El sábado 11 de diciembre, aproximadamente a las siete de la noche, por el sector La Blanquilla, en las costas del Estado Nueva Esparta, se encontraban faenando los tripulantes del peñero “El mocho Justo” propiedad del pescador Justo Núñez de la comunidad pesquera de Manzanillo del Municipio Antolín del Campo. Cuando fueron abaleados por efectivos de Guarda Costas, el organismo de patrullaje de la Armada, desde otro peñero sin identificación, perdiendo la vida de un tiro de metralla el pescador Enrique Vallenilla de 58 años de edad.
Otros pescadores, en otros Peñeros que estaban faenando en la zona, así como los cinco compañeros del difunto, aseguran que la balacera comenzó sin mediar palabra y sin que hubiera habido ningún tipo de respuesta por parte del peñero atacado. Se escucharon primero tiros de pistola nueve milímetros y después de metralla, procediendo los cinco efectivos militares a retirarse del lugar una vez consumada la muerte de Enrique Vallenilla y quedando seriamente herido un compañero. Es decir los efectivos de Guarda Costas se dieron literalmente a la fuga después de consumado el hecho, dejando a estos pescadores en situación bastante comprometida.
La comunidad pesquera de Manzanillo, de las más combativas del oriente venezolano, comprometida mayoritariamente con la revolución bolivariana, se movilizó de inmediato haciendo presencia sus voceros ante la jefatura de la Armada Venezolana. Hasta el lunes por la tarde los nombres de los ejecutores eran mantenidos en secreto por sus superiores, quienes manifestaron varias versiones. Una: que se trató de un enfrentamiento con otra embarcación que logró darse a la fuga, quedando afectada por estar en el medio la “Mocho Justo”. Otra, que desde este peñero abrieron fuego contra la embarcación tripulada por los Guarda Costas. La tercera versión fue que la tripulación del barco abaleado no acató la voz de alto por lo cual los encendieron a plomo. Por su parte, los pescadores artesanales objetos de la agresión manifestaron que los guarda costas iban en un peñero sin identificación oficial alguna. Es harto conocido, la manera como han sido víctima los pescadores artesanales en los últimos años de la piratería en alta mar, muchas veces asaltados por individuos con armas largas y atuendos militares.
Ninguna de estas versiones explica por qué, luego de consumado el hecho los efectivos de Guarda Costas se dieron a la fuga como unos delincuentes. Si se trataba de algún operativo de cacheo o persecución, lo lógico sería que una vez sometidos los tripulantes se procediera a ejecutar la fase final del dicho operativo, lo cual además hubiera permitido actuar con mayor celeridad para dar atención a los heridos.
La Asociación de Pescadores Artesanales de Manzanillo, así como las comunidades pesqueras del oriente venezolano exigen a la jefatura de la Armada Venezolana, así como a las autoridades competentes en general el total esclarecimiento del caso y la ejemplar ejecución de justicia para los responsables de este nuevo atropello contra los trabajadores del mar venezolanos.
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