Hoy, luego de varias semanas, volví a revisar la tasa de cambio que impone el paramilitarismo en la frontera a través del mecanismo de los llamados cambistas profesionales que operan en Cúcuta, capital del departamento Norte de Santander.
Lo hice a través del portal web del diario La Opinión, que cada día publica la tasa empleada el día anterior o establece la que marcará la relación de cambio del día de hoy.
El valor publicado es de 0,10 pesos por bolívar. Es decir, para comprar 1 peso usted tendrá que pagar 10 bolivares.
El dato relacionado con la tasa Bolívar-Peso es pertinente por dos razones: uno, su cálculo está sustentado por elementos muy concretos, como es su uso para determinar los precios del comercio de frontera, y dos porque ya en su momento el propio portal Dólar Today pretendía explicar su tasa con la relación que se generaba entre las dos monedas locales.
No es que la relación era exacta o simétrica, pero los datos más o menos se parecían.
Pero lo que ha venido ocurriendo en las últimas semanas indica nítidamente el carácter especulativo, conspirador y delictivo de Dólar Today, ya que para hoy el diferencial entre los dos tipos de cambio paralelo supera el 100 por ciento.
Es decir, mientras la tasa de referencial de cambio en Cúcuta es de 30.150 bolívares por dólar, la que marca el sitio web es de poco más de 73 mil bolívares. Explicamos: para hoy el dólar TRM (tasa representativa del mercado) en Colombia es de 3.015 pesos, por lo que si usted compra pesos para comprar divisas, necesitará 30.150 bolívares para recibir los pesos requeridos para adquirir un dólar.
Hay que hacer la precisión que eso es posible sólo si usted tiene bolívares en papel moneda o efectivo y, por supuesto, va a recibir (o espera recibir) billetes verdes de los EEUU.
Si usted no tiene papel moneda de Venezuela sino una cuenta bancaria donde una institución financiera asegura que usted tiene muchos dígitos, usted sólo podrá comprar pesos a una tasa de 0,39 pesos por bolívar, según la tasa que publica en tiempo real la cuenta en twitter @bolivarcucuta.
Es decir, que por esta vía de la transferencia electrónica, usted necesitará 78 mil bolívares para comprar los pesos requeridos para acceder a un dólar.
Y aquí comienzan a aparecer los datos, por deducción, de quienes están detrás del Dólar Today.
En primer lugar podemos identificar un proceso que desde hace varios años pretende dejar a Venezuela sin control de sus títulos valores, incluyendo los medios de pago legítimamente emitidos por la República.
Es decir, el mecanismo de devaluación especulativa, impuesto inicialmente desde las casas de cambio de frontera con el fin de apuntalar financieramente el contrabando de extracción de alimentos y combustibles, tenía como objetivo real apoderarse del papel moneda, es decir de los títulos valores de Venezuela (que comprometen a la República) más cercanos a la población.
Luego, la creación de la brecha cambiaria entre las modalidades de efectivo y transferencia, buscaba hacer altamente atractivo la "venta" voluntaria del papel moneda. Si usted tiene billetes (viejos o nuevos) creerá que es una ganga si los entrega al cambista a una tasa que duplica la que le reconocen por transacciones electrónicas. Y eso pasaría aún en el caso de que le ofrezcan el pago hiperbolizado en bolívares digitales.
Por eso ocurre el acarreo masivo (nada mejor que la referencia del bachaco) de cajas de papel moneda a las zonas fronterizas, tanto con Colombia como con Brasil.
Se van los billetes y regresan los algoritmos que circulan por internet asegurando que eso es dinero y que alguien (la banca privada o el BCV) lo está respaldando.
En segundo lugar, tan acelerada y creciente devaluación, con diversidad de modalidades y con brechas enormes entre una y otro (DIPRO, Dicom regular o subasta de contingencia, Dólar Today y Bolívar Cúcuta, por nombrar sólo algunos) hace terriblemente tentador el mercado cambiario subterráneo. Sin usted en algún momento pudo comprar unos pocos cientos de dólares, le quedaron de un viaje, se los envió un sobrino o se los pagaron por un trabajito que hizo, lo más probable es que ya los haya vendido. Además con el acelerado encarecimiento de la vida es probable (como me pasó a mí) que los haya tenido que vender a algún portugués que debe hacer pagos en divisas mensualmente.
Es decir, que lo pocos dólares o euros que servían de supuesto ahorro para la clase media o pequeños comerciantes ya no están en su poder y probablemente volvieron a sus países de origen.
Ya van dos…
Y les agrego una tercera. Con ese poco de gente que se ha ido del país (no sólo ahora sino hace varios años) ya deberíamos tener un atractivo flujo de remesas. Desde Colombia, Ecuador, Argentina, Chile, España, República Dominicana, EEUU, México, Canadá.
Sin embargo las casas de cambio y los servicios de envío de dinero no funcionan pues, además de que no serían atractivos. carecen de marco regulatorio. ¿Y como hacen los padres o los hijos que migraron para obtener divisas para enviarle a sus familias? Pues, muy fácil: en cada ciudad con aceptables concentraciones de venezolanos hay operadores financieros informales que reciben los dólares, euros o pesos y envían más dígitos y algoritmos vía web.
Ese trabajo, que es una importante fuente de riqueza y de ingresos de cualquier país, nunca llega a Venezuela, sino que queda en poder de las únicas organizaciones que pueden crear dinero sin prender una impresora: es decir los bancos.
No creo que sea muy complicado deducir cual es el impacto que al menos estos tres procesos descritos están generando sobre los precios y sobre la propia devaluación. Y se trata de un fenómeno indetenible y que se autoalimenta.
¿A dónde nos llevará todo esto?
Todo indica que el objetivo es "dejarnos sin dinero", como lo planteó abiertamente en agosto de 2016 el almirante Kurt Tidd, jefe del Comando Sur de EEUU. Según Russell Dallen, líder de la firma Caracas Capital Markets, el jefe militar le preguntó qué sucedería si Venezuela se quedara sin dinero, y comparó la situación con lo que hubiera sucedido en Grecia si el Fondo Monetario Internacional no sale al rescate del país cuando no podía pagar sus deudas.
También comparó ese escenario con Somalia, donde las autoridades y simpatizantes internacionales han batallado para restablecer las estructuras del estado tras decenios de guerra civil.
"Eso significa la ruptura civil de un país", fue la interpretación que le dio el banquero al intercambio con Tidd.
¿Cómo detener esa posibilidad?
Evidentemente no es a través del fortalecimiento de los medios electrónicos de pago y mucho menos preservando la ausencia de servicios formales y atractivos para la recepción y cambio de divisas.
Hace ya 70 días que la ANC recibió un planteamiento de manos del presidente Nicolás Maduro para reabrir las operaciones de las casas de cambio.
Reactivar algún mercado de divisas no sólo permitiría que sea el Estado (como ocurre en todos los países capitalistas) el que reciba esos recursos y emita medios de pago, sino que se permitiría crear una tasa de cambio referencial perfectamente auditable que sirva de contrapeso al especulativo y fantasmal Dólar Today.
¿O necesitamos más para saber quiénes están detrás de Dólar Today?