El cineasta venezolano Pedro Ruiz ha recorrido una buena parte del mundo buscando fotografías e historias documentales (algunas de ellas transmitidas por Telesur) y en todos esos lugares ha ingresado sin el menor problema. Ha estado, incluso, en países en guerra y nunca tuvo el menor problema.
En diciembre pasado se fue a Nicaragua con su familia, y de paso aprovechar para tratar de ubicar algunas locaciones y hacer algunos casting con actores no profesionales en su objetivo por filmar en la tierra de Sandino una versión de la novela venezolana “No cantes su canción de trueno”, de José Roberto Duque.
En la capital de este país aliado de nuestra Revolución le retuvieron sus equipos fotográficos. Y comenzó una cadena de situaciones insólitas, resumidas en que nuestra embajada en Managua no le prestó ni un gramo de ayuda.
Es como si a nuestra representación diplomática en pleno le diera pánico molestar a la cancillería sandinista (clásico comportamiento del burócrata de tomo y lomo). Pedro Ruiz se cansó de llamar al personal de la embajada y de llamar a ciertos personajes que allí medran. Nada. Mutismo.
Desde luego, Pedro no es un escuálido, porque si lo fuera, juren ustedes que nuestra embajada le resolvía ese problema así tuviera que agarrar por la pechera al mismísimo Daniel Ortega. Ese el perfil de algunas de nuestras representaciones diplomáticas: el chavista que se joda, al escuálido le resolvemos de manera exprés para que no hable paja nuestra.
La embajada venezolana en Nicaragua, por si fuera poco, está obligada por la ley nacional a prestar ayuda y socorro a cualquier compatriota que atraviese dificultades (así, incluso, haya cometido delito en ese país, que no es este el caso). Pero en la Managua ni siquiera recibieron a Pedro Ruiz, quien además de cineasta, es periodista, y también reportero gráfico. De hecho, estuvo en el Palacio de Miraflores en la retoma de abril de 2002. Por estar allí, se percató del repliegue de los golpistas y pasó el dato a algunos de los políticos a los que vemos arribando en plan victorioso. Un palmarés nimio pero mucho más útil que el de cierta diplomacia buchipluma.
Diferencia notable con Juan Carlos Lossada, presidente del CNAC, a quien se le molestó en su cuenta Twitter e inmediatamente se interesó y entró en contacto con Pedro, quien ha solicitado a sus panas en Venezuela que se evite un escándalo mediático, pero a mí me sabe a ñame esa preocupación y por eso hago esta denuncia contra nuestra embajada en Managua.
Aquí los correos de las funcionarias del Instituto de Turismo de Nicaragua, quienes son las que han estado mamándole gallo a Pedro: erika.omana@intur.gob.ni y krobelo@intur.gob.ni
@douglasbolivar
