17-08-21.-Un informe del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH- Ucab) denominado "Formas de esclavitud moderna y su impacto en las personas migrantes forzadas y refugiadas venezolanas" denunció las precarias las condicciones en que se encuentran algunos los venezolanos que se han visto en la necesidad de emigrar.
Trabajo forzado, prostitución, contrabando y tráfico de droga; son algunas de las formas más comunes en las que los migrantes venezolanos son explotados en el extranjero.
Las redes sociales y otros medios de comunicación impersonales vía internet son las herramientas para difundir tales ofertas.
El Centro destaca los tratantes emplean las redes sociales para ofrecer empleos como cuidadoras, atención al cliente, aprender idiomas o cursar estudios en el extranjero.
El informe resalta la necesidad de reconocer a los migrantes venezolanos como sujetos de protección nacional, para que sus derechos fundamentales sean protegidos en el extranjero.
21 % de 4.600 venezolanos encuestados fue obligado a trabajar sin recibir ningún tipo de remuneración o fueron retenidos contra su voluntad, detalló un informe elaborado por la Organización Internacional de Migrantes en Panamá, Trinidad y Tobago, República Dominicana, Costa Rica y Guyana.
El estudio regional, que abarcó los países receptores de venezolanos (Colombia, Curazao, Ecuador y Trinidad y Tobago), las mujeres suelen llegar con escasos recursos, desnutridas y con pocas pertenencias personales; situación que genera que el trabajo sexual se convierta en el medio más común con el que cuentan para poder subsistir.
Los tratantes prometen a las migrantes regularización migratoria y empleo, pero una vez que llegan al país son forzadas a trabajar sin remuneración o a tener sexo.
EL CDH-UCAB registró casos de mujeres que son obligadas a prostituirse en Trinidad y Tobago después de haber sido captadas mediante ofertas engañosas. En junio de 2021 se conoció que las víctimas deben pagar hasta 2.000 dólares por su libertad a los líderes de la banda.
En Brasil, los migrantes y refugiados venezolanos son captados con fines de explotación a través de ofrecimientos de transporte y ubicación en el país.
En Colombia, Perú y Ecuador, mujeres, niñas y personas de la comunidad LGBTIQ+ han recurrido a relaciones sexuales transaccionales.
Específicamente en Colombia, se han identificado casos de mujeres que empujan a sus hijas a estas prácticas y hombres y adolescentes que se dedican al contrabando de combustible y drogas.
En el sur del estado Bolívar, las mujeres son explotadas sexualmente en negocios controlados por el Ejército de Liberación Nacional.
En el Norte de Santander, el 90 % de las trabajadoras sexuales son de nacionalidad venezolana.
En la región del Catatumbo, se constató la existencia de prácticas de explotación sexual y sometimiento de niños y jóvenes no escolarizados a situaciones similares a la esclavitud.
En Bucaramanga se denunció a una red de alquiler de niños venezolanos que son usados para pedir limosnas en las calles.