Cuero seco

"La alegoría del cuero seco:

si se pisa de un lado,

se levanta del otro".

FILOSOFÍA POPULAR.

En la alegoría o metáfora del "cuero seco" se recoge el enunciado que en Física se conoce como principio de "Acción y Reacción", y que, en Filosofía, hace 2.500 años, Heráclito de Éfeso, padre del materialismo y de la "teoría de los contrarios", enunciara como, la "armonía que produce la tensión del arco y de la lira": armonía que se crea entre fuerzas contrarias. Hacemos mención del "cuero seco" para referirla a la propuesta del presidente Maduro de "recuperación económica". Cuando el presidente habla de recuperación está reconociendo la pérdida de algo que existía, algo que dejó de ser y es necesario restablecer: el bienestar social.

En economía, igual que con el cuero seco, si de un lado se toca un elemento, en el lado opuesto otro se levanta. Esto, está ocurriendo con la propuesta de recuperación económica. Aumentar el salario, inevitablemente incentiva el aumento de la mercancía. Es necesario, en consecuencia, buscar la armonía que se produce entre esas dos tensiones: salario y mercancía. Aumentar el salario de 5 millones de BsF a 180 millones de BsF, no es un aumento de 10 o 100%, sino, de 3.600%. ¿Puede la actividad productiva de cualquier economía, asimilar tal aumento sin sufrir alteraciones y gravísimos traumas? Un aumento de salario de tal magnitud, no es un sismo lo que provoca en la escala económica, sino, un terremoto de gigantescas proporciones. Tocar el salario es tocar el cuero seco de la economía en su lado más tieso, en su área más sensible.

En la actividad económica los factores que intervienen son asimilados, sin discusión, menos el salario, sometido a cláusulas y contratos ¿Por qué? Porque lo que crea riqueza no es el capital sino, el trabajo del obrero. Si la masa obrera (mayoría nacional), es el factor fundamental de la actividad productiva, el aumento de salario de 5 millones de BsF a 180 millones de BsF ¿Qué busca? ¿Combatir la inflación que encarece la mercancía y destruye el salario o tiene otro propósito?

¿Cuál puede ser ese propósito?

En 18 años ¿A qué le ha puesto el chavismo mayor empeño y a cada momento exalta como su mayor logro? ¡El electoralismo! Hacer elecciones y ganarlas a troche y moche ha sido el principal objetivo del gobierno chavista. Y para ganar elecciones es necesario: por una parte, contar con el organismo electoral; y por otra, crear falsas ilusiones en el electorado. Tocar el salario es tocar la fibra más sensible del obrero tanto activo como jubilado o pensionado (mayoría nacional).

Esta es la visión que percibimos en la propuesta de "recuperación económica" ¡Electoralismo! por medio del cual el gobierno busca prolongar su agónica permanencia. Durante 18 años, el mayor interés del chavismo ha estado dirigido al electoralismo. Ante el acoso actual, percibe como única tabla de salvación, la demagogia electoral. Crear falsas ilusiones por el aumento desproporcionado del salario en una economía que padece de parálisis absoluta, una economía ficticia, de tambaleantes pasos, sostenida por las muletas de los subsidios. Desagüe por el cual se esfumó la riqueza nacional durante los últimos 18 años.

Esas erróneas políticas económicas, condujeron el país al fracaso, a la ruina y pobreza social en que nos encontramos. Para evitar el estallido, el gobierno ha repartido limosnas, subsidios, prebendas de la más variada índole, no para erradicar la pobreza, sino, para alimentarla y así manipular la masa electoral que lo mantiene en el gobierno. Es lo mismo hecho por el cristianismo durante 2000 años, por medio de la caridad alimentar la pobreza, hermana siamesa de la ignorancia, por cuyo intermedio se impone el temor al castigo o el premio a la virtud, esoterismo que no ha sacado a ningún pobre de la pobreza. Por ello se sigue proclamando ¡Bienaventurados los pobres!

El aumento de salario tiene ese propósito, crear aparente riqueza y bienestar en las mayorías nacionales al decretar un salario imposible de pagar y que conducirá la economía a la ruina total, lo cual al gobierno no le importa, como no le ha importado durante 18 años, si por ese medio consigue crear la demagógica ilusión de bienestar de la masa electoral. La prueba de que el aumento de salario no se puede pagar, la da el propio gobierno al asumir el pago por 90 días de la nómina de la empresa privada. ¿Pueden las arcas nacionales asumir el pago de 4 millones de pensionados, de 3 millones de empleados públicos y 3 millones de la empresa privada? Según el adagio popular, "demasiado camisón pa´Petra". El gobierno enarbola el sofisma de justicia, salario y bienestar para manipular la masa electoral, con un solo propósito, prolongar su agónica permanencia en el gobierno.

Destruir la economía de un país que aún guarda en el subsuelo reservas de petróleo tan iguales a las explotadas durante cien años y riquezas naturales de diversa índole, no es empresa fácil. Requiere de gran genialidad. Un país que figuró como primer exportador mundial de petróleo; que tenía una moneda fuerte (el Bs) utilizada en transacciones internacionales; que en Latinoamérica era considerado una economía emergente; que había alcanzado niveles de desarrollo económico/social en la década de 1950 del siglo pasado con el gobierno del Nuevo Ideal Nacional (salto a la modernidad); que formaba parte del Pacto Andino; que aspiraba ingresar en el Mercosur; que tenía una producción de 3 millones 500 mil barriles diarios de petróleo (1998); y reservas internacionales de 30 mil millones de dólares. Situación privilegiada de desarrollo y relativa bonanza económica, que se fue evaporando en el transcurso de los últimos 18 años hasta desembocar en la realidad actual de ruina, pobreza y migraciones. De aquella riqueza y desarrollo hoy no queda sino el recuerdo. ¿Cómo es posible que el país considerado el más rico de Sudamérica, hoy se encuentra hundido en la pobreza a tal extremo que sus habitantes migran (huyen) despavoridos, por el terror que causa el cataclismo económico de hambre, por desabastecimiento; de pobreza por parálisis de la economía; de enfermedad y muerte por falta de medicinas y servicios de salud; de miseria por falta de empleo; de seguridad por la delincuencia y criminalidad desatadas? Crear este cuadro dantesco, tiene que corresponder a un plan elaborado por genios de la decadencia económica. Lo ocurrido no puede ser un hecho fortuito ni obedece a causas externas como se pretende explicar. Tiene que responder a causas internas cuyo origen está en los gobernantes incapaces, grandes despilfarradores, Chávez, Maduro y los militares - genios de la bancarrota económica - que en catorce años (2000-2014) administraron ingresos por un billón 500 mil millones de dólares. ¿Alguien puede entender que tan inmenso volumen de US$ haya traído ruina y desastre total de la economía y de los servicios, en lugar de desarrollo económico y bienestar social? ¿Alguien puede entender que los autores de tal catástrofe, tengan el caradurismo de presentarle al país un plan de recuperación económica? Si fracasaron en la abundancia ¿Cómo pretender tener éxito en la ruina?

Es imposible pasar del salario mínimo de 5 millones de BsF a 180 millones sin crear un abismo de dimensiones inconmensurables. Ahí no puede existir armonía. Es una incongruencia mayúscula. Cualquier economía se resiente. ¿Cómo prohibir el remarcaje de precios y llevar a la cárcel a gerentes de empresas distribuidoras de alimentos o a sus dueños, por tal motivo? ¡Eso sólo ocurre en una dictadura! Es imposible pasar del salario de 5 millones de BsF a 180 millones y pretender que los precios permanezcan inamovibles. ¿Ignorancia? ¿Ingenuidad ideológica? La defensa del consumidor no está en el control de los precios, sino, en la abundancia del producto. El gobierno chavista no quiere entender que, durante 18 años, en Venezuela el capitalismo (neoliberalismo) es el sistema económico que ha regido la economía y que su socialismo y revolución de pacotilla no ha pasado del discurso, sin ninguna repercusión ni trascendencia en la economía ni en la sociedad. Ese discurso forma parte de la gran farsa que le hizo creer a la opinión internacional que en Venezuela había ocurrido una Revolución Socialista ¡falso de toda falsedad! Aquí ha habido, hay y habrá capitalismo para rato. La empresa capitalista – CAMIMPEG – pasa a formar parte del cartel de las grandes transnacionales capitalistas.

En los productos perecederos no existe acaparamiento, del cual el gobierno acusa a los distribuidores. Nadie acapara huevos, pan, leche, carne, cereales, azúcar, harina, frutas, decirlo es demostrar ignorancia, parece ser la característica de los funcionarios de la administración pública encargados de realizar esos controles. Demuestran desconocer las costumbres y normas más elementales de la distribución, en la cual se impone la competencia, en la cual, la tendencia de todo distribuidor de mercancías es vender más barato para atraer clientes. Señores del gobierno, la carestía (inflación) es consecuencia de la falta de oferta, de la falta de producción, de la escasez del producto. Si durante 18 años el gobierno chavista ha incentivado el consumismo capitalista con el aumento de salario, con bonificaciones de aguinaldos, con subsidios de todo y para todo. ¿Cómo pretende que la economía funcione de manera diferente? El consumismo es una etapa superior del capitalismo.

Con voz profética el doctor Juan Pablo Pérez Alfonso, dijo: "el petróleo no se puede sembrar, lo que se riega con petróleo se seca." El chavismo no regó con petróleo la economía como venían haciendo los gobiernos anteriores, la inundó y creó la destrucción de lo cultivado durante décadas en esta parcela de Sudamérica conocida como Venezuela. El cuero seco se puede colocar como piso de la casa en el aire.

Sólo el laicismo nos hará libres.



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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