Este sábado 1º de julio comienza una nueva edición del Tour de Francia, una de las tres grandes competencias ciclísticas del mundo, junto al Giro de Italia y la Vuelta a España. Será una oportunidad más para que se midan los mejores ciclistas de ruta del globo terráqueo. La primera etapa será una contrarreloj individual en la ciudad alemana de Düsseldorf, en un recorrido de 14 kilómetros, mientras que la última, la etapa 23, será de Montgeron a París, en una distancia de 103 kilómetros.
Aquellos que puedan apreciar este espectáculo por televisión, podrán disfrutar de las maravillas que ofrece este deporte de alta competencia, al que se le ha incorporado mucha ciencia y tecnología. Un deporte en el que se combinan varios elementos en procura del mejor resultado posible: entrenamiento, diseño de las bicicletas, diseño del uniforme que portan los ciclistas, apoyo mecánico, asistencia médica, logística, trabajo en equipo, táctica y estrategia.
También se podrá disfrutar de los paisajes de la geografía de Francia, de los Alpes, de los Pirineos, de los pueblos y ciudades por los que transitarán los ciclistas, de la infraestructura vial, de las carreteras, de los puentes, de los túneles, en fin, del territorio francés, el mismo que servirá de escenario a esa intensa lucha que se librará por alcanzar las metas intermedias, los premios de montaña o la meta final, en cada una de las etapas, para coronar con la conquista del Tour.
Grandes equipos y grandes ciclistas se darán cita en esta magna justa del deporte mundial. Equipos como Sky, con su líder, el británico Chris Froome; Movistar, con el colombiano Nairo Quintana como su máxima estrella; Orica-Scott, capitaneado por el también colombiano Esteban Cháves; Trek-Segafredo, que cuenta con el multicampeón, el español Alberto Contador; o el BMC Racing, liderado por el australiano Richie Porte. Estos y muchos más, gastarán toda su energía y utilizarán toda su sapiencia en la conducción de la bicicleta, para deslizarse en las rectas, descender frenéticamente en las bajadas y ascender a las máximas cumbres. Hasta llegar a Paris.