Si el Petro sirve para que el gobierno pueda burlar el bloqueo económico del imperialismo hay que correr todos los riesgos, que sean necesarios correr, con esta petromoneda o criptomoneda de Venezuela. Sobre esto no debe quedar ninguna duda. Se trata de considerar al petro como un arma económica válida para defender nuestra soberanía nacional y blindar esa petromoneda, en la medida de lo posible, contra los riesgos que algunos avezados economistas advierten.
El mayor riesgo que corre nuestra revolución bolivariana, los chavistas, el pueblo venezolano todo y nuestra patria en su conjunto es caer de rodillas ante la oligarquía colombiana, convertirnos en súbditos de Donald Trump y permitirles a los usurpadores saquear impunemente nuestras riquezas naturales, encadenándonos, en condición de recolonizados, a un imperio más cruel, depredador y ambicioso. que el mismo imperio español, del cual nos independizamos hace apenas dos siglos. Eso es lo que pretenden los enemigos jurados del pueblo venezolano con el bloqueo económico contra Venezuela. Si el petro contribuye a que eso no llegue a ocurrir, bienvenida pues la bendita criptomoneda.
Yo tengo mis dudas en ese instrumento financiero porque creo que allí se colearán zorros y camaleones, pero si ese es el precio para escaparse de la hegemonía del dólar entonces habrá que aceptarlo poniendo cuidado, por si las moscas, con los efectos secundarios. Todavía no sabemos si el Petro va a servir para cumplir los objetivos por los cuales fue creado. La única manera de saberlo es por sus resultados cuando se abra la posibilidad de las transacciones internacionales, por este medio, sin la intervención de mediadores ni del dólar.
Cuando Venezuela logre, con el Petro, pagar sus compromisos internacionales, lograr su refinanciamiento, sustituir al dólar por la criptomoneda y comprar en el exterior lo que se necesite importar para el abastecimiento del país, entonces el bloqueo estará derrotado y habremos ganado la guerra económica. El Dólar Today dejará de ser un problema y se le dará un mortífero golpe a la inflación con los precios justos y acordados. ¿Será eso posible? Quien sabe, pero soñar no cuesta nada. Me sigo preguntando: ¿Cómo quedan ahí los dueños de los medios de producción y distribución? y ¿Qué pasará con la transición al socialismo?
Yo apuesto a lo que el gobierno quiere que sea el Petro. Si Maduro logra semejante hazaña lo menos que podrá merecer será el premio Nobel de Economía.
