En el contexto del escenario global americano, desde Canadá hasta Argentina; el reciente e inefable asesinato del presidente haitiano en funciones, más que un hecho aislado, abre un abanico de situaciones de conflicto de orden sociopolítico y geopolítico, definiciones en el camino a seguir por los países latinoamericanos y caribeños. ¡Sus relaciones entre gobiernos y sociedades!
Bajo el actual escenario pandémico, económico, social, político que se vive en toda la región americana; ¿a quiénes le conviene, beneficiaria, una guerra sobre toda la región latinoamericana y caribeña?
Basado en informaciones de conocimiento público, a través de este escrito se pretende aportar, como hipótesis, para la evaluación e investigación, sobre el magnicidio contra el presidente haitiano. ¿Qué pasó, qué ocurrió? ¡Fue su muerte, un error involuntario, por fuego amigo! ¡Un mal necesario, de esos daños colaterales, que a menudo escuchamos de boca de jefes militares durante operaciones de invasión! ¡Oh, cuál era su rol en toda esta trama, qué no cuadró, qué no quiso cumplir, según esta, nuestra hipótesis!
Los antecedentes:
Canadá; convulsionada por las fosas comunes y violación de derechos humanos de niños indígenas. Estados Unidos; en sus calles aún parece estar latente la derrota electoral de Donald Trump, recordemos que los medios lo callaron y lo desalojaron del poder político, más no así de una buena parte del establishment de inteligencia y seguridad con mucho, mucho poder, en ese sentido tenemos un gobierno de Joe Biden gravemente herido de credibilidad y sostenibilidad. ¡Un gobierno estadounidense débil que busca sustento y legitimidad interna y externa en todas direcciones y ámbitos! Colombia; aliada incondicional de los gobiernos estadounidenses, sacudida por la protesta social, herida en su orgullo como falso ejemplo de democracia y prosperidad económica latinoamericana, señalada por violación sistemática de derechos humanos además de la alarmante producción de cocaína sin control, postrada está ante el gobierno estadounidense tras su abierto apoyo a Donald Trump durante la campaña electoral. Argentina, del gobierno macrista y Ecuador, en el gobierno de Lenin Moreno, señalados en apoyar el golpe de estado en Bolivia, desde donde necesariamente hay que señalar también las complicidades de Brasil, Chile y Perú. Chile; en una asamblea constituyente que sin duda, camina más hacia la nada, que para otro lado. Brasil; con Bolsonaro queriendo mantenerse en el poder a como dé lugar y finalmente, Perú; donde el poder reinante no termina de definir quién es el presidente electo. ¡Parecen buscar un estallido social! Obsérvese que todos estos gobiernos aliados incondicionales del gobierno estadounidense de Donald Trump, hoy señalados de toda barbaridad posible, hoy necesariamente deben obediencia y subordinación, absoluta, que exculpe, liberadora de todo señalamiento y condena, ante Joe Biden. La OEA; como organización regional, está en un tilín, sin credibilidad alguna. El jefe del comando sur y el jefe de la CIA visitan Colombia y Brasil en un viaje, poco amistoso, en apariencia intimidatorio, también se sabe que lo hizo el jefe de seguridad del presidente haitiano. ¡Casualidades! Cuba; dicen sus autoridades estar a un tantito así de aprobar sus candidatas vacunales contra el covid-19, lo que sin duda marcaría un significativo hito en la historia científica política cubana y americana, eso; en el actual contexto de pérdida de hegemonía estadounidense, ¡no se puede permitir! En Venezuela; la instalación y reinstitucionalización del parlamento nacional viene consolidando la paz social, política, económica, dejando a la deriva, en desesperanza a los enemigos de la patria, externos, internos clamantes de intervención militar extranjera, eso los incomoda, los deja sin oportunidad clara de acceso, toma y control del poder político por vías violentas.
Las premisas:
Los gobiernos de Colombia, Panamá, República Dominicana y Haití; son amigos y aliados incondicionales del gobierno estadounidense, sea cual sea el presidente o el partido gobernante las fuerzas de seguridad e inteligencia, altos mandos militares y policiales tiene muy buenas relaciones, coordinaciones y colaboración. Igualmente a través de la OEA y cuanto parapeto paradiplomático se inventen contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. Todos estos organismos al más alto nivel de mando militar, seguridad, inteligencia y gobierno; «¡están en conocimiento de una avanzada mercenaria, de efectivos militares colombianos hacia Cuba! Una fuerza de tarea de unos 90, 120 efectivos, a ser infiltrados fundamentalmente desde Haití, en esta primera versión la base de concentración es Haití, con origen en Colombia, a través de Panamá y República Dominicana. Iniciadas las protestas y un estallido social en Cuba, simultáneamente en Venezuela y Nicaragua, esta fuerza expedicionaria, de los cuales se desconoce si ya algunos están dentro de Cuba, a través de la ruta Haití-Guantánamo, tienen como misión infiltrarse en las protestas sociales cubanas, coordinar y armar, eventualmente un grupo élite actuaría contra el presidente cubano. Allí todo bien, ¡felices y contentos! ¡La OEA y los medios en su rol! La duda que surge es si: ¿Está el débil gobierno de Joe Biden al margen o al frente de todo este plan? ¡Requiere con urgencia aceptación y legitimidad interna! Pero a la vez, son los ‘mayameros’ defensores de Donald Trump los más interesados en desacreditar al gobierno de Joe Biden».
Tras la evaluación de los antecedentes y las premisas, relataremos una hipotética situación:
«El objetivo fundamental es el asalto y derrocamiento contra el gobierno Cubano, en paralelo, a ver qué se logra, se inician acciones en Venezuela, Caracas, distractoras, también contra Nicaragua, a ver que consiguen por otro lado, pero la acción fundamental es contra Cuba y la infiltración de colombianos en la isla. ¡Tienen el propósito de asesinar al presidente y altos mandos cubanos, al pueblo cubano! ¡Subvertir el orden a través de Haití!, este presidente haitiano fue ‘puesto y defendido por el gobierno estadounidense y la OEA’. ¿Qué ocurre para su asesinato? ¿Se asustó? ¿No le gustó finalmente el asunto? O por el contrario; ¡empezó a oponer resistencia y condicionamiento no aceptados por los planificadores y amenaza con exponer todo el plan!» La hipótesis plantea así entonces que: «El recién asesinado presidente de Haití, ‘tenía conocimiento y era parte del plan’ al igual que los gobiernos, sus altos mandos militares policiales, de Colombia, Panamá y República Dominicana, de intervención mercenaria en Cuba, una discordia con los planificadores y ejecutores ya estacionados en Haití, donde no había vuelta atrás, da motivos para su asesinato. ¡Por eso la facilidad del asunto!» ¡Recuerde, solo es una hipótesis de conflicto sobre América Latina y el Caribe que se configura a partir de este magnicidio!
Antes de terminar: Tras los viajes de altos funcionarios estadounidenses, como el jefe del comando sur y de la CIA a Colombia, en el actual estado de conflictividad social; ¿cómo los servicios de inteligencia, avanzada y aseguramiento de la integridad física de estas personalidades, no vieron, aunque sea por extrañeza este movimiento, agrupamiento militar de alta preparación? A las autoridades aeroportuarias, migración, antidrogas, de República Dominica y estadounidenses en República Dominicana, ¿no les extrañó la concentración de tan elevado número de militares colombianos? ¡Alrededor de 30 conforman una unidad élite de búsqueda y captura! ¿No les era extraño tal movimiento y concentración?
¡Viva Carabobo, crisol de libertades!