Esta denuncia está dirigida al Ministro de Alimentación, Hebert García Plaza.
Indignada me bajé de un autobús que tomé en la avenida Urdaneta hacia Chacao luego de escuchar la conversación telefónica sobre la corruptela “en pleno desarrollo” de un pasajero, que resultó ser empleado de Abastos Bicentenario (no sé cuál de los abastos) quien a su vez, hablaba con un empleado de Mercal, también corrupto.
El empleado de Abastos Bicentenario se llama Douglas, pues lo escuché decir su nombre cuando el otro corrupto le contestó la llamada.
El tal Douglas inició su conversación diciendo que su mujer estaba otra vez preñada y entre risas expresaba que “se está rebuscando”. “…Tú sabes…hay que rebuscarse”, se expresaba, burlonamente, este criminal.
Entre otras cosas, el corrupto ladrón dijo que tenía 80 kilos de carne que despachar (¿a quién? ¿a restaurantes, areperas, carnicerías o supermercados del Este?). Además se quejaba de que el Kg. de leche él la dejaba en 100 BsF. mientras que “otros” (otros como él, que están en lo mismo) la revenden en 150 BsF. Al mismo tiempo le pedía, a su “amigo” de Mercal que le consiguiera leche pues la tiene que despachar en “Petare” (¿a buhoneros?).
No contento con el jugoso negocio que tiene entre manos, le decía también entre risas a su “amigo” que él y sus compañeros se concentraron para protestar por los ‘cambios’ que quiere hacer el nuevo presidente de Abastos Bicentenario ¿será que los cambios que quiere hacer el presidente Johan Hernández le tumba el negocio fraudulento a este infeliz y a otros como él?
Me contuve en el autobús para no responderle a ese ladrón de alimentos comprados por el Estado para el beneficio del pueblo venezolano. Más bien callé para poder escuchar todo lo que salió de su boca y estar ahora escribiendo esta denuncia.
Ese re-infeliz no es el único empleado de una empresa o institución pública que se “REBUSCA”, quitándole los alimentos al pueblo para revenderlos en el Este a tres y cuatro veces su precio. Hace rato que se crearon mafias en Bicentenario, Mercal y PDVAL que lamentablemente hasta ahora no han podido ser desmanteladas y encarceladas, pues lo que merecen y corresponde es la prisión.