El pueblo Bolivariano, construye historia cuando de manera colectiva confrontaron a múltiples fuerzas y fenómenos que hundían al país a finales del siglo XX, en una de sus mayores crisis históricas. Era una crisis económica, social, política, pero también una crisis moral de enormes proporciones. Recordemos que la rebelión militar del 4F de 1992 denunciaba en primera línea la asquerosa descomposición moral de las elites políticas y económicas. El puntofijismo, vivía su momento final y se desmoronaba en el pantano de las corruptelas, que lejos de ser combatidas, se estimulaban y justificaban. Donde solo se condenaban a los denunciantes, en fecha reciente el Presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, denuncio los grandes escándalos de la corrupción en la IV República, pero destaco que no se recuerda en la historia de la corrupción en la IV, Republica condenados alguno.
El discurso del 4 de febrero en el año 1992, fue fuerte y contundente en contra de la corrupción de los Gobiernos de: Acción Democrática y Copei. Es lo que justifica que cuando Chávez, llega al poder las principales prioridades de la Revolución Bolivariana, fue el: proceso constituyente, además todas las iniciativas del proceso Bolivariano apuntaba a erradicar la corrupción, al inicio de la Revolución la línea era detener el flagelo de la corrupción, y derrotarlo, no era sencilla la tarea en realidad el robo de los recursos del Estado, las actuaciones nauseabundas de funcionarios públicos y el uso corruptor del poder económico privado cabalgaban sobre mecanismos poderosos y profundamente arraigados en la sociedad.
Acción Democrática y Copei, gobernaron al pueblo venezolano, desde 1959, con Rómulo Betancourt, y hasta 1999 con Rafael Caldera, Gobiernos que se caracterizaron por ser: malos y corruptos para el pueblo venezolano, es lo que explica de manera palmaria porque los partidos que gobernaron en los Gobiernos de la IV República, les ha sido difícil conquistar nuevamente el poder desde 1999, del pueblo venezolano, por sus malos Gobiernos, el pueblo venezolano, los retiro de sus recuerdos y los sepultó para siempre. Hoy el socialismo Bolivariano rechaza de manera categórica, los actos de corrupción ocurrida en la industria petrolera, en el sector de la economía y en el sistema de administración de justicia.
La Revolución Bolivariana, desde su inicio ha actuado implacablemente en contra del robo de los recursos públicos. Es en este nuevo periodo de nuestra historia, bajo la firme conducción del comandante Chávez y ahora del presidente Nicolás Maduro, se han procesado judicialmente a altísimos funcionarios públicos, desde ministros y magistrados, pasando por gobernadores y alcaldes, hasta llegar a presidentes y directores de empresas y organismos del Estado. Se ha dicho en otras oportunidades, en relación con el pasado puntofijista, con el de las dictaduras y los caudillos en los siglos XIX y XX. Aquellos eran gobiernos de élites descompuestas moralmente, que sustentaban el poder en función de su enriquecimiento mediante la rebatiña de los dineros públicos.
La lucha contra la corrupción es compleja, la revolución Bolivariana, se ha declarado en ofensiva implacable para combatirla y tiene una gran fortaleza en esta estrategia que consiste, precisamente, que el mismo Jefe de Estado, Nicolás Maduro, se ha puesto al frente de esta cruzada. La tarea consiste en erradicar la impunidad lo cual pasa por la aplicación de eficientes mecanismos de fiscalización y sanción. Los procesos educativos sobre la base de nuevos patrones culturales, así como los ejemplos que proyecte el liderazgo del país, son vitales para el arraigo ético de los valores socialista en ésta y las nuevas generaciones.