MIR 64 años

La célula del MIR de Santa Elena

 Ciertamente, aprehendido por los recuerdos juveniles, se vierten sobre mi cabeza, aquellos momentos tal vez llenos de las osadías propias de un adolescente, los primeros momentos de iniciar mis contactos con la revolución, con los ideales por hacer un mundo mejor, emancipador, liberador.

Así, en el año 1968, comenzaba mi acercamiento con quienes pregonaban la lucha por el socialismo en el legendario Liceo Bolivariano Libertador; mis compañeros me eligieron delegado de curso y organizadamente se ganaban las elecciones estudiantiles del CELL (centro de estudiantes del Liceo Libertador), luego de realizar los debates imbuidos de ideología y propuestas para mejorar la educación, las luchas por las reivindicaciones de los estudiantes, entre las que destacan el solicitar el arreglo del viejo autobús para trasladar a los estudiantes con residencia en la entonces retirada población de Ejido.

En esos años, fuimos testigos de la intensa actividad política que se vivía en la ciudad siendo los estudiantes de la ULA, quienes acompañados por los estudiantes de educación media, los protagonistas en la lucha contra la reforma de la ley de universidades la que, a pesar de la sangre derramada en las calles de Mérida dicha ley fue impuesta a sangre y fuego, fue una lucha  amplia pues muchos fueron los sectores sociales involucrados en la misma, luego se torno cruenta, pues el objetivo fue acabar la autonomía y la universidad popular y democrática.

En esa lucha, ofrendaron sus vidas varios estudiantes venidos de diferentes partes del país, pues la consigna   de Estudiar Y Luchar conformaba el ideal principal; así cayeron  Domingo Salazar Rojas, José Benito Uribe, Márquez Quiroz, Rosas Piña, Carlo Bello; para cumplir con ese objetivo, a Mérida fue trasladado el cuerpo de cazadores, que para la época era el sector con mayor carga represiva del ejercito venezolano.

Un recuerdo memorable y reconocimiento ilustre al rector magnifico de la ULA, Pedro Rincón Gutiérrez al rector de rectores que con perfecta mano de cirujano supo darles el trato humano a sus estudiantes, familiares y a la ciudad, siempre al lado del pueblo, quien siempre se definió sin medias tintas como hombre socialista y revolucionario.  

El MIR, partido que había saltado a la palestra pública como un partido como alternativa constitucional en abril de 1960- luego estar inhabilitado por mas de diez años -vuelve a la legalidad política para realizar política de masas en el mes de junio de 1973 a escasos meses del proceso electoral pautado para diciembre de 1973.

En ese año, un grupo de jóvenes residentes en el bario Santa Elena, tomamos la decisión de fundar lo que en su momento se llamaba la célula, que era un núcleo base para la organización y el despliegue de participación política, aprovechando la política del MIR, la llamada vanguardia abierta.

El responsable de la célula era camarada “Chauco” Pachas, estudiante de Medicina hijo de un connotado profesor universitario y enemigo declarado de la izquierda. Igualmente eran miembros de la misma los hermanos Ricardo Negretti y Nelson Negretti. En la habitación de los hermanos Negretti, hicimos muchas de nuestras reuniones, en la calle 8 del barrio Santa Elena. 

Con “Chauco” recuerdo que hacíamos reuniones de forma veladas en un lugar de su casa los llamados “círculos de Estudio”, una estrategia de aprendizaje que dejo sus frutos en los primeros momentos de formación política e ideológica.  

 La casa del MIR, un pequeño local que albergaba a la militancia y centro de propaganda estuvo ubicada en la hoyada de Milla, pasos arriba del local de la entonces emisora Radio Los Andes (un eco valiente de la cordillera en el cielo de América); el “jefe” de propaganda era el gran amigo al que cariñosamente llamábamos y aun lo llamamos “el Pata” (Isaías Guillen), quien tenia una disfuncionalidad en una de sus piernas. Años mas tarde, la casa del MIR fue mudada a un apartamento del piso cuatro del edifico Par-Qui en la avenida tres independencias; allí vivía nuestro amigo de grata recordación Juancho Pérez, su musa y su compañera Lakosky.  

 El MIR, tuvo otro centro donde se elaboraba la propaganda, una casa ubicada en la avenida los Chorros, muy cerca del local del antiguo acueducto de Mérida y de la Facultad de Humanidades y Educación, una casa amplísima que tenia sótano, donde vivía otro gran amigo de nombre Rodríguez Marín. Allí fueron muchas la noches y madrugadas que pasamos haciendo afiches con la técnica de “la batea”. El día previo al 1ero de mayo, seguro amanecíamos haciendo propaganda.

Como joven inquieto, me propuse captar a varios muchachos del barrio, los cuales eran renuentes y temerosos a la militancia política, y más si era de izquierda; al fin se incorporaron a la célula, muy diversa por cierto con bodegueros, obreros de la construcción, jóvenes insurrectos proletarios habitantes del barrio y llego a contar hasta con un peluquero conocido con el apodo  “palomo”  ; En la célula aprendimos a estudiar, a confrontar y argumentar ideas, pues teníamos nuestro circulo de estudio, lecturas permanentes, conferencias, aprendimos la disciplina y el respeto comedido. Preparamos varios actos para conmemorar  fechas históricas vinculadas al socialismo como el ocho de octubre “Día del guerrillero heroico”.

 Al tiempo muchos de esos jóvenes que logramos captar, luego de participar en varias actividades políticas, batidas de propaganda y de agitación social, hicimos varias “pintas” de murales en el barrio y en otras zonas bajo la sombra de la noche siendo   hostigados por los cuerpos policiales.

Con el trascurrir del tiempo varios de los muchachos de entonces comenzaron a distanciarse por varios y diversos motivos, unos presionados por la familia, otros por razones laborales, de los cuales obvio sus nombres por no tener autorización para dar los mismos; sin embargo, de esos se distinguió un camarada miembro del cuerpo de Bomberos del Estado Mérida, el teniente Francisco Antonio Castillo llamado cariñosamente “el musiu”, que resultó un Bombero consecuente con las ideas del socialismo. Castillo murió a temprana edad, pero se sembró  convencido del socialismo y la revolución. Honor a su memoria.

 En ese trajinar de la lucha,  tuve la oportunidad de reunirme con varios integrantes del cuerpo de Bomberos a quiénes quisimos captar pero les tenían prohibido la participación política; en esos tiempos los bomberos eran explotados y con muy bajos salarios pues pertenecían a una junta administradora privada o sociedad civil, y como paradoja, su comandante que perseguía a los bomberos por sus ideas de izquierda, años mas tarde se hizo chavista y socialista, pues regreso a la comandancia en tiempos de la revolución Bolivariana.

En esas andanzas, sacamos un sencillo periódico que le dimos por nombre “Hojilla Cimarrona” el cual se distribuía los días domingos en los sitios cercanos al barrio; de igual forma fuimos pregoneros del semanario “IZQUIERDA” (sin miedo solo la verdad), de grata remembranza en el seno de la comunidad.

En esos años del 70, se hacían diversas y variadas actividades culturales y el teatro de género con denuncias destaca en aquellas; en una oportunidad se presentó en el auditorio “Cesar Rengifo” el grupo de teatro de la Universidad del Zulia (LUZ), quienes montaron una obra que para el momento el guion significaba la cultura de la denuncia donde se revelaba los atropellos que el gobierno realizaba contra el movimiento popular de la época. La obra Intitulada TO3, era tan cruel  como la realidad que representaba, las desapariciones, el régimen de tortura y muerte: El  compañero “Chauco” que estaba al lado de mi butaca me comentaba:” coño hermano, el que no esté claro, con esta obra se raja”.

A BUSCAR LOS VOTOS PARA CONSOLIDAR LA REORGANIZACIÓN DEL MIR

El MIR de Mérida, conto con unos selectos  hombres y mujeres, suficiente para comenzar la reorganización del partido, con la consigna “de la reorganización a la victoria”, lanzándose a la campaña electoral de 1973 apoyando la candidatura de José Vicente Rangel, con la consigna “vamos a golpear juntos”, a pesar de no contar  con la plena simpatía y la mirada recelosa de la gente del MAS, pues a estos se les hacia cuesta arriba aceptar al glorioso MIR como miembro del alianza electoral; ese MAS que quería separarse de todo lo que significara el pasado vinculado a la lucha armada; por cierto en  una oportunidad, estuvimos en Mucuchies, un pueblo ubicado en el corazón del paramo merideño, en acto de campaña, en el cual intervino el “catire” Teodoro Petkoff, con un discurso cargado de un léxico extremadamente soez  e insultante que le cayo muy mal a los campesino y pueblerinos de la zona.

Sin recursos económicos, el MIR asume la campaña electoral, como una oportunidad para difundir las tesis del socialismo, las cuales se diferenciaban conceptualmente y políticamente del planteamiento del MAS, pero había la necesidad de buscar a como diera lugar los votos, allí en la gente, reencontrándose con muchos amigos y militantes del pasado glorioso y atrevido del MIR.

Para realizar la campaña electoral, era necesario el perifoneo, para lo cual se requería el uso de vehículos; para ello recurríamos  a un medico que trabajaba en el HULA y nos facilitaba su pequeño Volkswagen de color azul, y el camarada Adam Chávez, siempre solicitaba manejarlo y quien  esto relata se encargaba del perifoneo; El profesor Néstor Joussef,  para entonces director  de la Escuela de Ingeniería Mecánica, también nos facilitaba su carro de color azul cielo  marca Ford Falcón, y como cosa curiosa el poeta Adelis León Guevara no le gustaba perifonear, le temía al micrófono, pues, según él relataba que su experiencia era otra, pues venia de la clandestinidad y a pesar de ser un connotado profesor de la escuela de Letras; nos cuenta el poeta Adelis, que en una oportunidad de las tantas, la policía lo estaba buscando, pero logro esconderse en la alcoba de una linda compañera de estudios, ante la pregunta inquisidora y tremendista de algún camarada , fue tajante su respuesta: nada de nada, moral revolucionaria. 

El 11 de septiembre, día marcado y de impronta luctuosa para nuestramerica, pues el imperialismo y la traición de la bota militar chilena, acompañado por la posición silente del puntofijismo venezolano, acaban con la experiencia  constitucional chilena al socialismo, asesinando al camarada y compañero presidente Salvador Allende lo que trajo como consecuencia miles de muertos , torturados y desaparecidos una dictadura feroz y fascista; a propósito ese día, el camarada Lubin Maldonado dio un extraordinario discurso en el aula magna de la ULA.  

Al culminar el acto tal y como estaba pautado, nos dirigimos en campaña electoral, por varios municipios del estado Mérida; abordamos una camioneta Ford country sedan, facilitada por un  camarada profesor universitario, que seria conducida por el macho Héctor Pérez Marcano, dirigente nacional del MIR, acompañado por quien para el momento era su compañera la estimada profesora Rosa María Estaba, el estudiante de medicina Lionel Muñoz y quien esto escribe. 

Nos dirigimos hacia la población de El Vigía, donde tuvimos buena receptividad, aunque no sin temores, por los cuentos del “come niños” y otros estigmas regados por los enemigos; allí José Vicente se dirigió a las masas reunidas en la avenida Bolívar en las afueras de la emisora de “Ondas panamericanas” de esa ciudad. Nunca pensé, que esa ciudad seria más tarde muy cercana a mis sentimientos, pues años más tarde me case con una muchacha de esa población.

En El Vigía pernoctamos esa noche, gracias la gratitud de un señor de apellido Pineda, dueño de un negocio de productos agropecuarios nos ubicamos en el hotel Troya situado frente a la plaza Bolívar. Al día siguiente, continuamos en campaña hacia la población  Zea, Tovar Y Bailadores y por la noche llegamos a la ciudad de Ejido, donde se había preparado un acto político en el cine Ejido, donde tuve la oportunidad de escuchar a Juan de Dios Moncada Vidal, comandante  en jefe de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional,  que con gran oratoria y entusiasmo vibrante describió las diversas  situaciones de la lucha armada y la decisión de apoyar la candidatura de José Vicente Rangel; esa noche, al regresar a mi casa, recibí mi “enjabonada” de mi madre, pues me había ido “fuido” por dos días para la campaña del MIR.

Les comento que ese día, antes de llegar a la ciudad de Ejido, hicimos una extraordinaria caravana por la ciudad de Mérida, donde el número de vehículos del MIR fue superior a los del MAS, presentándose un discusión, pues la gente del MAS, no quería pasar por el barrio Santa Elena, cosa que al final logramos por la decisión del candidato; allí, en Santa Elena, tuvimos un gran recibimiento, pues era el asentamiento de la célula del MIR, y teníamos acogida en dicho sector. José Vicente, se dirigió al público que se había concentrado  en la Plaza Miranda del barrio; así llegamos a diciembre y el MIR logra sacar cerca de cincuenta mil votos, con lo cual se hizo acreedor de un diputado por cociente electoral, cumpliéndose así lo que pudo haber sido la primera fase de la reorganización del MIR.

A partir del año 1974, ya incorporado como estudiante universitario, el MIR continua con sus labores para consolidar la reorganización, vinculada con la conquista y el rescate del movimiento estudiantil y de su organismo como lo era la Federación de Centros Universitarios y el co-gobierno universitario; esas elecciones se dieron en noviembre de ese año, logrando el triunfo de la presidencia de la FCU el entonces camarada Carlos Boves, con la plancha de la Unidad Popular; recuerdo que el acto de toma de posesión fue el 21 de noviembre, día del estudiante; al finalizar el acto que conto con la presencia del macho Pérez Marcano y de Estanislao González, Boves se me acerca dándonos un abrazo y me dice” ahora si tenemos un partido”, sin duda una frase muy cierta, pues a partir de allí, el MIR logro la plena consolidación insertándose en los estudiantes y en la población en general. Luego se dieron las elecciones de enero de 1976 donde Macario González gana la presidencia de la FCU y en 1978 las gana Carlos Castillo, conjuntamente se ganaban la mayoría de los centros de estudiantes de las once facultades y en los núcleos de Trujillo y Táchira.

Es importante resaltar, que para prepararnos para las elecciones estudiantiles, la mayoría de los militantes se quedaban en la ciudad a pesar del receso docente de la ULA, pues era necesario formar los equipos de trabajo, la formación política y hasta cursos de oratoria en cual participaban los jóvenes militantes del MIR.

Ya teniendo la dirigencia de la FCU, el MIR organizo diferentes actividades políticas y culturales, tanto en el aula magna, plaza de toros y en otros espacios libres como los estacionamientos de la de facultad de ingeniería donde presentamos  al gran Barbarito Diez y al sonero clásico del caribe con su director “pan con queso” y el negro José Rosario; en la plaza de toros, se realizo la presentación del Carlos Puebla y sus tradicionales; también presentamos al panita Alí Primera, Mercedes Sosa y Gloria Martín. En el aula magna se realizo la presentación del famoso grupo de teatro Rajatabla,  del cantante y folklorista uruguayo Alfredo Zitarrosa, así muchos otros actos políticos, de gran significación, de sembrar conciencia revolucionaria pues mientras el MAS hacia fiestas y parrandas para conmemorar el día de la juventud, el MIR organizaba eventos de alta significación política donde planteábamos  que “el 14 de febrero de 1814 no fue un bonche”, era el debate de las visiones diferentes sobre la lucha juvenil de entonces.

En diciembre de 1978, hubo elecciones, donde el MIR luego de un arduo debate, y el contexto de una izquierda fraccionada, se decide que nuestro candidato fuera Américo Martin, el hombre de las “manos limpias”; elecciones donde por cierto el MIR logro aumentar su cuota parlamentaria.

Ya para concluir este relato de crónicas de la primera juventud, recuerdo que en ese tiempo en agosto de 1978 me encontraba en la población de Pueblo Llano de gran vocación  agrícola, y en el bar “Vuelvan Caras” del pueblo que era atendido por el señor Sardo, un viejo socarrón y pícaro, oriundo del pueblo de Jajó, en ese lugar nos dábamos cita los jóvenes y las personas que buscaban un sitio para pasar el rato; en esas tertulias les hablaba del MIR y de su candidato, y la sorpresa fue que en las elecciones de ese año en ese pueblo sacamos sesenta votos, como resultado de mi pregonar juvenil.

Lo demás ya es conocido, el accionar político del MIR, los éxitos, la experiencia de años, sus divisiones internas, la falta de visión política, la fusión MIR-MAS, el infortunio de la izquierda de los años ochenta, cuando llegó a parecer que no había esperanza, la adversidad y las pasiones personalistas marcaron la senda del MIR.

Una cosa que si lamento, el MIR que fue la cuna política de un vasto sector de la juventud venezolana, muchos de quienes figuraron como sus dirigentes, creo lamentablemente, que su militancia fue oportunista, pancista, fue una forma de vida, de otra manera no tengo explicación, el por qué, en el ahora, estén distanciados y hasta reniegan del socialismo y de la revolución, como diría el ronco Moisés Moleiro, “se los llevó en vendaval del facilismo”.

Sin embargo, a pesar de todo, de los obstáculos, de los errores cometidos, de las equivocaciones, del sectarismo de algunos, aquí seguimos quienes somos y seremos consecuentes con la terca idea de cambiar la sociedad, del cambio social, “aunque este siga estando en juego como hasta la pertinencia del marxismo como “teoría” que una vez pretendió resumir aspiraciones dispares en un sentido de progreso y mejoramiento de la vida del hombre sobre la Tierra. Hoy en día se sigue disparando contra la terca aspiración humana de intentar cambiar el mundo y hacerlo mejor y más habitable, lo cual implica de alguna manera subvertirlo” (Moleiro, El socialismo ha muerto ¡Viva el Socialismo!!!). El MIR de las Incompletitudes.

El MIR a sus 64 años, los que fueron, los que se fueron y los que seguimos.

 


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Heriberto Rivera


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