Gestores de la guerra económica de Venezuela, manipulan al pueblo para que odien a la revolución bolivariana y por ende a Nicolás Maduro.
Los estrategas de la guerra económica contra Venezuela, que nada tienen que ver con democracia, libertad ni solidaridad, porque la nación que lo promueve, es decir, Estados Unidos, se caracteriza por tener un sistema injusto, una democracia donde las personas no eligen directamente, una justicia injusta, un elevado tráfico y consumo de drogas y de armas, se vale del robo como herramienta para alcanzar sus fines de apropiarse de las riquezas locales.
El robo, que funciona como herramienta se manifiesta a través de eso que denominan dólar today, que coloca paralelamente, una tasa ilegal y arbitraria de la cual se vale el comercio inescrupuloso para sangrar a las personas. Dicho popularmente, la estrategia entusiasma y auspicia a que los comerciantes aumenten, cada día, los precios y hace que todo el mundo, desde el bodeguero para abajo, infle los precios, aunque no tenga relación alguna con el dólar, pero se vale del paralelo gestado por dólar today para robar a los demás.
Ejemplo de ello es el vendedor de huevos en el estado Bolívar, que vendía el cartón en Bs. 34 mil y cuando lo visitó la Sundee, comenzó a venderlo en Bs. 400.
La estrategia ha sido diseñada con la finalidad de que el ejemplo crezca como la estafa de las inversiones pirámides y llegue a lo que hoy sucede, es decir, el mayor número de comerciantes roba al mayor número de personas todos los días, mientras se escuchan voces que todavía plantean que hay que dejar todo en manos de mercado y que sea este quien fije los precios. Quieren que se haga en Venezuela lo que acaba de hacer Mauricio Macri en Argentina y hora sus connacionales están en las calles.
Las amenazas de la Derecha del gobierno de EE.UU (seguido de países cipayos), que es la que hace la guerra a Venezuela, tienen por objeto intentar destruir la revolución, su estructura, el Estado, dividirlo, demoler el ejemplo de apoyo social de los bolivarianos y, de paso, clavar las uñas en los recursos de la nación.
Lo que diversos países del mundo no han respondido todavía, así como los nacionales de USA, es ¿Cómo una nación moralmente extraviada por las armas y las drogas, con más de 40 millones de pobres, más de 2 millones de personas presas y una clase media en deterioro progresivo, se siente con autoridad para intervenir en la vida de otros pueblos?