He leído a otro de esos "grandes intelectuales", opinadores de oficio, que al parecer su única fuente para alimentar sus escritos es atacar a Nicolás Maduro con el propósito de congraciase con los enemigos del gobierno revolucionario, vaya usted a saber con que otros intereses.
Este individuo llama desgraciado a Nicolás Maduro por el hecho de haber mostrado en cadena nacional los lingotes de oro procesados en el arco minero y que ingresaron al Banco Central, para reforzar las reservas nacionales en busca del mayor dinamismo en las finanzas de Venezuela.
Si nos atenemos a la definición etimológica de la palabra desgraciado encontramos entre otras accesiones que, es una persona que sufre una desgracia. Entonces podríamos decir que desgraciado fue Miranda, que paró con sus huesos en la Carraca después de haber sido un sempiterno luchador por las causas independentistas.
Desgraciado fue Bolívar, que murió sin patria en Santa Marta con una camisa prestada, defenestrado por la oligarquía bogotana y santanderista y sus acólitos venezolanos, entre ellos José Antonio Páez con su movimiento político la cossiata después de haber libertado cinco naciones´
Desgraciado fue Séneca, obligado a suicidarse por su alumno, el terrible Nerón. Y así se pueden citar miles de casos de personajes que inmerecidamente cayeron en desgracia.
Pero en el sentido peyorativo de la palabra desgraciado se encuentran aquellos que son malvados o deshonestos. Entonces podemos decir que:
Desgraciado fue Santander, que traicionó a Bolívar y pisó su tumba diciendo:"así te quería ver", en señal de regocijo a pesar que el Libertador le salvó la vida al no llevarlo al pelotón de fusilamiento.
Desgraciado fue aquel que ordenó el lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki, acabando con la vida de millones de japoneses.
Desgraciados fueron los que masacraron la población de My lai en Vietnam, acabando con la vida de centenares de personas inocentes, entre ellos niños recién nacidos y violando a las mujeres y las niñas..
Desgraciados fueron los que ordenaron el bombardeo en Cantaura, asesinando con tiros de gracias a los sobrevivientes.
Desgraciado fueron los que inocularon el veneno que terminó con la vida física del comandante Hugo Chávez.
Desgraciado es Donald Trump, empeñado en ahogar económicamente a Venezuela para adueñarse con sus transnacionales de nuestras riquezas.
Desgraciados son Julio Borges, Antonio Ledezma y toda la cuerda de gandules que anda de gira externa pidiendo sanciones e intervención militar para nuestro país, mostrándose como objeto del deseo en los burdeles high.
Desgraciado es todo aquel que tuitea diciendo que gozó un bolón cuando vio que los guarimberos quemaban vivo a Orlando Figuera. Aparte de desgraciado, es inhumano y despreciable.
Desgraciados es todo aquel que utiliza los medios de comunicación, impresos, radiales o digitales para proferir ofensas y criticas malsanas contra los gobernantes de su país, con el propósito de desprestigiarlos y complacer a los desadaptados igual que él.
Desgraciado es todo aquel que traiciona a su patria.
Y desgraciados son los gánster de la CEV que toman el pulpito como tribuna política para desprestigiar al gobierno y colocarse al lado de terroristas y guarimberos asesinos.
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