Muchas veces he tenido la fantasía que un día Chávez se disfrace y salga a pie de Miraflores, como un ciudadano común, y vaya a tomarse un cafecito en una panadería, se coma un perro caliente en una esquina, camine por las calles de Caracas o se monte en el metro, para que vea, sienta y oiga por sí mismo, como están las cosas por ahí.
Nuestro presidente no puede salir a la calle como si nada, pues simplemente el enemigo lo mataría. Un buen maquillador, como los que trabajan en películas, podría cambiarle el rostro completamente al Comandante para que pudiese caminar libremente y palpar la vida en Caracas como un ciudadano de a pie.
¿Por qué tengo esa fantasía? Bueno, por el hecho de que yo soy una ciudadana de a pie, y como muchos, soy víctima todos los días de algún mal servicio, sea público o privado, y que no entiendo por qué debe ser así.
Acabo de leer la denuncia en aporrea sobre una escalera de la estación del Metro en Capitolio que lleva más de un año paralizada. La denuncia la hizo el ciudadano Luis Rojas Hernández.
Yo invito al señor Hernández a pasar por la estación de Plaza Venezuela para que le tome la foto a unas escaleras que tienen más o menos tres años sin funcionar. Las tienen cubiertas con plástico desde entonces. Los usuarios deben subir a pie tres largas escaleras para salir por la estación La Previsora. Si nos paseamos en varias estaciones nos encontramos con el mismo problema, que no es el único.Yo puedo subir, pero los ancianos y discapacitados no.
Una casilla funciona, la otra no, las máquinas de boletos no tienen tickets, no hay suficiente personal para la venta de los mismos, no hay seguridad, los vagones están sucios, etc., etc.
Ya desde hace un tiempo he visto graffitis, rayones y hasta orina en los asientos. Roban a las personas en las horas pico, aprovechando el bululú cuando tratan de entrar a los vagones. A eso le sumamos las personas que aplastan y empujan salvajemente a otras tratando de entrar a como de lugar, lesionando en ocasiones a ancianos, discapacitados, etc. Además, están los que se montan a pedir dinero diariamente.
En fin, el Metro de Caracas debería estar como una tacita de plata, Y NO LO ESTÁ. Parte de la responsabilidad la tiene el Metro de Caracas, pero también los usuarios tenemos nuestra parte de responsabilidad
¿Por qué tanto descuido, falta de mantenimiento, falta de respeto hacia el otro y falta de amor por algo que es nuestro? Más de una vez le he llamado la atención a usuarios por irrespetarlo o ensuciarlo. Me miran como diciendo ¿y a ti que te importa si esto es del gobierno? Pero me les paro firme a defender lo que considero que es mío, ya que no lo consideran suyo.
El Metro de Caracas no puede seguir así, como medio cuidado y medio descuidado. Si es necesario aumentar las tarifas para ayudar a mejorar el servicio, pues que se aumente. Pagamos por un viaje en autobús todo destartalado, con reggaetton a todo volumen y a 1,50 BsF, ¿y no vamos a pagar 0,10 o 0,20 más por usar el servicio del Metro, que a pesar de todos sus problemas es mejor que irse en autobús?
Hay servicios públicos que son muy eficientes, y no entiendo por qué algunos funcionan bien y otros funcionan mal, unos están limpios, otros están sucios, etc.
Pero muchos de los servicios privados dejan mucho que desear. Un servicio privado no necesariamente es mejor. Solo hay que ir a un banco privado, a un supermercado o viajar en una aerolínea privada para saber lo que es un mal servicio.
Por eso mencioné antes lo de la fantasía que tengo de que el Comandante se disfrazara para que pudiese caminar sin problemas por las calles, como un ciudadano de a pie, para que viese por sí mismo, y no porque se lo contaron, cómo están las cosas por ahí.
ivanka27@hotmail.com