Hay una gran diferencia entre lo que se dice y lo que se hace en términos de justicia y paz, nada más para el record, la Dra. Luis Ortega Díaz afirmó que entre noviembre y diciembre de 1998 fueron cerrados centenares de casos de violación a los DDHH por razones políticas que cursaban en los tribunales. Hoy muchos de esos casos como tantos otros juicios sumarísimos, están siendo revisados por la Fiscalía para realizar un acto de justicia de acuerdo al estado de derecho.
Hubo casos de “procesados” o presos políticos que estuvieron encarcelados casi diez años y nunca se les dicto sentencia y todavía peor nunca se les hizo el debido proceso ante los tribunales de la 4ta República.
Esas circunstancias difieren diametralmente hoy, quienes hoy son juzgados, no por razones políticas, sino por actos violatorios a los derechos civiles, cerraron vías públicas, quemaron instalaciones del estado o promovieron actos vandálicos incluyendo atentados contra espacios escolares poniendo en riesgo la vida de niños, usan los recursos que les garantiza el estado democrático de derecho y de justicia para su defensa.
Parece oportuno destacar las diferencias entre uno y otro tiempo, pero es necesario que nuestros jóvenes tengan los dos cuadros históricos para comparar, como antes de 1998 existió un estado terrorista que ocultó o manipuló mediáticamente el oprobio contra sectores revolucionarios y populares y hoy cuando, los que antes fueron perseguidores, se muestran como “ofendidos” ante la justicia y la verdad, pero además son agraciados por una hipercobertura mediática nacional e internacional con la que antes no contaban los verdaderos presos políticos que además fueron criminalizados por la cartelización mediática y ellos y sus familias sufrieron el dolor de la tortura social al ser presentados como “bandoleros” y “lacras sociales” ante la opinión pública.
Sin dudas hay una gran diferencia.
