Jesús Farías ha dicho que "las sanciones económicas de EEUU golpean más a Venezuela que la pandemia". La pandemia es una vaina que "ataca a todos los habitantes de una localidad o región". Uno supone que se está refiriendo, al hablar de pandemia, al coronavirus o el Covid-19, pero como de noche todos los gatos son pardos, pudiera ser que como habla de una cosa que ataca todos los de una localidad y región, quien quita, se pudiera estar refiriendo a lo malo del gobierno. Pues de Farías uno sabe, la herencia pesa y la conciencia suele molestar. Pero tratemos de aclarar el asunto.
Es uno de los "expertos" en materia económica del gobierno y además es constituyente. Según alguna gente que de eso sabe, porque nosotros somos absolutamente ignorantes en la materia, es de esos geniecillos del monetarismo que orientan a Maduro y quienes tienen bajo su control esos asuntos. De donde se pudiera concluir que es de los responsables, de lo malo y de lo bueno, eso se lo dejo al lector, que en ese mundo aquí acontece.
Farías, de unos seis o siete años para acá, desde que estaba en la anterior AN, y con Sanguino, manejaban la Comisión de economía de la misma, había venido dando sus bandazos. Unas veces, públicamente, asumía posiciones distintas a la oficial y uno le veía como crítico, en concordancia con su vieja militancia en el PCV. Recordemos que es hijo del histórico dirigente y hasta fundador de ese partido de los "proletarios del mundo", de quien heredó muchas cosas, empezando por el nombre y por supuesto la responsabilidad de batirse por los trabajadores, esos que cobran salario. En mi generación, hablar de proletarios, para uno era como decir Jesús Farías. Pero de repente, aquel empeño heredado de cuidar por los trabajadores, a Farías se le cambia, como los signos, brújula y hasta salmos y, según dicen, se vuelve monetarista, lo que ha implicado concluir que la culpa de la inflación podría hallarse en la alta circulación monetaria y en consecuencia en los aumentos salariales. Lo que la realidad, más que las persistentes denuncias de Pascualina Curzio, se cansa de desmentir. Lo cierto es que en el gobierno, el salario, que Maduro, antes que los monetaristas impusieran su ley, fijo en medio Petro, se convirtió en la causa principal de la inflación, algo así como, "pobrecito los empresarios capitalistas y el capitalismo mismo que intentan activar la economía y esos viles trabajadores con su reclamadera no les dejan". Y por esto, lo del medio Petro de salario, para decirlo como Andrés Eloy, so volvió "vapores de la fantasía". Tómese en cuenta que hoy el Petro equivales a 11 millones y medio de bolívares, de donde el salario mínimo debería ser de 5 millones y medio y sólo es de 400 mil. Y Farías, cada cierto tiempo sale a "racionalizar" la cosa y despejarle el camino de espinas y hasta el asiento de Maduro. Y siendo de los monetaristas, como dice quienes de eso hablan, defiende entonces lo de que "eso es mucho real para esa gente que se pondría a comprar desaforadamente, como para comer tres veces al día, echarse una merienda y hasta ir al cine y obligarán a los empresarios, explotados por la compradera misma, a subir no la producción para ganar más, sino a trabajar menos y ganar más que es lo humano".
Tenía algún tiempo que nada sabía de Farías. Sólo, alguna que otra vez, antes de la pandemia, le veía entre la gente que en los puestos de adelante, quizás dada su condición de constituyente, asistía y "participaba" "En el mazo dando", con la euforia y lealtad que allí desborda.
Hoy jueves 28 de mayo, en Aporrea, hay unas declaraciones suyas en las cuales afirma que "Sanciones de EEUU golpean a Venezuela más que la pandemia", las que el lector puede leer siguiendo el link
https://www.aporrea.org/economia/n355575.html.
No obstante, vale hacer mención, como justifica lo que acontece en la economía nacional, desde hace unos cuantos años para acá con la siguiente sentencia: "no me cabe la menor duda de que las sanciones han impactado en una forma muy dramática, superando ampliamente los efectos que pueda haber ocasionado (o esté por ocasionar) la pandemia." Y además agrega "Incluye la caída de la producción petrolera por toda la agresión que ha sufrido nuestra industria, por los obstáculos que se han puesto al comercio internacional al financiamiento externo y todo el resto de consecuencias que se desprenden del bloqueo."
Nadie sensato, a menos que se viva ofuscado por la idea de tumbar al gobierno por coger el coroto y los peretos, podría decir que en eso no hay una parte de verdad, pero una parte. No hay duda, eso no lo discute nadie, las sanciones han tenido efectos devastadores y sus fines son esos. Pero no es verdad que lo ha acontecido en la economía venezolana, en la petrolera y en todo aquello que a esta altura debió, en cierto modo, independizarnos de ella, se explique sólo en las sanciones. Ese discurso no se parece en nada a Jesús Farías (¿¿??).
Pero Farías en su empeño de no hallar culpa o responsabilidad alguna en el gobierno, al cual no sólo apoya, sino sirve de importante consultor, pareciera hasta, sin darse cuenta, exculpar a Rafael Ramírez, cuando dice: "La sanciones de 2017, cuando el precio de crudo finalmente comenzó a estabilizarse fueron directo al corazón de la economía venezolana, que históricamente ha dependido casi en 99% de los ingresos que genera el petróleo, siendo la nación con las mayores reservas probadas del mundo de crudo extra pesado."
Antes de continuar, quiero llamar la atención como Farías pone énfasis en eso de "siendo la nación con las mayores reservas probadas del mundo de crudo extra pesado…". Y solicito esto porque sin duda, quizás sin pensarlo, un eso de cómo que "se me chisporroteó", es también avalar la política petrolera de Ramírez, la que según muchos expertos, no fue la más apropiada ni sigue siendo por ahora, dado los avisos del mercado hacia la caída de los precios, como en efecto sucedió y los altos costos de producción en el área de los "extra pesados". Y esa equivocada estrategia de Ramírez, para no hablar de corrupción, impuesta en momentos que Chávez vivía obsesionado por mantenerse en el poder, dada la agresividad de sus contrarios y los efectos terribles de la enfermedad, que tiene mucho que ver con la debacle petrolera, se mantuvo en el gobierno de Maduro y, es responsabilidad de éste, muchos de los desastres y destrozos, una muy buena cantidad, en el área petrolera, producción de gas, como en la economía toda.
¿El mal estado de los servicios públicos que Farías enumera, agua, luz, gas, gasolina, aseo urbano y domiciliario sólo se explican por las sanciones? ¿Es responsabilidad de Trump que esos mecanismos inventados por este gobierno para distribuir el gas, gas comunal, se hayan convertido en una mafia que sólo presta el servicio a quién mejor lo pague y por supuesto por encima de la tarifa establecida? Y conste, que esta forma es inherente no a Rafael Ramírez, sino a Maduro. Pero ahora, como si el gobierno no tuviese nada que ver con este nefasto cuadro, viene con una fórmula tan vieja como prender los carros con manija, ya que no hay baterías, o como quien descubre el agua caliente y en cuanto a los servicios básicos sentencia "hay decisiones que se pueden adoptar en lo inmediato y otras que tendrán que esperar, pero opinó que ambas pasan por migrar a un modelo de gestión en el que las inversiones sean más eficientes en el menos plazo y con el mayor rendimiento posible, y sin cerrarse a la participación del sector privado."
¿Quién es el responsable de haber eliminado a aquellas pequeñas y eficientes empresas privadas que hacían el servicio de gas, sin costo alguno para el Estado sino Maduro? ¿No fue eso una migración nociva, emanada de gente simplista y hasta cargada de intenciones nada inteligentes? ¿Quién inventó eso que terminó en la conformación de mafias y gestiones absolutamente irresponsables? Nadie va a creer si dicen que eso lo trajo la cigüeña o las sanciones.
Aquella vaina que empecé a escuchar en mi juvenil militancia llamada la auto crítica, tenida como un gesto sabio y humilde de reconocer errores, como método eficaz para corregirlos y avanzar, no se ve en el hijo de aquel proletario que hasta pasó buena parte de su vida en la cárcel. Hasta esto último de los servicios y la migración hacia "modelo de gestión más eficiente", que sería una buena oportunidad para reconocer errores propios, no determinados por Trump y menos el imperialismo, lo elude Farías, como sintiéndose obligado a hacerlo por razones de pura lealtad. No obstante, eso viene de una acendrada escuela, de la cual ellos mal aprenden, que se empeña en ocultar los errores para no identificar responsables y pasan por alto que, entre otras, eso tiene la ventaja de advertir a quienes vienen atrás para que no tropiecen con la misma piedra.
Y no hablaremos aquí porque sería demasiado largo, de cómo el gobierno, desde 1999 mismo, por razones todavía no explicadas, porque nada explican, pues como dije la autocrítica es una ladilla y estorbo, no ha hecho nada sustancial a favor de aquella promesa, anhelo nacional y hasta expectativa de hace más de 100 años, de construir un modelo económico alterno al rentismo, de lo que sería imposible endilgarle las culpas a Bush, Obama, Trump y al imperialismo. Eso, por encima de sanciones y acosos, lo hizo Irán.
Parodiando al gran Atahualpa Yupanqui, "pobrecito" de aquél que, creyéndole a uno pobre, trata de engañarle.