Hace unos cuatro años, que los servicios de telefonía e Internet que presta la C.A.N.T.V., no funcionan en un consultorio de mi propiedad que se encuentra en Lechería, Municipio Urbaneja, del Estado Anzoátegui; así como ya desde hace unos tres o cuatro meses, y después de años de paros temporales intermitentes, tampoco estos servicios funcionan en mi vivienda, situada en la antedicha ciudad.
En el caso de mi consultorio la voz que se corre es el robo de varios miles de metro de cableado desde los tronconales al crucero de Lechería, en el caso de mi apartamento la ruptura de un cable principal de fibra óptica, al parecer submarino.
Pero para alguien como yo, que desde mi adolescencia he dejado de creer en "pajaritos preñados", me he tenido que rendir ante la evidencia de que si existen los milagros: Las cableras privadas han sustituido con bastante éxito, los servicios de Internet de la C.A.N.T.V.
A lo que alguien pudiera aducir ¿y dónde está el milagro? El negocio… perdón el milagro, está, en que dichas compañías que sustituyen los servicios de Internet de la C.A.N.T.V., reciben su energía de la misma C.A.N.T.V., que se encuentra incapacitada para prestar sus servicios a gruesos sectores de la población.
Como diría el Quijote: "cosa veredes Sancho amigo".