Estamos en un transito complejo y difícil y en una transición inédita y, por eso mismo, tenemos, la responsabilidad de continuar forjando conciencia histórica, colectiva, común y compartida, que nos permita orientarnos y confrontarnos con transparencia y sinceridad, que a la vez permita ahuyentar las decepciones e impotencias del pueblo venezolano. Es hora de hacer un reajuste critico entre el hacer y la realidad de la lucha por la democratización de la tierra. Es una demanda imprescindible, justificada históricamente de nuestro campesino.
El camino elegido para realizar la Revolución Bolivariana, fue por la vía constitucional, una revolución pacífica pero armada, ha devenido en un proceso violento, donde el pueblo y los ciudadanos y campesinos conformamos los actores con diferentes y diversos tipos de armamentos: jurídicos, mediáticos, políticos, enfrentamientos armados, el amañamiento, el retardo de los procedimientos, el "chapeo", la desviación deliberada del funcionariado.
La revolución entonces ya no es un paradigma de carga utópica, algo inalcanzable; es una realidad que se concreta en la lucha permanente por hacerla realidad, es concreta y es territorial.
La forma como hemos respondido como pueblo, a la violencia impuesta desde los cuatro puntos terrenales y cardinales, desde lo endógeno y el imperio, obliga a estar alertas y a un trabajo permanente que partiendo de la maximización de la memoria y minimizar el olvido nos lleve al accionar practico pues estamos en un transito histórico inédito en tanto que es revolucionario, pacifico y democrático, que nos llama a ocupar los espacios para proclamar que jamás aceptaremos la paz de la extorsión, de la desigualdad, la exclusión y el silencio cómplice. La paz democrática que nos fue impuesta en el pasado no puede ser aceptada. Queremos paz con dignidad. Pues la paz no es valor abstracto: no puede ser convertida en una abstracción sin contenido real, concreto.
El pueblo venezolano no vive de abstracciones y menos el sector campesino que labra la tierra, que produce con muchas limitaciones y que mientras la propiedad de la tierra le sea negada no se puede hablar de la paz, pues el problema no es, pues, entre la guerra y la paz como dilema universal, sino entre una determinada guerra y una paz determinada, entre un genero de violencia y un genero de paz; el genero de paz que la violencia exige, si la consideramos en su doloroso devenir histórico, solo puede encarnarse en la profundización de la Revolución Bolivariana.
Con la implementación de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, la Republica Bolivariana de Venezuela, comenzó a proyectar un horizonte luminoso, pues el destino social de quienes habían padecido secularmente la violencia por la tierra había comenzado a cambiar por primera vez en nuestra historia patria; los propios campesinos fueron los auténticos autores de ese cambio tan necesario como impostergable: es el pueblo empoderándose a si mismo.
Así como se ha dicho que en el pasado glorioso de la guerra de independencia, la misma fue una independencia inconclusa, hoy de nuevo se siente el látigo de la contrarrevolución, pues la batalla contra la violencia estructural y estructurante esta muy lejos de haber terminado. Incluso podemos decir que ha experimentado una mutación pues viene emergiendo una nueva clase, de una nueva oligarquía, y la entropía diseminada a todo lo largo del tejido institucional como producto de la contrarrevolución burocrática.
De ahí, que hasta que no logremos torcerle el pescuezo a todas las formas de exclusión y desigualdad, la violencia seguirá determinando no solo nuestra historia sino nuestra cotidianidad.
Nuestros campesinos que vienen luchando por la tenencia de la tierra, por ser favorecidos con la carta agraria socialista, se han tropezado con numerosos obstáculos que impiden el pleno desarrollo de sus derechos consagrados en la Constitución Nacional De la Republica Bolivariana de Venezuela.
Para tratar de salvar dichos obstáculos los campesinos organizados en sus movimientos de base viene realizando diferentes actividades que incluso ponen en riesgo su propia vida, así han realizado movilizaciones, marchas campesinas, encuentros comuneros, marcha campesina admirable, foros, coloquios, asambleas campesinas, toma de instituciones, huelgas de hambre, comunicados, manifiestos, pero han encontrado como respuestas que las instrucciones del presidente son incumplidas, las instituciones del estado muy diligentes a favor de los terratenientes, los tribunales agrarios prestos y catalizados contra el campesino, desalojos violentos, violación de derechos humanos, dilación administrativa, burocratismo, compromisos institucionales sin cumplirse, resurgimientos de grupos armados, sicariato, los medios públicos cuando no callan entonces desvirtúan, los medios de la revolución bolivariana a excepción de Tatuy Tv, guardan silencio. Todo aunado van tejiendo una maraña mediática, jurídica y política que generan impedimentos para que la Carta agraria socialista y demás requerimientos no logren concretarse por las retardos deliberados de los procedimientos técnicos y administrativos.
Zamora: "guía indudable para la construcción de una sociedad justa"
La lucha por la tierra no es solo contra el latifundio, por la tenencia de la tierra, es también a favor de la vida en armonía con la naturaleza. El latifundio es continuo largo y profundo, donde están comprometidos funcionarios de todas las jerarquías burocráticas. Se continúa atropellando a los campesinos. A desalambrar.
La democratización de la tierra es una de las banderas centrales de la revolución bolivariana, una de las conquistas fundamentales de nuestro pueblo y uno de los aspectos principales del modelo agrario definido por Hugo Chávez en la ley de tierras y desarrollo agrario.
Si bien la Constitución Nacional declara entre otras medidas que involucra la tierra, que el régimen latifundista es contrario al interés social, lo que en términos jurídicos concretos no es una orden de erradicar el latifundio, sino de volverlo conforme al interés social, es decir que la tierra con vocación agrícola no permanezca ociosa, que se transforme en unidades económicas productivas como lo expone la LTDA " el valor fundamental viene a ser la productividad de la tierra con vocación agrícola".
El latifundio además de contrario al interés social, además de impedir el desarrollo rural integral también impide a la población campesina un nivel adecuado de bienestar que transgrede el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, impidiendo a su vez que se cumplan los valores superiores del ordenamiento jurídico como la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y la preeminencia de los derechos humanos.
Volviendo la mirada a la historia como camino de la verdad, testigo del pasado , emula del tiempo y advertencia del porvenir, nos dice que el latifundio es la expresión originaria de la violencia en la historia de la formación social venezolana, y si queremos alcanzar y concretar uno de los grandes objetivos de la Revolución Bolivariana, que no es otro que lograr la plena soberanía alimentaria, el latifundio debe morir, y para ello la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario no puede ser transformada en la gran farsa como ocurrió con la Ley de Reforma agraria de la cuarta republica, la cual fue un fraude y una traición para el pueblo venezolano; fue sin duda una de las situaciones mas dolorosas de la frustración del Juan sin tierra venezolano.
Memoria activa: El recordado economista y escritor Orlando Araujo, nos refiere en su obra Venezuela Violenta (2010; 1968), que El indomable Páez, "se hace propietario y su sable vencedor en cien batallas impondrá ahora la paz productiva de los terratenientes. Bajo su protección, la Constitución de 1830 concede el derecho de propiedad y ejercicio de los derechos políticos conquistados sólo el círculo de quienes posean la tierra o perciban una renta". (pág.45)
"El 10 de enero de 1960, se cumplieron cien años de la muerte de Ezequiel Zamora, caudillo de una guerra campesina cuya victoria no presencio y cuyo sentido de revolución agraria fue escamoteado por sus propios dirigentes al aceptar una negociación que dejaba sin modificar el sistema latifundista y pactaba, en provecho de las clases dominantes derrotadas por la violencia popular, el retorno de los campesinos a la servidumbre de la cual se habían querido liberar" (pág. 61).
"Ni la Guerra de independencia ni la Guerra federal se hacen para repartir la tierra y, sin embargo, se frustran como revoluciones fundamentalmente por el hecho de que no traen consigo cambios revolucionaros en relación con la tierra" (pag.48). Es de aclarar, que la frustración fue para el campesino, el que aportó la sangre en la guerra, después de la victoria, en iguales o peores condiciones de servidumbre que antes, ese si sufrió una frustración.
Hoy en pleno siglo XXI, la lucha continua, Ezequiel Zamora ya físicamente no esta, pero es el símbolo de una liberación que espera su realización histórica. La invocación de su nombre no es un canto pasado sino la renovación de un compromiso presente.
Una revolución se desdibuja y se pierde en el horizonte si nuestros campesino dejan de ser la expresión y realidad de la lucha por la tierra, y no caer en la letra del cancionero popular que nos hace referencia a aquel campesino que siendo mi padre peón de hacienda, y yo un revolucionario, mis hijos pusieron tiendas y mis nietos funcionarios (Víctor Jara). Da allí que el cantor chileno siempre nos hace el llamado a desalambrar.
Realidades: La lucha por la democratización de la tenencia y productividad de la tierra continua ante el riesgo permanente de la restauración latifundista, mediante la amenaza, el linchamiento los asesinatos como el caso de Ticoporo.
El "patrón" o sus testaferros, utiliza estrategias `para captar incautos y atraer hacia él, en base a la amistad con campesinos del sector y lograr dividir al movimiento campesino.
En el ambiente, están presentes dos visiones y proyectos distintos, por un lado el retrogrado latifundio y por otro la construcción de la comuna socialista; allí la presencia del poder popular es de gran importancia, aunque a veces muestra signos de impotencia por la falta de apoyo del estado y de sus instituciones, por las debilidades organizativas, la presión de la crisis que vive el país, siempre se apuesta a mantenerse en alerta, marchar a la contraofensiva.
Hoy los medios de comunicación popular afirman: "MORAICCA denuncia que Empresa Pedro Camejo en el estado Guárico no puede prestar ayuda a los campesinos por estar las maquinarias en poder de los burgueses agrarios".
SOBERANIA@LUCHA_CAMPESINA #MarchaCampesinaAdmirable recordamos los mas de 500Km recorridos a pata, para denunciar públicamente los sicariatos, el paramilitarismo, la restauración del latifundio entre otros.
ALBA TV: "Esta denuncia lleva meses sin ser atendida, campesinos y campesinas que producen forma agroecológica, rescatando la cultura indo-cumbe-campesina solicitan apoyo técnico de la empresa de mecanización del estado".
MORAICCA Guárico siembra a mano limpia pagando el precio de no tener apoyo de maquinarias solo por el hecho de ejercer como Pueblo Originario a producir desde agroecología "El Rico siempre aplasta al pobre #la derecha tiene el control total del sistema agrícola.
Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora: La # MasacreDe Ticoporo busca frenar el avance de la #Corriente en la construcción de la democracia revolucionaria y la defensa de la paz y la soberanía en el municipio Sucre de Barinas.
SOBERANIA@LUCHA_CAMPESINA: a 1 año del encuentro de nuestra #MARCAHCAMPESINADMIRABLE "queremos que cesen los amedrentamientos, amenazas y atropellos por parte de los cuerpos de seguridad del estado que encubren a mafias latifundistas y paramilitares".
SOBERANIA@LUCHA_CAMPESINA: "Denunciamos parcialismo de jueces y funcionarios administradores del sistema de justicia a favor de latifundistas"
@ALBA TV: "Hace un año llegaron a Caracas, con la necesidad de tierras para producir y exigiendo justicia en los casos de sicariato y abuso. Hoy la lucha continúa" .La marcha campesina admirable Produce y Lucha.
Referencias:
Araujo, O (2010) .Venezuela Violenta. Fundación editorial El perro y la rana. Caracas.
Republica Bolivariana de Venezuela (2010). Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Caracas.