueados en mil batallas y expertos en el saqueo, las traiciones y la crueldad más absoluta, que en 300 años de conquista y sometimiento expoliaron, violaron y saquearon como les dio la gana para el beneficio de las coronas europeas, cometiendo de paso el genocidio más grande de la historia.

El gigante Simón Bolívar trato de cambiar la historia e inspirado en las enseñanzas de su maestro simón Rodríguez quien muy temprano nos dijo a todos los americanos:… La América no debe IMITAR servilmente sino ser ORIGINAL."

Pensaba don Simón que…"si por negligencia… (La América) da lugar a la internación de errores extranjeros y permite que se mezclen con los nativos, persuádase que su futura suerte moral será peor que la pasada". Palabra cierta, he aquí el génesis del problema.

Muerto Bolívar y anulado don Simón Rodríguez, traidores de todo tipo se encargaron de destruir los planes de una América unida y original, destruir la gran Colombia y fundar republicas oligárquicas plagadas de corrupción, violencia y especulación. Ex corsarios y hacendados esclavistas arrodillados ante el ya naciente imperio gringo comenzaron una entreguista y loca carrera por el poder sembrando violencia y desigualdad, destruyendo los sueños de independencia, igualdad y unidad del libertador.

Llegado el autocrático régimen de Gómez y su corrupta política de concesiones, con el respaldo absoluto de las ya poderosas transnacionales y del gobierno del norte, el abundante flujo de dinero de la industria petrolera estimulo una corrupción y especulación salvaje que perdura hasta nuestros días, y que dio inicio a la destrucción de la producción nacional, convirtiéndonos en una economía de muelle, donde el estado se dedicó a enriquecer a ciertos sectores privados que se repartían entre ellos las inmensas riquezas de la renta petrolera, manteniendo al pueblo sometido y sumido en la miseria.

Las oligarquías entreguistas, vilipendiaron, atacaron y destituyeron, violentamente a veces, a quien por nacionalismo o por pensamientos ligeramente progresistas trataran de cambiar las cosas. Recordemos a Zamora, Cipriano Castro, a medina Angarita o al gran maestro Rómulo Gallegos.

Guzmán Blanco, se le adelanto una morena a los pensadores neoliberales creando la infame "compañía de crédito de Caracas", un ingenioso método para desfalcar el estado, entregándole a la burguesía comercial , importadora y financiera la acuñación de moneda, la recaudación de impuestos y la administración del presupuesto nacional….Una guara!!!!

Cuando El general dictador Pérez Giménez se volvió un poquito incómodo para las elites y para frustrar cualquier intento revolucionario que siguiera el "mal ejemplo" de Cuba, se permitió que triunfara una revolución a medias, donde el pueblo fue inmediatamente traicionado por las oligarquías y sus lacayos políticos para dar comienzo a las corruptas dictaduras con sonrisa del pacto de punto fijo. Cabe recordar que a la sombra de la dictadura Pérez Giménez, se crearon muchas de las grandes fortunas del país.

En esa época, la que hoy llamamos cuarta república, donde "éramos felices y no lo sabíamos", se fugaron miles de millones de dólares, se persiguieron, asesinaron y desaparecieron miles de personas, solo por pensar diferente o por denunciar la rampante corrupción, la miseria y la exclusión a la que fueron sometidas las clases humildes del país.

Según cifras oficiales entre 1966 y 1996, se dilapidaron más de la mitad de los 260 mil millones de dólares que le entraron a Venezuela por concepto del petróleo, dólares que fueron a enriquecer las cuentas en el extranjero de las principales familias oligárquicas del país, y de sus lacayos políticos en los gobiernos de turno.

En esos años de "democracia representativa" se creó una fabulosa red de corrupción que incluía la malversación de fondos, las empresas de maletín (o fantasma como se les llamaba entonces), el lavado de divisas, el tráfico de influencias, las sobrefacturaciones, los sobornos, sicariatos y demás males que aun venimos sufriendo y combatiendo en nuestra patria bolivariana.

No es mi intención extenderme en detalle sobre los miles de casos y nombres involucrados en este entramado de corrupción creado por las elites de siempre y que como un cáncer infecto desde el empresariado hasta los ministros, llegando incluso a porteros y ascensoristas, en pocas palabras, una "cultura" de la corrupción, amparada en la ya famosa "viveza criolla".

Existen muchos y muy buenos artículos, e incluso libros, que nos describen con detalle la historia de la Venezuela saudita. Pero recordemos algunos de las principales situaciones y sus autores:

Un adeco famoso, no recuerdo si fue Betancourt o Gonzalo Barrios, dijo una vez que "en Venezuela se roba porque no hay motivo para no hacerlo"; Así se creó el V plan de la república, un verdadero plan para el saqueo del estado, invento de Fedecamaras, los principales miembros del partido acción democrática y personajes como pedro tinoco Jr., el inefable Diego Arria, Siro Febres, Cisneros y varios militares corruptos que utilizaban el chantaje, los sobornos y hasta los asesinatos para despojar a los venezolanos del tesoro nacional.

Investíguense los casos de DI Masse, campetti, el asesinato de Carmona, lo del Chinito de recadi, único chivo expiatorio de una inmensa red de corrupción donde estaban involucrados "Raquel y todo aquel". Recordemos a Manuel Matos, a Eulogio Cedeño, al ultra ladrón de Mezzerhane.

Recordemos a Vinicio Carrera, que termino dándose la gran vida en parís con el dinero de todos nosotros, recordemos a Carlos Andrés y a la Cecilia Matos, y a la Blanca Ibáñez, a Orlando Castro, a Gómez López, al hijo de Pedro Tinoco Smith, {colaborador de Gómez y uno de los representantes de Rockefeller en el país}, el infame Pedro Tinoco Junior, siempre tristemente recordado por una de sus mayores fechorías, la quiebra del Banco Latino. Ninguno pagó cana, algunos murieron y otros viven en el exterior, disfrutando de sus fortunas y protegidos por sus amos imperiales.

En ese gran fraude bancario, donde Caldera les regalo a los banqueros corruptos más de un billón de Bolívares, miles de venezolanos perdieron todos sus ahorros, muchos sus viviendas y sus automóviles y algunos tuvieron que recurrir al suicidio.

Y para no dejar, recordemos a Herrera Campins, el famoso "Toronto" que "se dejó engañar" por los empresarios y nos puso a todos a pagar la deuda privada de los ricos.

Así que cuando te hablen de corrupción, entiende que este es un mal netamente capitalista y muy profundamente arraigado en la idiosincrasia de muchos venezolanos y que para acabar con él, no se necesita solo una revolución, se necesitan millones de revoluciones que comiencen en cada uno de nuestros corazones un profundo cambio ético, moral y espiritual.

La Revolución no puede ser vertical, de arriba hacia abajo, la revolución debe explotar en cada uno de nosotros y extenderse horizontalmente con honestidad, amor y solidaridad.

Los que hoy circunstancialmente ocupan algún cargo de poder, no pueden dejarse corromper ni amañar por este, deben acompañar al pueblo en sus luchas y ayudarlo a organizarse y a educarse, dándole los medios para lograr su descolonización mental y espiritual , para que juntos podamos completar la verdadera independencia de la patria.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1516 veces.



Gustavo Corma


Visite el perfil de Gustavo Corma para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Gustavo Corma

Gustavo Corma

Más artículos de este autor