Venezuela rompe patrañas

Pagar, pagar y pagar y seguir en el juego de la Derecha Financiera Mundial es una patraña que los venezolanos decidieron romper, después de tantas décadas de extorsión a la que había sido sometida su gentil población, pero que ahora se encaminó por la ruta del socialismo.

La decisión del líder venezolano Presidente Nicolás Maduro de refinanciar lo que la nación adeuda como cualquier otro Estado, en función de seguir construyendo su desarrollo, es aplaudida por los habitantes de esta generosa tierra.

¡Tiempo de hacerlo!

El tiempo de crecer está en mano de las ciudadanas y ciudadanos que aman su terruño, que saben cuán cumplido, noble y generoso es su país.

Es hora de que la nación negocie, de Estado a Estado, con otras naciones, que les venda y les compre y se olvide de las patrañas que inventa EE.UU y la utilización de sus colonias cipayas, también vilmente patrañeras, que, tras una bendición nada sana, salen a cumplir las órdenes que les impone su patrón.

Y también es hora de que todos los venezolanos y extranjeros, que han hecho del país su tierra, salgan a dar su cuota de inteligencia y pasión para desarrollar esta tierra en todos los órdenes.

Con el apoyo de las actividades científicas y tecnológicas que adelantan nuestros investigadores y técnicos debemos imaginar, diseñar y construir con pasión todo lo que el país necesita, desde un tornillo hasta un avión, desde un martillo hasta un barco, desde una lámina hasta el más complicado motor; criar los más vigorosos y sanos animales en el marco de la producción y sembrar, aparte de amor y paz que lo venimos haciendo, todos los frutos que nuestras tierras hacen crecer con calidad.

¡Es el ahora!

Este tiempo de crisis es más que tiempo de enseñanza, es tiempo de conciencia para entender y crecer, para fortalecernos y consolidarnos, es tiempo de dejar atrás todo lo que le ha hecho daño a la ciudadanía, pero también es tiempo de sancionar a los cultores de las patrañas con las que han intentado envenenar a este glorioso y soberano país.

Un país como Venezuela debe entrar en lo que podríamos denominar una fase de salud, de desprendimiento de canalladas, de obsesiones alejadas del bien, de conductas infernales que desangran almas y alejan corazones.

¡Es tiempo de paz y unidad para crecer!



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Pedro Estacio


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