Amigo mío, se que estas en la cárcel como bien lo dices y atentamente lo escucho y siento tu presidio como si fuera yo y aunque me he dado a la tarea de ser tus ojos en las calles, tus oídos, tus reflejos y hasta lo que no puedo ser por falta de valor y por no tener el que te sobra, ando asustado tratando de no encontrar problemas, evadiendo responsabilidad, para no sentirme tan culpable como contralor de nuestra revolución.
No se amigo mío que mecanismo usan los usurpadores del pueblo para estar cerca de ti, como hacen para ganar puestos que convierten en madrigueras burocráticas sin nadie que los controle y le exija sus obligaciones, se que no puedes hacerlo todo, pero como pueblo lo ando haciendo por ti, sin embargo el miedo no me deja, tengo terror que se diga que soy un traidor, que un usurpador me quite el derecho de asistir a mis reuniones o que empiece a decir a mis compatriotas que me cambie, que traicione mis principios, que salte la talanquera, todo para desprestigiarme, porque me atreví a repetir que la revolución no era para vivir de ella, sino para morir por ella.
No quiero pecar de irrespetuoso diciendo que te están engañando, pero si puedo aceptar y reconocer lo que dices, que eres un preso, que te quitaron la libertad, que te quisieras parar en una esquina, poder zumbar un piropo a una muchacha, yo lo hago por ti, pero no puedo contar a nadie lo que veo en esas esquinas donde tu quieres estar y por esas calles donde quieres andar, es como si el que estuviera preso fuera yo y tu me vinieras a contar lo que puedo ver y no puedo decir.
Te confieso amigo mío que el miedo que me produce ser tus ojos en la calle, es digno de lastima y pena por mi desidia, por mi silencio, no es que sepa muchas cosas, como para decir que nuestro esfuerzo fracasara, es solo lo que sabe todo el mundo, la diferencia es que lo callo como un cobarde y me siento cómplice de traidores, que siendo aliados, hacen más daño que los enemigos que tengo identificados.
Estoy en un dilema amigo mío, si me dedico ayudarte en la contraloría o me voy detrás de los atracados de siempre, a tratar de ayudarlos a que se dignifiquen encontrando el camino que nos robaron y que algunos de nosotros no quieren que encontremos, porque saben lo que significa, un pueblo con el poder de la conciencia, una claridad con relación a los cinco motores que le tienen escondidos de fondo, los pasean por las formas y te cuento amigo mío, que la cantidad de trabas que ponen, por ejemplo, para registrar un consejo comunal son imposible de llenar, si no hay un gestor que nos ayude, porque en el atraco que me hicieron no me explicaron como se hacen algunas cosas, que ahora son tan necesarias.
Lo que si quiero confesarte amigo mío, es que aunque digan cosas y me escondan de ti, nunca me voy a desviar del rumbo que marcamos, porque estoy convencido y claro que a tu lado es el camino, aunque este lleno de espinas porque PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
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