Cuando los aborígenes del Copán visualizaron en 1502 las naves del terco genovés no tenían ni la más remota idea de que sobre esa tierra de costas profundas se iniciaba una singular sucesión de hechos violentos, usurpaciones y asonadas que signarían la idiosincrasia de una tierra destinadas a parir bananas y dictadores.
Una población indígena diezmada por la violencia de la conquista española; lencas, jicaques, payas y arawacos perecieron bajo la espada de Cristóbal de Olid un sanguinario emisario de Hernán Cortes quién a sabiendas de sus yacimientos de oro determinó su naturaleza de patio trasero para ser explotada y convertida en la caja chica de la troglodita sociedad europea de entonces. Luego con una nación mestiza, de borrosa historia, nacida y criada bajo la ignominia del látigo y educada para trabajar en silencio, bajo el inclemente sol que quemaba el rostro del minero de otrora y que secaría a futuro el tosco torso del colector de plátanos de hoy. 80 % de pobreza, 40 % de analfabetismo y una pasividad que ha permitido, hasta junio de este año, un sinnúmero de atropellos oligárquicos que ignoran la soberanía popular desde que su nación salió del imperio español para caer en las garras gringas que hoy le ahogan de desesperanza y de indignación.
Entre bananos te veas
Cuatro siglos después del fatídico encuentro con Colón y agotadas las reservas minerales, las empresas bananeras echan mano a tierras y hombres y emprenden el más feroz dominio sobre el quehacer político y social de la república hondureña, en 1903 unas elecciones generales se inclinan por el general Manuel Bonilla pero el presidente en ejercicios de entonces Terencio Sierra –allegado a la United Fruit Company- se niega a entregarle el poder y nombra a su protegido Juan Ángel Arias como sucesor, Bonilla se alza en Armas y derroca a Arias en 1903 y hace que el congreso lo ratifique como presidente, de inmediato funda el Partido Nacional de Honduras pero ayudados los hondureños liberales por elementos del ejército nicaragüense invadieron Honduras en 1907 estableciendo una junta provisional de gobierno y derrocando a Bonilla. Toma entonces el poder, por intermedio de los norteamericanos, Miguel Dávila quien ha de resistir las constantes arremetidas del depuesto Bonilla hasta que en 1911 tiene que renunciar a solicitud de EEUU y nombran en su lugar a Francisco Beltrán, pero en nuevas elecciones de 1912 vuelve a ganar Bonilla quien muere al año siguiente.
Quítate tú pa` ponerme yo…
En 1919 se plantean elecciones donde el presidente de turno Francisco Beltrán trata de imponer a su cuadro Nazario Soriano cuestión que ocasiona un levantamiento en armas por parte del General Rafael López Gutiérrez, ante una penosa guerra civil el embajador norteamericano pide a Beltrán se retire a los Estados Unidos y éste deja al Consejo de Ministros en el poder, se realizan elecciones (siempre por y en el congreso) y resulta electo Rafael López Gutiérrez, éste decidió ya en 1924 a destituir al congreso y asumir plenos poderes, una vez que en las elecciones que se habían realizado en 1923 ningún candidato obtuvo el consenso general, el candidato más votado fue Tiburcio Carías, apoyado por la United Fruit Company, se autonombra presidente; se inician saqueos con graves daños, más de 50 muertos donde se cuenta un gringo, esto da a EEUU excusa para enviar Marines, muere misteriosamente Gutiérrez y los norteamericanos imponen a Vicente Tosta García como Presidente.
El cambur verde mancha
La depresión de 1930 en Norteamérica hace que las bananeras disminuyan drásticamente las exportaciones, hubo un desempleo generalizado, hambre y huelgas. Ante la intranquilidad del ejército el presidente Vicente Mejia Colindres obliga a las Bananeras a prestarle 20000 dólares para mantener “contento” al ejército. Corresponde a Colindres llamar a elecciones en 1932, y por supuesto que las fruteras United Fruit, la Standard y Cuyamel nuevamente imponen su candidato, Tiburcio Carias Andino, quién puso mano dura en todos los aspectos, declara la ilegalidad del partido comunista, sancionó periódicos y periodistas, reinstaló la pena de muerte, por sus puesto pagó la deuda a las bananeras, negó el voto a la mujer, en fin, constituyó la más larga dictadura de las bananeras de que se tenga conocimiento en centro América, desde 1932 hasta 1949. Carias a sus 70 años, ya cansado de mandar, impuso a Juan Manuel Galves (abogado de las Bananeras) como sucesor, ya que el Partido Laboral no se atrevió a acudir a las elecciones; Galves concedió 25 años más de concesión sobre las ya arruinadas tierras hondureñas a la United Fruit Company a cambio se permitieron los sindicatos, las ocho horas laborales y el pago de los feriados. Galves se retira por problemas de salud y el vicepresidente Julio Lozano Díaz asume el poder, pero pronto sería derrocado por una junta militar después de la visita de Nixón en 1956.
Todos tenían su cuartico en Costa Rica
Ramón Villedas Morales gana las elecciones en 1957 pero es secuestrado y llevado a Costa Rica diez días antes de terminar su mandato en 1963; el autor del golpe de estado es el coronel Oswaldo López Arellano, en su mandato estalla la guerra con El Salvador ya que Arellano se dio a deportar los emigrantes salvadoreños que eran cerca de 250000, generando una crisis política sin precedentes. Cumplido “su período” Arellano llama a elecciones pero ante la inminencia de que gane el candidato opositor Ernesto Cruz Fernández optó por dar un golpe en 1972 que le dio excusas para quedarse hasta 1975 cuando al oponerse a las bananeras fue derrocado por Juan Alberto Melgar, López Arellano impuso a Standard Fruti Company un impuesto por exportación y ésta prefirió dañar 100000 cajas de banano por mes que pagarle al Estado, por ello la bananera impulsó y financió el golpe de Juan Melgar argumentando, con la complicidad del Wall Street Journal, acusaciones de corrupción. Pero para variar Melgar también fue derrocado en 1978 por Policarpo García.
De las bananeras a ser un cuartel Yanqui
Para cuando Policarpo García preside la junta militar golpista, había estallado ya la crisis centroamericana, nos referimos al caída de Somoza en Nicaragua y el fantasma de comunismo llenaba de terror a la administración de Ronald Regan quien estaba dispuesto a convertir el patio de plátanos en bastión anticomunista, financiando con 200000000 de dólares al sector privado y dotando de armas a la hasta ese momento indefensa nación, 11000000 en ayuda armada y aumenta la “ayuda” en otras áreas en 41000000 de dólares. Policarpo llama a elecciones en 1981 la cual gana el liberal Roberto Suazo Córdoba, realmente un títere total del gobierno norteamericano quien tenía como verdadero presidente de sombra al Gral. Gustavo Adolfo Álvarez Martínez ultra conservador que para ese instante gobernaba junto a los militares hondureños todas las instancias del país. Se destacó este período por financiar la guerrilla anti sandinista y el conflicto salvadoreño, un golpe interno se dio al mismo Martínez por parte del ejército debido a los excesos que había cometido. Sólo el huracán FiFi en 1974 que arrasó con 40 % de las plantaciones, el Huracán Mitch a finales del siglo XX que las destruyó en un 70% los cultivos y el empeño gringo de sembrar bases militares en vez de bananos pudieron dar al traste con la Guipuzcoana centro americana.
A grandes males grandes remedios
Ahora el 28 de junio de 2009 otro de esos ya cotidianos golpes de estado derroca al presidente José Manuel Zelaya, un golpe básico, elemental, del nada creativo Roberto Micheletti y a la intemperie del siglo XXI, la comunidad internacional reacciona, se pone a prueba a los mecanismos mediáticos e institucionales, pero son sorprendidos por el caradurismo de los golpistas. Incertidumbre, nadie sabe qué hacer y menos el pueblo hondureño que es una nación que en los últimos cien años ha tenido más de una docena de dictadores y golpes militares, siete constituciones, un pueblo que ha sido explotado y excluido de todos los procesos políticos y privado de sus más elementales derechos humanos, un país que no conoce de buenos gobiernos, aislado por más de 500 años, temeroso de los uniformes, dependientes de los dueños de la tierra, dependientes de la sobras de las trasnacionales, embobado por una red de medios alienantes y conductistas. Ese pueblo sin armas, incrédulo en la mayoría de los casos; cómo esperamos que reaccione ante un golpe más en la larga historia de su trágica existencia. Cómo estará el alma de Belice, Surinan, Guatemala, El Salvador, Trinidad y otras pequeñas y modernas colonias del imperio. No vemos salida posible sino la imposición de una fuerza de coalición americana antes que la sangre corra por las calles inocentes de Centro América.
*Periódico Comunitario TereTere
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