Hace catorce años Historia del Ayer (Danilo Anderson)

Hace catorce años, me pregunto como pasa el tiempo, corre sin darnos cuenta siquiera, y el tiempo ha pasado, catorce años del cobarde asesinato del Fiscal Valiente Danilo Anderson, tenía tan solo 28 años, cuando lo asesinaron cobardemente con una bomba lapa con C4 debajo del asiento de su camioneta Toyota Lautana.

Los desalmados lo volaron en la esquina de la calle Vargas de a Urbanización Los Chaguaramos, viví en ese entonces en el Edificio Remo, a solo cien metros de la esquina donde debido a la explosión choca la camioneta de Danilo, contra la pared de un negocio que hace esquina.

Sin tardar bajo y me uno al grupo de curiosos y autoridades, entremezclados con ordenes, lamentos y llanto. Encuentro entre otros al buen amigo Alexander.

Esa noche en mi hogar, y con la pena y las lágrimas en mis ojos, me siento frente al computador y escribo un poema que me sale del alma. -Saco cuatro copias y te digo, no se el porque lo hice.

Al siguiente día unos amigos me invitan a un acto en homenaje a Danilo a efectuarse esa noche en la misma esquina de la calle Vargas, donde muere Danilo asesinado.

Me uno a ese homenaje y entre los participantes recuerdo a Lloviznando Cantos, y varias otras personas que hablan y expresan sus sentimiento y su condena ante tan ominoso hecho.

Leo mi poema, aquel que con el alma y ojos empañados de tristeza escribí la noche anterior al compatriota Danilo. Nuestro Fical Valiente.

En medio de la lectura, me doy cuenta de tres damas que vestidas de negro están llorando con gran sentimiento, al concluir el poema se me acercan y una de ellas me dice -señor tiene una copia de ese poema, -si en efecto y les entrego una copia a cada una, no sin antes preguntarles quienes eran, -una de ellas me responde, somos sus hermanas. Yo soy Lala, soy como su mama para Danilo él y yo siempre nos criamos juntos, la otra dama me dice -yo me llamo Lourdes soy abogado como mi hermano Danilo, ese poema me dice, está escrito con el alma, -si de eso se trata, de escribir con el alma del sentimiento. Prosigue..-Es hermoso me recalca, muchas gracias, haciendo al mismo tiempo ademán de secarse las lágrimas con un pañuelito.

Esas lágrimas las hermanas de Danilo nunca he podido olvidarlas, tanto que hoy a catorce años de su vil asesinato, las recuerdo como si fuese ayer, y ya hace catorce años.

Este crimen aún clama por justicia, los autores intelectuales andan libres unos amparados en EE.UU como es el caso de la Hija de R. Poleo llamada la PAPO y otros escondidos entre las tinieblas de la injusticia y de la justicia que aún no ha sentenciado sobre ellos.

Le pedimos al ciudadano FISCAL TAREK W. que desentierre este expediente y trate de hacer JUSTICIA en contra de los autores intelectuales en nombre de estas sus hermanas dolientes.

Aquí está el poema.

A DANILO EN SU MEMORIA

Por José Juan Requena

Danilo, tu nombre como el de Aníbal.

Hoy inmortal y para siempre amado

Unido el dolor, a mi tristeza.

Unida la ira, a mi impotencia

Por no haber podido impedir tu asesinato

Arrasan hoy mis ojos, en lágrimas de ira

Te masacran, te asesinan, cobardes, viles

Aquellos que burlaron la justicia

Están aún libres por su crimen.

Te masacró joven Danilo

La impunidad de la justicia

Ella, fue cómplice ciega de tus asesinos

Luchaste sólo, como un coloso

En medio de la arena

Te dejaron morir Danilo, los cobardes

Los que cómplices silenciosos te abandonaron

En tu lucha titánica sin escudos

De que valen ahora mil discursos

Ni hermosas y resplandecientes condecoraciones

Si con ellas no logran regresarte del arcano en vida

Como hijo digno de esta patria.

No podrán las condecoraciones

Ni los mil discursos declamados, realizar

El milagro de Jesús con Lázaro.

Aquella noche, Danilo, aquella noche trágica

Se inmortaliza tu nombre de valiente

De soldado del pueblo y combatiente.

Por eso Danilo, quedamente en silencio

Me recojo en un rincón de mi floresta

A llorar quedamente tu partida

De luchador y valiente justiciero.

El amor hoy acompaña mi impotencia.

Deseo aplicar la mano justiciera

¡De tu justicia!

Aquella que siempre tú buscaste

Al enemigo infame, que cobarde te apaga.

Como la rosa nos brindaste tu alma

Aunque al hacerlo

Te clavaras sus espinas.



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José Juan Requena


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