Estos países ocupan posiciones parecidas en cuanto a la lucha por la liberación de los pueblos y por la paz. Hace mucho tiempo que se estructuraron las relaciones entre estas naciones, y se puede hacer balance para evaluar objetivamente la importancia de las mismas y trazar caminos reales de desarrollo.
En general, no hay Historia sin personas, sin personalidades, esto es comprensible, pues no es impersonal. Sin embargo, si alguien consigue hacer algo en la Historia, esto sucede cuando se ofrece la posibilidad de expresar demandas maduras, cuando se toma conciencia de lo que hay en la vida y ha madurado en el pueblo. La renovación, y todo lo que pasa en el país, viene del pueblo mismo. El pueblo necesitaba esto y la cuestión no consiste en una persona concreta.
¿Se puede vivir tranquilamente en un mundo donde las tres cuartas partes de los países andan metidos en deudas impagables, mientras que un puñado de Estados ejercen de usureros todopoderosos? De continuar esa situación, se puede llegar a un estallido social capaz de destruir la civilización actual. El mundo actual padece una plaga más: el terrorismo. Es un mal tremendo; querer erradicarlo mediante el terrorismo de Estado es un crimen de lesa humanidad aún más grave. Ese "método" ocasiona más muertes aún, hace sacrificar el Derecho Internacional, la soberanía de los Estados, sin hablar ya de la moral y la justicia. La violencia y la sangre forman en este caso un círculo vicioso, se agrava la situación general.
Y si en el mundo existen tales realidades, si saben que en este mundo, hablando en términos globales, tienen el mismo destino, que vivimos en un planeta único, si aprovechan sus recursos, si los intercambiamos y vemos que estos recursos no son inagotables, si comprendemos que es necesario utilizarlos de manera ahorrativa, que es necesario proteger la Naturalezas y el medio ambiente, habremos comprendido que se trata de una realidad para todos nosotros, sin excepción alguna.
Hubo tiempos en que todo era muy sencillo. Varias potencias determinaban y equilibraban sus intereses. Si no podían lograrlo, hacían la guerra. En el equilibrio de los intereses de estas potencias se estructuraban las relaciones internacionales. Aquí había predio de una potencia; allá de una tercera, etc. Pero veamos lo sucedido en los últimos años de posguerra. Existen los países capitalistas industrializados, y existe el sistema socialista que reúne también a países modernos y desarrollados.
Si ponen a medir a todos por un mismo rasero, no quedará ni un solo trabajador concienzudo. Esto no es socialismo ni justicia social, sino igualitarismo y demagogia. Por cierto, algunos demagogos sociales se han infiltrado en ciertas redacciones de noticias. Es al pueblo a quienes someten a duras críticas. Debemos ver el enorme aporte del pueblo al proceso innovador. Esta gente hay que sacarla a la luz del día.
—La seguridad general debe sustituir al "equilibrio del miedo". Es preciso encontrar solución a problemas, tales como: la industria, la producción, el trabajo, el alimentario, la sanidad, la conservación del medio ambiente, mediante un empleo racional de los recursos del país.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!