Visto el desarrollo de la marcha campesina hoy, a más de 14 días desde su arranque, quedan muchas cosas que se ven ocultas pero que no es posible esconder.
Una de estas cosas ocultas, que no es tan oculta ya, es la inconsistencia hoy de la revolución bolivariana. No es una inconsistencia de hoy, viene andando desde hace años, pero que ya luce visible. La revolución abandonó a los sujetos políticos que desde el campo eran los aliados estratégicos de esta propuesta de cambio. En el fondo, la revolución quebró la ley de tierra. Hoy, años después de su aprobación y promulgación, la revolución hace el papel que en su momento (2013) realizó José Luis Betancourt, como presidente de FEDENAGA.
Esta acción del presidente de FEDENAGA fue como simbólica y la acción de la revolución muy práctica para restablecer el poder de los latifundistas. La revolución ha venido rompiendo página a página, la ley de tierra para fortalecer una red de complicidad que deja desamparados a los campesinos. El desalojo y la violencia son las consecuencias directas de esta acción. No es cualquier cosa, más de 300 campesinos asesinados. Este dato, deja muy mal parado a la revolución y precisa como se ha restablecido el poder de los terratenientes.
Otra situación que luce muy clara y curiosa, es la forma con los medios públicos y privados han ocultado la marcha. No es noticia la marcha. Pareciera que hay una orden tanto de los medios de comunicación públicos y privados de censurar toda información que haga visible una marcha campesina en Venezuela, que puja por reivindicar el derecho de los campesinos a la tierra y para hacer de la producción agrícola un frente de lucha por la independencia.
No es muy difícil imaginarse a un José Luis Betancourt de camisa roja, rompiendo nuevamente la Gaceta Oficial, donde se publicó esta ley de tierra. Es lo que parece, si nos atenemos a considerar, que la marcha trae como objetivo llegar a Miraflores para reclamar el rescate del legado de Hugo Chávez.