Constituyente Gladys Requena: ¡Miente!

El presupuesto nacional siempre tiene un alto porcentaje a lo social. Así nos tienen y eso matemáticamente parece verdad. Un presupuesto con un 74,7% en lo social nos acaba de decir la plenipotenciaria Gladys Requena[i]. Tiene todo, pero nadie lo conoce, nadie lo ve, pero siempre tiene más del 70% de los recursos destinado a lo social. Hace poco vi y leí, que al poeta Canache La Rosa solicitaba ayuda para superar un problema de salud. Si eso que dicen de que lo social ocupa más del 70% del presupuesto, el poeta Canache La Rosa no estuviera jugándose su vida a la suerte.

Ahora mismo, el integrante de ese hermoso y auténtico grupo musical conocido como "Caraota, ñema y taja", Adelis Freitez[ii] tuvo que contar con la palanca del ministro de cultura para para tramitarle su hospitalización. Este cultor de la identidad nacional, requiere de medicamentos y seguro estoy, que muchos me dirán, esto existe por la guerra económica. Sí, hay algo de razón pero no toda la razón, porque socialmente se cae esta mentira de unos presupuestos con más del 70% de su inversión en lo social.

Matemáticamente estoy seguro que es cierto. Matemáticamente sí, socialmente la cosa no reduce a una simple regla de tres. Matemáticas como estas, no son digamos ciencia pura y exacta. No lo son. Aunque usted soberana y plenipotenciaria camarada Gladys Requena, lo pregone a todo gañote. No es cierto.

¿Sabes que hizo la dirección política revolucionaria de Vietnam para resguardar la vida de su gente y luchadores? Construyó kilómetros y kilómetros de túneles. Sabía que la guerra sería una guerra dura con una gran potencia que utilizaría todas las armas y se aseguró sin nada de recursos y tiempo, los túneles que eran como hospitales preventivos. La construcción de estos túneles fue UNA PRIORIDAD porque con ellos, aseguraba, el mejor recurso para la guerra: Sus hombres y mujeres para la lucha.

Eso pudo ser este proyecto de revolución que devino en otra cosa. Sabe o debe saber, que este Estado y su administración que no es limonada pero si chica. Esta administración es pesada y ese peso consume energía (billetes) innecesariamente. Sabes mejor que yo, que este gobierno alcanzó y pasó a la IV en cosas de corrupción. Esto resta. A ese supuesto 74,7% debe restarle el 10% o 20% que cobra de comisión el que hace u ordena el cheque, otro 10% del costo de un proyecto para quien lo contrata, un 5% para el que inspecciona el proyecto y así sucesivamente, se va regando en comisiones ese 74,7%. Esa enfermedad de la IV vive hoy.

No deje de considerar señora Gladys Requena los sobre precios y demás cositas que se agregan. Si suma todos estas "menudencias", observará que un alta cantidad de recursos se quedan en el camino. Súmele a eso el tiempo perdido en trámites y a la espera que el proveedor le suelte la moña al que contrata o paga, porque el contratista no suelta sin pagarle anticipo y el que contrata, no contrata hasta que no vea la comisión.

Es simple. Supóngase que el ministerio de salud, ese que dicen que es popular, tiene el proyecto de comprar 200 jeringas para un hospital. Seguramente por todas esas deducciones de las cuales ya la hable y que usted debe conocer al pelo, llegan 10 y es muy probable, que en el hospital (almacén) desaparezcan cinco jeringas de esa 10 que finalmente llegaron.

Sabes mejor que yo, que algunas ayuditas que son para los más vulnerables socialmente no terminan en las manos de los más vulnerables. Terminan en el entorno de las barraganas de los funcionarios públicos que socialmente no necesitan esa ayudita. Creo que no debe serle extraño esto de la barragana que tanto nos asombró por allá por la década de los setenta, cuando el señor Luis María Piñerua le reclamo a Lusinchi sus travesuras de faldas. Las barraganas "revolucionarias" sin preocuparse de 1x10, ni nada de eso, tienen su carrotes, zapatos de marcas, ropa de marcas y perfumes de marcas. Eso se paga con la inversión social. Las neveras, aires y demás utensilios, que no se cuentan en esto de lo social también llevan esa ruta.

No cuestiono las barraganas. Eso me dice el amigo Carlos que no tiene barragana pero el calcula que son sabrosas. Mantenerles sus gustos por un placer, a costa de la inversión social, no parece lógico y hay por ahí Orinoquia y esos otros jugueticos a costa de eso. No hay autos para los taxistas, pero sí para las barraganas.



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Claudio Dominguez


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