El Libertador Simón Bolívar refirió el 15 de febrero de 1819, en su discurso ante el Congreso de Angostura, que tanto la moral como las luces constituían los polos de una república así como las primeras necesidades de cada ciudadano. En esa misma alocución proclamó que los pueblos sumidos en ignorancia se destruirían a sí mismos.

Como la base ideológica del Gobierno Nacional se nutre del pensamiento del Padre de la Patria, desde Miraflores se dispuso un programa para erradicar el analfabetismo en todos los rincones de país, con la ayuda de especialistas cubanos: la Misión Robinson.

El nombre, “Samuel Robinson”, obedece al seudónimo utilizado por el maestro de Bolívar, Simón Rodríguez, durante su exilio en Jamaica. El programa basa su pensum en las ideas de ambos personajes se simplifica en su concepción final pedagógica: la educación popular, la cual persigue cumplir con un servicio público, fundamentado en el desarrollo del potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad, basado en la transformación social con los valores de la identidad nacional, latinoamericana y universal, de acuerdo al artículo 102 de la ley de leyes.

De la oscuridad a la luz

El plan piloto de la Misión Robinson comenzó el 26 de mayo del 2003, en la 31 Brigada Blindada de Fuerte Tiuna, con algunas comunidades de los estados Miranda, Vargas y de región capital hasta expandirse por toda la geografía venezolana, donde se materializó la primera fase del método de enseñanza “Yo, sí puedo”. El procedimiento consiste en que el educando asocie los números y las letras, a través de cartillas, además de la tecnología audiovisual, lo que posibilita la masificación del hecho educativo.

La segunda etapa, “Yo sí puedo seguir”, se activó 15 de septiembre de 2003 a objeto de garantizar la prosecución al sexto grado. Al igual que el primer período, se utilizan las video-clases y folletos de apoyo como estrategia educativa.

La tercera etapa, Robinson 3, Círculos de trabajo y estudio, surge en septiembre de 2006 con la finalidad de establecer el hábito de la lectura para el reforzamiento de temas referidos a la formación política, económica, social y culturales.

Luego de dos años de arduas labores, el 28 de octubre de 2005 -fecha del natalicio Simón Rodríguez-, Venezuela fuera declarada "Territorio Libre de Analfabetismo" Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Este reconocimiento obedeció a que, para ese entonces, un millón 482 mil 583 venezolanos aprendieron a leer y escribir, según cifras oficiales.

Ese día, el presidente de la República Hugo Chávez Frías dio un reconocimiento especial a las personas que se involucraron el este proyecto educativo. Destacó la voluntad, el coraje y el espíritu de sacrificio.

 “Parafraseando a Bolívar, uno podría decir, en relación al pueblo venezolano, que ha salido de la oscuridad. A ese pueblo venezolano, a ese millón y medio de alfabetizados que han salido, como alguien dijo, de los calabozos, de las tinieblas, de la oscuridad”, expresó Chávez desde un acto público en el Teatro Teresa Carreño.

El rango de edades de los alfabetizados, para ese entonces, iba entre los 15 y 25 años. 243 mil, para un 16,3% se ubicaban entre 26 a 40 años, mientras que 388 mil 400, lo que representa un 26,2% fueron de 41 a 59 años.

La proporción mayor, 615 mil 256 compatriotas, para un 41,6% era personas de 60 años, toda vez 235 mil 724 para un 15,9% pasó de los 65 años. Del total general de los participantes 67,7% fueron mujeres.

El mundo reconoce labor

El otrora director general Unesco, Koichiro Matsuura, manifestó, ese mismo día que los logros alcanzados por la Misión Robinson no habrían sido posibles sino se contaba con la voluntad política y el apoyo del presidente Chávez, por lo que felicitó su labor en pro de la educación en Venezuela.

Dijo que Uno de los aspectos claves de este programa social ha sido la inclusión de todas las personas, independientemente de su condición política, religiosa y económica, además de las limitaciones físicas, idiomas o ubicación.

“Venezuela está realizando decididos esfuerzos en la línea de enlazar la alfabetización con la post-alfabetización y la educación durante toda la vida, mediante sus canales de alto nivel en educación informal”, indicó Matsuura, durante un mensaje de salutación, toda vez que instó a otros países de la región  a sumar esfuerzos para alcanzar óptimos resultados en esa materia.

“El país merece ser reconocido por el renovado vigor de sus esfuerzos en materia de alfabetización, muestra lo que puede hacerse cuando las sociedades se movilizan en busca de alcanzar metas educativas. Este es un ejemplo de compromiso nacional que deseo sirva de inspiración a otros para acelerar sus acciones y librar a sus países y al mundo en general del flagelo del analfabetismo”, manifestó.