“Tun-tun” –¿Quién es? –Gente de mal

Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.

Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero, tampoco me importó.

Más tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.

Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.

Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde.

Bertolt Brecht

 

"Tun-tun" es uno de los más hermosos aguinaldos de nuestra tradición navideña, y habla de "gente de paz". Recopilado por Vicente Emilio Sojo, se cantaba en las parrandas que él mismo dirigía, en las que Antonio Lauro preguntaba, con voz de bajo: "¿Quién es?". A la respuesta de todos los integrantes, "gente de paz", se abrían las puertas para que una alegría de comunidad y sentimientos navideños formara parte de recuerdos que llegaron hasta nuestra infancia.

Pero eran, entonces, los días del oscuro gomecismo. Tiempos de tortura, de represión, de imposición dictatorial. Aun así, Sojo y Lauro, como Inocente Carreño, Raimundo Pereira, Antonio Estévez y muchos más, se sumaron a diversas fuerzas democráticas, como lo harían años más tarde para enfrentarse al vil perezjimenismo, y abrir las puertas a una Venezuela distinta, como lo harían hoy. Y Gómez y Pérez Jiménez quedaron sumidos en el basural de la historia. La gente de paz se impuso: "Déjenlos pasar".

Hoy "Tun-tun" es oprobio que se vuelve burla. Gente de oídos sordos que canta con agresión desafinada. La parranda de gente digna, con cuatro, furro y maracas, se transformó en horda desaforada con armas de fuego. Hoy su letra es un chiste cobarde de quien se siente guapo, porque se ampara bajo una cámara de televisión. Hoy "Tun-tun" significa amenaza en una Venezuela que con ella se deshace, y que con ella, ya nadie quiere. "Tun-tun" es la falta de argumentos, la razón bruta de una fuerza más bruta. Del chantaje y la arbitrariedad. Es el odio que enfrenta al odio, para que odio quede. "Tun-tun" se abre a mandarriazos y se convierte en abismo sin retorno. Gente de guerra que cambió el abrigo por el pasamontaña. "Tun-tun" es el encuentro del delincuente con el estudiante, del culpable con el vencido, del opositor con el disidente. Bajo su sonido, no hay presunción de inocencia. "Tun-tun" destruye lo que "Tun-tun" era, un sentimiento de conciliación, la posibilidad de estar todos juntos.

Nunca más oiremos "Tun-tun" con la emoción de nuestros padres y abuelos. Ya no será igual la voz de Lauro, el cuatro de Fredy Reyna, la fraternidad de aquel orfeón heroico. Nos cambiaron el aguinaldo y lo rimaron con represión. "Tun-tun" está manchado por manos culpables de lo que buscan, porque tocan en casa ajena. "Tun-tun" será un recuerdo triste de tiempos tristes. Gente infeliz: esta violencia no es tradición nuestra.



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Alejandro Bruzual

Alejandro Bruzual es PhD en Literaturas Latinoamericanas. Cuenta con más de veinte publicaciones, algunas traducidas a otros idiomas, entre ellas varios libros de poemas, biografías y crítica literaria y cultural. Se interesa, en particular, en las relaciones entre literatura y sociedad, vanguardias históricas, y aborda paralelamente problemas musicales, como el nacionalismo y la guitarra continental.


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