Es absolutamente equívoco, además de ilógico y por tanto absurdo, pensar que el modelo económico planteado desde el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI haya fracasado, lo que no sólo es prácticamente falso y científicamente incierto, sino además un error lingüístico como negación existencial de lo que aún no existe por estar en proceso de construcción.
Se trata del típico "más allá de no sé dónde y tampoco se sabe cuándo, dicen que sale un espanto" de la canción que popularizó la agrupación larense Carota, Ñema y Tajá, con el mayor respeto hacia tan valiosa pieza musical e intérpretes…
Decimos que es EQUÍVOCO pues toma como prueba del hipotético fracaso socialista el desabastecimiento alimenticio, ámbito donde se expresa la acción mercantil desempeñada históricamente en nuestro país por la empresa privada bajo el modelo oligopólico del mercado. Necesario es destacar que desde los tiempos coloniales tanto la producción primaria e importación de materia prima, como el procesamiento y la distribución final han estado en manos de particulares (hacendados, trapicheros, pulperos), quienes cartelizados se han repartido siempre los mercados y sus cuotas, han fijado costos de producción, salarios y precios, entre otros asuntos, creando además figuras gremiales especializadas tales como FEDEAGRO, FEDEINDUSTRIA, FEDECAMARAS,CAVIDEA, ANSA y otras, para la concentración sectorial del poder económico sobre el sistema agroalimentario, cuyo modelo ha estado siempre alineado al sistema internacional …entonces ¿de quién es el fracaso y cuál es el modelo fracasado?
Por otra parte si entendemos la lógica como capacidad de raciocinio y sensatez, resulta ILÓGICO pensar siquiera que se pueda fracasar por "derivación defectuosa de lo opuesto" intentando otorgarle características aparenciales a lo que aún no ha sido visto, tomando como referencia simplemente que cualquier cosa en construcción, pero opuesta a lo existente, es necesariamente infernal, esforzándose por demostrar una realidad de mercado manipulada con prácticas capitalistas de lo que hipotéticamente pasaría con el abastecimiento si desaparece el mercado capitalista, es decir, endilgando sus propias fallas de siglos al socialismo que está en construcción, acudiendo mediáticamente a la irracionalidad, insensatez y torpeza de quienes ven al "muerto sin cabeza, sin pantalón ni camisa, con las manos en los bolsillos y una macabra sonrisa" que nos cantan los referidos larenses.
De verdad que ofenden nuestra inteligencia, y por lo tanto nuestra lógica de seres pensantes, cuando usando sus propias trampas de mercadeo reducen la oferta de lo que consideran solo una mercancía ante la demanda de lo que es alimento vital para el pueblo, justamente para agredir al modelo que no se basa en el mercado sino que acude a la organización-planificación social y económica del proceso agroalimentario desde la producción, el procesamiento y la distribución hasta satisfacer las necesidades humanas del consumo sin priorizar en ello el afán de lucro, aunque sin implicar pérdidas financieras, como lo vienen demostrando las experiencias en desarrollo de las Ferias del Consumo Familiar, CLAP, Caravana de la Sardina y otras destinadas a la construcción de un nuevo sistema agroalimentario.
Es así que la ilógica de atacar al adversario con los defectos propios reitera la incapacidad sistémica del capitalismo para atender las necesidades vitales del ser humano, lo que se constituye en la mayor evidencia de su propio fracaso…
No obstante y pese a lo irracional e insensato (ilógico) de acusar de frustrado a lo que no ha nacido, tan ABSURDO planteamiento ha tenido cierta acogida en algunos sectores poblacionales, muy especialmente en el denominado "target" de la clase media y profesional, lo que obedece al "opium" que durante años de rentismo improductivo nos fue inoculado para que adoremos al Dios capitalismo, viéndolo así como la única y más perfecta forma de organizar "racionalmente la sociedad" a partir de la "irracionalidad personal", valiéndose en todo caso de los instintos humanos más deplorables como el egoísmo, el individualismo y la ganancia fácil, en tanto motivadores de corrupción contrarios al modelo humanista.
Así hemos visto y escuchado a engolados academicistas mediáticos (que no académicos), con absurdos tales como que las colas en los supermercados y abastos de propiedad privada capitalista se deben a la falta de producción nacional, mientras justifican que los mismos sean adquiridos en el "corredor humanitario" de Cúcuta a precios hasta mil veces superior al establecido. O cuando acusan al Socialismo de causar el monstruoso bachaquerismo institucionalizado por el afán de lucro que promueve el capitalismo…
Es tan absurda la ontología que sustenta su concepción del ser humano en sociedad, como equívoca la epistemología en que pretenden refugiar teóricamente su ataque al Socialismo en construcción, por lo cual resulta ilógica la metodología usada para defender al ya agotado sistema alimentario capitalista, cuya incapacidad para satisfacer tan vital necesidad humana, en tanto esencia sistémica del proceso agroalimentario, nos ponen en evidencia práctica y científica del modelo que realmente fracasó, así como en el acertado uso lingüístico del calificativo "FRACASADO"…
(*) Economista Agrícola.
Profesor de la UPT "Argelia Laya".