Una de las características generales de nuestros gobernantes a todos los niveles de la administración pública, es creer que al llegar a ocupar un puesto de gobernante a cualquier nivel de la Administración pública con ellos se acabó el “pan de piquito” y hay que sustituirlo por otro “pan” de su propia factura personal, adiós al pasado (bueno o malo), y si el funcionario está repitiendo en el cargo, la corrección de los posibles errores que pudo haber cometido en su gestión anterior, o convertir en errores algunas de sus decisiones anteriores para el logro de la obtención de mejores dividendos, lo cual de cara al público se presenta como un logro a favor de las mejoras en los servicios.
Esto como expresé antes, que en términos generales pudiese ser aplicado, a todos los niveles de la administración pública, en este caso particular quiero referirlo a la Alcaldía de Lechería a la cual dedico este artículo.
El actual y repitiente alcalde Ferreira, del cual no se puede negar que, durante la pandemia por el Covid, estuvo atento en instruir a la población en la prevención requerida para dicho mal, a lo cual hay que añadir que además ha sido un “as” en eso de promoverse por todos los medios de comunicación a su alcance, presentándose de fachada durante las obras de recuperación del ornato público de su jurisdicción administrativa.
Lo que no aparece detrás de esas promocionadas fachadas, es lo que el Alcalde hace con su mano zurda, en el caso que aquí expongo las de cambiar la recolección del aseo urbano de la compañía recolectora anterior, a una nueva compañía privada que lleva como nombre TACHITEC, cambio con el cual los habitantes de su municipio pagan con creces el costo de la altamente promovida preocupación del Alcalde por los problemas del municipio; esta nueva compañía no solo aumento exageradamente las tarifas que se venían pagando por la prestación del servicio de aseo urbano, sino que además factura dichos servicios a partida doble.
Como ejemplo icónico a mi alcance, y que me compete directamente, por ser el dueño de uno de los consultorios médicos que se encuentra en el centro comercial y profesional Yariku, en la avenida principal de Lechería, es el que no solo TACHITEC le cobra al condominio las tarifas correspondiente a la prestación de servicio de aseo urbano, sino que además en una absurda, ilegal, e injustificable sobrefacturación, le cobra aparte su servicio a cada local existente en dicho centro comercial y profesional, (consultorios médicos en su gran mayoría), por producir desechos, que de cada uno de dichos locales van a parar a la zona de recolección común del condominio.
En otras palabras: Tachitec presta solo un servicio de recolección general de todo el edificio, cobrando por ello una tarifa al condominio, y por separado cobra una tarifa a cada uno de los 33 locales que tiene el edificio, como si fueran servicios diferentes, es decir un negocio redondo de doble facturación, a lo cual, y mientras no se demuestre lo contrario, hace la vista gorda la Alcaldía.