No hay nada más que arreche a un pueblo, que un gobierno proteja a los banqueros porque siempre se ha considerado a esta "estirpe empresarial" como aquellos ricachones que a través de la usura, han "forjado" una riqueza ha costilla de los que trabajan y producen. Experiencias hay muchas, solo recordar a los gobiernos del presidente Rafael Caldera 2 y el de Carlos Menem en Argentina, que en vez de proteger al pueblo, protegieron a los banqueros y le pagaron las deudas que estos crearon, en perjuicio de la gente que confío en las entidades financieras y salvaguardando las fortunas de los ladrones ejecutivos. Proteger a los banqueros es políticamente incorrecto, porque no da rédito popular y el gobierno nacional vio en esto un enorme filón en esta época electoral, ya que el pueblo todo, incluyendo el que adversa al oficialismo, lo ve como atacar a un sector poderoso que se ha lucrado aun más en esta indolente crisis. El candidato Henry Falcón y otros voceros de la oposición abrieron sus entrañas rápidamente para criticar la acción del gobierno, pero, con la misma velocidad han dejado de mencionar su apoyo a los bancos investigados y sus gerentes, porque saben que si se ponen del lado de estos "prósperos aprovechadores", las cuentas no les cuadrarán a ellos en su campaña a la hora de buscar votos. O están con los poderosos o con el pueblo.
Estas banqueras fortunas, sobre todo en América Latina, se han creado en los últimos tiempos a través de la intermediación por el uso de los dineros del estado depositados en estos bancos y últimamente, el incremento financiero se ha acrecentado por el blanqueo de capitales de procedencia dudosa y sin dudas, más que de la actividad crediticia de inversión a la producción, la industrialización o al sector inmobiliario. En nuestra patria en crisis, el sector bancario se constituyó en un importante factor que desequilibra aun más el ambiente socioeconómico nacional, ya que sus atiborradas arcas tienen tanta liquidez en contraparte al déficit monetario que tiene el pueblo en sus rotos bolsillos. La forma como piensan conseguir "simpatías" hacia ellos es aumentando el crédito de tarjetas pero con disminución de tiempo de cobro: las letras pequeñas que la gente no lee y menos ahora que no tiene para donde mirar. Los bancos no pierden nada, absolutamente nada y la idea es que ganen, pero no que se aprovechen de la ansiedad en que nos encontramos.
Aquella palabra denominada ahorro es historia, porque el dinero de los usuarios del servicio bancario dura poco en sus cuentas. En cuestión de minutos pasa de cuenta en cuenta en las millones de transacciones que se realizan diariamente en dinero electrónico, ya que el "efectivo" no aparece en ninguna parte del territorio, pero sale por "bultos" fuera de él, vendido o intercambiado como cualquier miserable mercancía, dándole mas velocidad a esa indetenible espiral megaplushiperinflacionaria (que palabrita mas grandilocuente se me ocurrió) que día a día nos consume. Esto creó y estableció una maldita práctica en nuestro país, que entre pagar con efectivo que no se consigue o hacerlo con una tarjeta de débito, crédito o transferencia, genera una brutal diferencia que aumenta hasta en un doscientos por ciento el valor de los bienes o servicios por adquirir. Es decir, pagar electrónicamente supera con creces el valor del costo de elaboración y el precio "sano" real de venta de un producto y por lo general, este producto es la comida, donde las familias están mas coñazeadas: su estomago.
El escritor César Miguel Rondón en su tono melodramático, histriónico, manipulador y tarifado (bueno, en verdad es su trabajo y le pagan por eso) como cualquier personaje de sus telenovelas y por ser la "voz oficial" de BANESCO, manifestó en su cuenta del pajarito azul, que este banco "…maneja nada más y nada menos que el 40% de los medios de pago del país. ¿Se da cuenta @tarekwilliamsaab el caos que acaba de desatar? ¿Qué inversionista va a confiar en un gobierno que actúa de esta manera?" Esto en mi pueblo se denomina chantaje mediático o aviso de chantaje. ¿Caos dice él? Es decir, ¿Este banco no se puede investigar? ¿Y si la entidad financiera investigada es el Banco de Venezuela, no sería un caos sino justo que lo husmearan? ¿Qué dirías ahí Cesar Miguel? ¿Por qué no te preguntas si el pueblo puede confiar en un banco que maneja el 40% de los medios de pago del país como intermediario de su estipendio y solo obtiene como "beneficio" que le cobren por cada transacción que hace y le escondan su dinero en efectivo? Creo que tienes insumos para una novela con trama, personajes y final previsible, con protagonistas entre héroes y villanos, a tu discrecionalidad política-financiera.
Finalmente, la fiscalía debe investigar todo el sector bancario y poner con una lupa grandota a las entidades del estado y su directiva porque la misma práctica que se ha visto en los bancos de capital privado, se realiza a plena luz en los espacios bancarios públicos. Basta solo ver las jornadas de pago de pensión de nuestros viejos, es un mercado persa donde el intercambio y la venta de la mercancía en que se ha convertido el efectivo, se realiza a plena luz, con directivos y empleados de la sucursal y las autoridades como testigos y partícipes de esa bacanal. Por eso al César lo que es del César y al pueblo lo que es del pueblo.