Hola, Señor Presidente, aunque yo no me llame Lorenzo Mendoza ni tenga sangre azuel, ni tampoco sea el bobalicón de Benicio Del Toro (al que le queda muy grande haber tratado de intrpretar al Che), espero que por ser una humilde mujer venezolana que se ha pasado más de 40 años de su larga vida trabajando como una burra para levantar a su familia (tarea cumplida), y ahora continuo trabajando para mantenerme y no depender de nadie,Ud. me conceda aunque sea 5 minutos de su valioso tiempor.
Le aseguro que no voy a pedirle nada para mi, tengo todo lo que necesito Gracias a Dios, lo que quiero es plantearle una serie de cosas nacionales y regionales, muy sencillas, pero que nos afectan, si no a todos, por lo menos a muchos ciudadanos de este país.
No le quitaré mucho tiempo pues llevaré mis planteamientos por escrito para que no se me olvide ninguno, y le dejaré mi lista de mercado a Ud. para que tampoco se le olvide, por supuesto si es que Ud. lee Aporrea y considera que puede recibirme.
No crea que me parece mal que oiga al sangre azul, lo que considero es que no puede negociar con él, salvo no expropiarlo con el compromiso ante todos los venezolanos de que va a cumplir al pie de la letra con la seguridad alimentaria en todos sus productos y que no va volver a suceder lo que está sucediendo con ellos, ni tampoco va a volver a atentar contra el orden Constitucional. Sin embargo como no creo en palabras de alacrán casi que le sugiero que no le crea. (El alacran le pidio al sapo que lo llevara en su lomo a pasar el charco, y el pobre e inocente sapo le dijo que no porque lo iba a picar y a matar, el alacran bajo fe de juramento se comprometió a que no lo haría y cuando estaban llegando a la orilla, lo pico, el sapo muriendose le reclamó ¡Pero por qué!, y el alacran le respondió: porque es mi naturaleza).
Bueno Sr. Presidente, a lo mejor estoy pidiendo mucho, pero no importa yo esperare su respuesta porque siempre he pensado que si Ud. escuchó en Italia a una pobre señora indigente italiana, y en Nueva York a unas señora policías, ¿porque no me puede escuchar a mi que soy descendiente directa, aunque en sexta generación que ya no es nada, de Maria Antonia Bolívar?
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