El golpe de estado y el paro terrorista de 2002 ya cumplieron 5 años, el primero se acerca a los 6, y me pregunto: ¿Cuántos de sus protagonistas se fugaron?, ¿cuántos han sido imputados por el Ministerio Público?, ¿cuántos han recibido condena? Imagino que las respuestas a estas interrogantes, además de corroborar que la revolución nunca ha llegado al Ministerio Público ni al Poder Judicial ni a muchas otras instituciones, habrán incidido en el presidente Chávez a la hora de decretar la amnistía parcial; porque, si estas instituciones hubiesen cumplido sus obligaciones, el presidente estaría, en todo caso, otorgando indultos a cada uno de esos fascistas. En definitiva, el comandante prefirió asumir esa frustrante realidad, y la puso en un tobogán legal para ver qué sale y a dónde llega, considerando que este decreto beneficia a una minoría ínfima de delincuentes: la mayoría de los integrantes de la élite terrorista del 2002 la constituyen prófugos de la justicia que se asilaron en USA, Colombia, Costa Rica, etc., o que huyeron y dicen vivir en la clandestinidad.
Quizás, este recurso táctico (la amnistía) obedece a que durante un buen tiempo la revolución sólo identificó como enemigos a quienes se manifestaron en 2002 y 2003, y son muchos los revolucionarios que, todavía hoy, fijan sus sentidos sobre aquellos eventos y sus protagonistas -en su mayoría execrados por quienes los auparon-, cuando estamos recibiendo ataques permanentes e inmisericordes mediante nuevos actores. Es decir, el ejército enemigo lo tenemos al frente y adentro, pero aun estamos viendo a los batallones opositores que derrotamos antes y que huyeron despavoridos.
Quizás, este recurso táctico -repito- busca la supresión de algunos “ruidos” que, según el marco estratégico, ya se han hecho perturbadores, porque logran desviar nuestra atención, a diferencia del pasado cuando eran sonidos armónicos que nos consolidaban.
Quizás, este recurso táctico -repito- tiene como propósito enviar señales al exterior y/o a sectores nacionales específicos, y aunque la oposición trasnacional ha iniciado sus ataques contra la medida, el “gesto de buena voluntad” le resta fortaleza -siquiera coyuntural- al imperio económico-mediático que nos ataca.
Quizás, este recurso táctico -repito- responda a que los efectos producidos por las campañas de satanización de la revolución hayan alcanzado algún nivel preocupante.
Quizás, este recurso táctico -repito- sólo lo podremos comprender cuando equilibremos el cerebro y las vísceras, el pensamiento y la acción. Por ahora, da mucha arrechera…