Antes de redactar el presente trabajo de análisis sobre los últimos acontecimientos políticos, deseo expresarle a mi amigo, el Presidente Nicolás Maduro, a su compañera, la camarada Cilia Flores, hago públicas mis palabras de fortaleza, solidaridad y confianza, sentimiento extensivo a todos y todas los compatriotas del Alto Mando Militar y sus familiares, al Alto Mando de la Revolución presentes en la conmemoración de la fundación 79 de las GNB, expuestos todos en la Tribuna Presidencial a una muerte segura si los franco tiradores de la Guardia de Honor Presidencial y los sistemas electrónicos de alerta, no detienen a tiempo, y a tiros, el dron que iba directo a explotar su carga asesina –un kilogramo del poderoso, expansivo y destructivo explosivo C4– en la humanidad del Presidente, de Cilia, del Ministro de la Defensa.
Condeno enfáticamente, como patriota, como revolucionario socialista y bolivariano, como defensor de la Revolución Bolivariana, del legado del Comandante Hugo Chávez y de mi país, Venezuela, el bárbaro y brutal intento de magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro, el repudiable acto de terrorismo, detrás del cual viene el intento de golpe de Estado o simplemente una invasión extranjera, que hasta ahora se ha detenido.
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Hacen más o menos tres semanas el Presidente Nicolás Maduro alertó sobre posibles acciones o "falsos positivos" por parte del pérfido presidente colombiano, el conspicuo oligarca Santos contra Venezuela y su gobierno. Se refería entonces a posibles acciones militares y terroristas provocadoras en las fronteras por parte de grupos paramilitares, sobre todo en las fronteras con el estado Zulia, Apure y Táchira. No hacen dos o tres días el mismo siniestro personaje señaló públicamente que en pocos días caería el régimen de Maduro y ese 4 de agosto se produce, nada más y nada menos, el intento de magnicidio donde la huella del gobierno colombiano, particularmente del presidente Santos, quedaron grabados en aquellos dos drones abatidos por las balas patriotas. A Santos se le olvidó que la lengua es el castigo del cuerpo.
Los gravísimos hechos ocurridos ayer cierran, por así decirlo, un ciclo de hechos políticos de una sorprendente dinámica donde se mezclan diferentes hechos; unos que nada tienen que ver con los sucesos subversivos y terroristas, como la marcha campesina, mientras otros se orientan en la línea sediciosa. Recordemos que algo más de un mes atrás, el 22 de junio, fue volado por un explosivo (¿C4?) colocado por los terroristas de extrema derecha (¿colombianos?), el busto del guerrillero heroico Ernesto Che Guevara ubicado en la Avenida Bolívar. Salvo algunas denuncias hechas por revolucionarios, pronto se olvidó ese grave acto terrorista. ¿Qué valoración a ese hecho le dio entonces el gobierno, los organismos de inteligencia? 47 días después se produce el más grave atentado producido en Venezuela en la misma Avenida Bolívar. Por lo menos en 50 años, si se toma como referencia el atentado hecho al entonces presidente Rómulo Betancourt en 1961, cuando el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo utilizó a varios venezolanos, como a Ramón Tenorio Sifontes, para organizar el intento de magnicidio, volando un carro lleno de explosivos cuando pasaba el carro presidencial por la avenida de Los Próceres. Más atrás, el año 1950 fue secuestrado y asesinado en Caracas el presidente de la Junta Militar de Gobierno, Carlos Delgado Chalbaud, por un grupo de extremistas dirigidos por Rafael Simón Urbina, atentado detrás del cual estaba la compañía petrolera inglesa Shell.
Traigo a colación el hecho de la voladura del busto del Che, precisamente en la Avenida Bolívar porque puede inferirse que el mismo grupo terrorista operó y estaba en la zona. Escoger el mismo lugar para un evento donde se había producido menos de dos meses atrás un hecho terrorista grave, ha debido llevar a quienes planificaron hacer el acto homenaje al aniversario 80º de la GNB donde estaría presente el Presidente de la República y los altos mandos políticos y militares del país, por lo menos a tomar en cuenta ese acontecimiento previo ocurrido el 22 de junio.
Es un hecho, que a estas alturas resulta obvio, que la conducta de la derecha nacional e internacional, sus expresiones políticas, expresa angustia y desesperación por las coherentes políticas económicas puestas en marcha por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro. La puesta en marcha de un nuevo cono monetario donde a las monedas de alta denominación se le suprimen 5 ceros. El anclaje del bolívar soberano con la moneda virtual venezolana, Petro. La entrega al Banco Central de Venezuela del Bloque de Petróleo Ayacucho Dos, de la Faja Petrolífera del Orinoco para, entre otras cosas, fortalecer las reservas internacionales del país.
La derecha oposicionista está absolutamente inactiva, destruyéndose entre sí a mordiscos y cuchilladas, está anulada desde las derrotas del pasado año con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente ANC hasta la reelección del Presidente Nicolás Maduro. Esa situación política y esos espacios han sido tomados por los grupos terroristas de primero (in)justicia y voluntad (im)popular y las bandas armadas paramilitares extranjeras actúen desesperadamente para sus amos los oligarcas colombianos, para tratar de frenar la política de recuperación económica que comenzará el 20 de agosto. En el camino dejan pistas falsas como el fulano grupo fénix, que murió con su líder Oscar Pérez, para ocultar los verdaderos autores, ya delatados, debemos suponer, por los terroristas apresados.
Pero ese atentado tiene otros componentes políticos y es allí donde la derecha fascista ha pretendido cabalgar sobre los conflictos sociales reales que genera la crisis, la lucha por mejoras salariales, por las fallas en los servicios, etc. Como dice el compatriota Juan Martorano al referirse al tema. "Estos actores pretendieron y pretenden utilizar estas manifestaciones como fachada para el despliegue de operaciones psicológicas tendientes a incrementar el malestar y descontento de la población, que genere todas las condiciones para el derrocamiento de la Revolución Bolivariana".
El pueblo venezolano sabe que todas esas políticas fortalecerán nuestra menguada moneda, se detendrá el desangre del contrabando de gasolina hacia Colombia, le pondrá fin a la política del dólar paralelo y, complementariamente, con las otras políticas económicas en marcha en los 15 frentes acordados por el gobierno meses atrás, incluso la despenalización de los delitos cambiarios, comenzará una etapa de recuperación económica. Precisamente a eso es que le temen los enemigos del proceso revolucionario, de allí su desesperación, los golpes arteros contra el pueblo como los sistemáticos sabotajes a la electricidad, el más reciente fue el que dejó sin luz por largas horas a Miranda, Caracas y Vargas, con todas las consecuencias que ello implicó. La llegada del 20 de agosto les aterra y quieren evitar que llegue, por eso hay que estar alertas porque aún faltan varios días.
Hay que tener claro que la reconversión monetaria anunciada es un golpe mortal para las mafias de la gasolina, de la que forma parte la transnacional enemiga de Venezuela Exxon. Se les van a ir de las manos los cincomil millones de dólares que anualmente se embolsillan, dinero que se quedará en Venezuela y con el que enfrentaremos la guerra económica.
Pero llegar al intento de magnicidio rebasó cualquier otra intención de sabotaje y de querer golpear y debilitar al gobierno, que no obtuvieron los resultados que esperaban los grupos fascistas con los otros y diversos intentos, desde los económicos, los aumentos permanentes y desmesurados de absolutamente todos los productos, alimenticios o de otra índole, del robo abierto y descarado del cono monetario para llevarlo a Colombia y Brasil, de la industria colombo/venezolana del contrabando, la conspiración descarada de la banca privada que proporcionan masas de billetes a los delincuentes que contrabandean el dinero en efectivo de los venezolanos. El gobierno debe estar alerta con la banca, la privada sobre todo, para que no se repita el ciclo de utilizar esas instituciones para continuar con el corralito financiero y conspirar con el nuevo cono. Hay que pensar seriamente en su nacionalización.
Es evidente que detrás del atentado, ya se ha dicho, están gobiernos extranjeros, el norteamericano en primer lugar que es el que mueve todos los hilos de la conspiración para derrocar el gobierno venezolano. Están los grupos terroristas venezolanos atrincherados en Miami que cuentan con el apoyo de algunos senadores golpistas, de la CIA. Finalmente está prácticamente toda la estructura del gobierno y del Estado colombiano puesto a la orden del colonialismo norteamericano, que controla 9 bases militares en territorio colombiano, la presencia del Comando Sur y la Agencia Central de Inteligencia en ese país, que ya tienen listo el plan de agresión a nuestro país como se ha conocido. La presencia de la OTAN en Colombia y del mossad israelí son otros elementos de ese cuadro.
Colombia es un país totalmente ocupado, entregada su oligarquía dócilmente a potencias extranjeras y ese país es el gran escenario de la conspiración contra Venezuela, tanto por el interés ancestral de su burguesía en nuestro territorio y riquezas como por sus amos norteamericanos y europeos. Todas las fuerzas del mal, la guerra y el terror norteamericanas están allí asentadas, a la que se le suman los criminales y terroristas grupos y bandas paramilitares del Capo Uribe, que tienen mucho que ver con el intento de magnicidio, la traída de los drones, del C4 empleado y probablemente los que accionaron los drones asesinos. A ello se agrega la legitimidad que el saliente gobierno del santanderista Santos le ha dado a los grupos que quieren construir un gobierno paralelo al venezolano. En el Congreso colombiano funciona insólitamente el ilegal Tribunal Supremo constituido por un grupo de abogados mercenarios, traidores a la patria. La delincuente ex Fiscala General Luisa Ortega Díaz, que siendo una prófuga, los gobernantes colombianos y norteamericanos le dan un estatus que no tiene, la traidora damisela tiene su asiento en Bogotá. Esas son dos piezas claves en el proceso conspirativo.
Podemos, finalmente, interpretar, que el intento de magnicidio supera con creces todas las acciones y políticas impulsadas hasta ahora por la extrema derecha fascista. ¿Por qué se jugaron esa peligrosísima carta, de la que no hay regreso si fracasaban como lo tuvieron, pues Maduro está vivito y coleando? ¿Qué carta tienen bajo de la manga terrorista? La revolución los está esperando en la bajadita, no se vuelvan a equivocar.
(05/08/18)