Pildoritas 74 (año IX)

La inconsecuencia de un pueblo, que apuesta por la guerra

No hay una explicación lógica para lo que acaba de suceder en Colombia, país vecino en el que de una manera que solo cabe dentro de lo irracional, una mayoría pírrica, pero mayoría al fin, ha votado por la guerra, ha votado porque sigan muriendo colombianos de un lado y del otro, lo cual, como es inocultable, es para la extrema derecha un negocio redondo, porque quienes impulsaron el NO, son perros de la guerra, igual o peor que los que en otros escenarios del mundo, alimentan sus alforjas repletas de dinero, cual caníbales o vampiros, que requieren de la sangre humana para mantenerse con vida.

Son quienes mantienen buena parte de la criminalidad, en ese país porque manejan el paramilitarismo y buena parte del nefasto delito del narcotráfico que como bien sabemos, nos ha afectado a los venezolanos, en hechos terribles contra un buen número de nuestros cuadros..

Es doloroso lo que ha sucedido porque jamás pensamos, nosotros simples observadores, y en primer lugar, líderes del mundo que acompañaron esperanzados el proceso de paz y se regocijaron con su firma, que fuese posible que después de 52 años de guerra, con más de 300 mil muertos y millones de desplazados, hubiese quienes apostaran porque esa terrible situación se extienda indefinidamente.

De nada sirvieron las manifestaciones de perdón reciprocas de los actores en conflicto, de nada sirvieron las muestras de valentía de las víctimas que fueron capaces de sentarse, las de un lado y las del otro, con sus verdugos e incluso abrazarse en torno a sentimientos superiores.

Se impuso el NO y bien sabemos, quienes hemos seguido los acontecimientos, que los propulsores de tamaña inconsecuencia, lo lograron en base a un rosario de mentiras y seguramente, ello no se descarta, a través de la compra de conciencias de la mayoría de quienes en una demostración de falta de amor por su Patria, se vendieron prácticamente al demonio que es quien en definitiva, maneja los hilos de una ultraderecha allá en Colombia, como aquí y en el mundo, con personajes siniestros, llámese allá Uribe, aquí Leopoldo, entre otros, en Argentina Macri, en Brasil Temer y así en cada uno de los países en donde por desgracia el neoliberalismo y el capitalismo salvaje, dominan o buscan dominar a los pueblos para imponer sus particulares intereses y los del Imperio.

Parece increíble tener que aceptar que la guerra se impuso sobre la Paz, que de nada valieron las expresiones de apoyo de grandes Líderes como las del Papa Francisco, del Secretario General de la ONU, entre muchos otros, pero sucede que en este mundo, sobre todo en el campo de la política suceden hechos que lucen tan incomprensibles, que es muy difícil conseguirles explicación, como por ejemplo el tener al personaje más guerrerista de la última década, que lleva sobre sus hombros la muerte de millones de seres y la destrucción del hábitat en muchos países, como premio Nobel de la Paz, si esos son hechos y realidades demostrativas de hasta dónde puede llegar la derecha global, qué se puede esperar de una elección como la de este domingo en Colombia, cuando se obtienen unos resultados que por donde se miren o se analicen, por lo menos en el tiempo que ha transcurrido desde que se dieron las cifras definitivas, es muy difícil emitir un juicio distinto al que ya muchos han manifestado, que tiene que ver con una irracionalidad manifiesta de un sector, muy pequeño, que votó contra la paz y otro muy amplio que se abstuvo y dentro del cual debe haber más de uno arrepentido porque con su decisión permitió que, si no se consigue otra salida, sigan muriendo sobre todo inocentes con minas anti persona, que sigan los secuestros, la recluta de niños y todas esas terribles acciones que una guerra trae consigo, y que bien pudieron este domingo pasar a ser acontecimientos de la historia, dejados en el pasado como dolorosos recuerdos de la incomprensión de quienes son responsables de un conflicto de casi seis décadas..

Uribe y sus secuaces en Colombia, y aquí la ultraderecha de la MUD y sus secuaces, a estas alturas están celebrando como si hubiesen tomado el poder, como aquí celebraron después del 06D, creen que lo sucedido en Colombia, puede ser transpolado a nuestro país, en la oportunidad en que tengamos que medirnos en la urnas, su entendimiento no les da como para pensar que este pueblo no va a copiar circunstancias y menos si ellas tendrían como consecuencia, la posibilidad de iniciar una guerra fratricida como la que hoy se está intentando acabar en el hermano país.

Hagamos votos porque los impulsores de la Paz, con el apoyo de la mayoría de quienes no le rendimos culto a la muerte y el de muchos líderes conscientes del mundo, encuentren un camino que haga buenos los esfuerzos que durante más de cuatro años se hicieron en la Habana, para lograr el acuerdo de Paz firmado recientemente en Cartagena de Indias. Que Dios ayude a los colombianos a razonar por el bien de su país y a encarar este traspié de la mejor manera, porque de esa forma nosotros como vecinos nos vemos favorecidos.-



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Saúl Molina


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