La corrupción es un engendro natural de las sociedades capitalistas. Ella tiene lugar y reproducción en las entrañas misma del Estado burgués. Un cáncer en metástasis y una aberración del sistema que alimenta y genera una nueva clase social bastarda que vive del Estado y subyuga -al igual que la burguesía- a nuestros pueblos. Gusanos les llaman. La implosión de la URSS fue producto de una gusanera nacida a la sombra del Estado soviético que había desarrollado un modelo económico-social (de relaciones de producción y distribución) nada democrático, lejana al Socialismo; que terminó por destruir sus grandes e incuestionables logros sociales, tecnológicos, espirituales y materiales alcanzados en su devenir histórico.
Las soluciones a nuestros problemas requieren necesariamente de mucho esfuerzo teórico y practico. Nadie dijo que una revolución era fácil. La crítica y la autocrítica son hoy más que nunca fundamentales para la limpieza de la revolución. Las soluciones a nuestros problemas generados por el ineficiente Estado que aun sobrevive paralelamente al Estado revolucionario, no radican en obligar a que se perfeccione o funcione mejor el mismo, no, la solución es transformar al Estado de forma radical. Concretar en hechos palpables nuestras históricas banderas del Poder Popular; llevar a la realidad nuestro discurso. No se resolverá leyendo libros o copiando manuales. Ello requiere de ideas claras, inventiva y organización. De lo contrario el Estado burgués terminará por devorar al Estado revolucionario.
La eficiencia del Estado implica el desarrollo de las fuerzas productivas de propiedad social, pero también el uso, y sin reservas -como aseguraba el Ché Guevara- de las más sotisficadas herramientas tecnológicas y administrativas en las empresas estatales; implica también la participación de los trabajadores y las comunidades aledaña en el control de sus industrias; implica la reducción de la burocracia innecesaria y la eliminación del burocratismo. Pero sobre todo, la eficiencia del Estado implica reforzar la consciencia de los trabajadores.
Los corruptos al igual que los burócratas ineficientes deben ser ejemplarmente castigados. El pueblo necesita sentir reacciones legales implacables contra el flagelo de la corrupción y el burocratismo. Los medios de comunicación (TV y Radio) pueden contribuir en desarrollar programas informativos e investigativo de denuncias y criticas. Acabar con este mal es tarea del PSUV y de todos los revolucionarios.
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