La impunidad la iniciamos nosotros

Aquella noche de abril de 2012 cuando abrazando un crucifijo perdonamos a los conjurados.

El día que dejamos que Carmona, Ortega, Peña, y sus francotiradores se escaparan.

La ley de amnistía de otro diciembre aciago perdonando a los golpistas.

El perdón a los paramilitares de la finca Daktari.

El no haber protegido al cacique Sabino y su familia.

El año que hemos dejado pasar sin saber del dirigente revolucionario Alcedo Mora.

Los centenares de dirigentes campesinos, obreros, comunales y políticos revolucionarios asesinados que no supimos proteger.

Cuando dejamos escapar a los Eligio Cedeño, Mezerhane y al resto de banqueros fugados.

Al anunciar una comisión y no crearla para averiguar si Chávez fue o no asesinado.

Cada vez que el sistema judicial nos convierta dos veces en víctimas, al prácticamente impedirnos la posibilidad de denunciar a nuestros victimarios.

Todos los días al permitir la insolencia de los bachaqueros de Petare y otros sitios, al lado de nuestros complacientes policías y militares.

Aquellas noches de elecciones en la Valencia opulenta, donde vi la muerte cerquita defendiendo los pocos votos de la revolución en la zona y ante la banda de fascistas drogados que nos esperaban para lincharnos, el PSUV solo nos dijo por teléfono que resistiéramos…

Ahora la derecha con su ley, volverá con sus fuerzas de choque fascistas moralizadas y sedientas de sangre. La nuestra.

Nos entregan en bandeja de plata. La pelea será en la calle.

La impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más frecuencia: Al fin llega el caso en que el castigo no basta para reprimirlos”. Simón Bolívar



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Bernardo Ancidey

Licenciado en Física.

 bernardo.ancidey@gmail.com

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