Lamentablemente, por la dinámica propia de la vida, me perdí del frenesí de lujuriosos correos, de groseras manipulaciones, y de las traiciones más descaradas y vulgares, que sucedieron en distintos estratos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez) y del Ministerio de Educación Superior (MES). Ayer, luego de la ratificación del innombrable en el Vicerrectorado de Planificación y Desarrollo Social (Barinas) de la Unellez, por medio de un decreto del Ministro de Educación Superior; no me quedó más que recoger mis carpetas, cancelar el hotel y regresar a mi amada Mérida. Apenas pude despedirme por teléfono de algunos amigos y amigas que había hecho allá en la Universidad, en Barinas.
Pero el dolor se apodera de mis sentidos. Un sentimiento de desazón y descorazonamiento, se desliza como una serpiente repugnante que ha envenenado un pozo de agua limpia y cristalina. Pedro, Gilberto, Ramón, José, Gustavo, Carolina, Marisela, Luisana ...., hombres y mujeres que tendrán la desdicha de compartir los espacios y el pan con la maldad, con el que comió complacido de las migajas del poderoso, pero fue ostensiblemente altanero con los humildes y los débiles. Empecé a querer aquellos predios salvajes, desordenados, de miradas perdidas e incrédulas,
confundidos de tantas intervenciones fallidas; pero que ¡por fin!, estaban esperanzados por la acción de Pedro, el Rector, quien recién había logrado pacificar aquella Universidad, desplegada en un espacio de casi 200 mil kilómetros cuadrados de territorio; agotada de tantas rencillas, rumores, masivas jubilaciones y enfrentamientos estudiantiles. Había, entonces, llegado la hora de la clarinada, de la reconstrucción, del rescate definitivo de la confianza, de la restitución paulatina de su anhelada autonomía, luego de tantas y tan duras batallas, porque el incendio en la llanura al fin había cesado...
Pero (esa palabra corta, brusca y oscura, que contamina la agradable comida, como lo haría un gusano grueso, brillante y peludo ... ese maldito pero que impide trascender y alcanzar las estrellas...) la ambición, la arrogancia, la insensibilidad, que en razón inversa a su capacidad de trabajo, aptitud e inteligencia para formar equipo, ver más allá de las cosas e intuir el curso de la historia; fueron la guía ductora que lo llevó a él, al innombrable, a la traición de quien inicialmente lo había llevado y colocado en el puesto que actualmente ostenta.
Quizá él pueda engañar a esta gente de las montañas merideñas, lejos de la realidad objetiva de aquella Universidad, en el piedemonte andino. Pero no a nosotros en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, ni a la comunidad de la Unellez. Su apoyo y único sustento no se encuentran en la comunidad Unellista. No, muy por el contrario. Tómense, por favor, la molestia de verificarlo. Sólo está en un único lugar y alrededor de una única persona: el Viceministro de Educación Superior, Andrés Eloy Ruiz (AER) Eso es público y notorio.
La destrucción de la Universidad Bolivariana (de la cual AER es Rector), la niña consentida del Comandante Chávez; y el terror y fanatismo en la OPSU-CNU, que es absolutamente contrario al espíritu y esfuerzo del mismísimo Chávez, es otro de sus maravillosos logros. El Ministro Samuel Moncada, aún cuando algunos no puedan creerlo, es también victima de ese "revolucionario", que marea y confunde al Comandante con informes manipulados, con realidades autoconstruidas, favoreciendo por un lado y golpeando por el otro, porque su radio de acción sobrepasa al ámbito
estrictamente universitario, y se adentra en aspectos sensibles de la propia seguridad del Estado venezolano. Eso lo intuyo. Ha ido creciendo un monstruo, y aquellos visionarios dentro del chavismo no se han atrevido a llamar las cosas por su nombre; quizá pensando que con ello debilitarían la figura del Presidente ¡Craso error camaradas! De ese miedo, y de la inteligente explotación de ese miedo, es que viven solapadamente ciertas especies...
Juan Carlos es sólo Agregado y el Reglamento de la Unellez dice que para ser Vicerrector hay que ser al menos Asociado; pontifica desde la oscuridad de Internet, (con acceso privilegiado a medios revolucionarios como Aporrea) un tal Américo del Toro. Un cobarde que se encapucha con ese nombre; como suele hacer el criminal cuando la victima pudiera reconocerlo, por ser un individuo cercano, cotidiano y ubicado entre sus allegados.
¡Camaradas, eso último es otra soberana estupidez, de alguien que desconoce la dura realidad de la Unellez! Por ejemplo, también el Reglamento (Aprobado en Consejo de Ministros cuando CAP) dice que estos funcionarios, al igual que el Secretario y el Vicerrector de Servicios, deben ser miembros del personal Docente y de Investigación de la Unellez y ser elegido democráticamente por la comunidad. ¿Eso se cumple?, por
supuesto que no bajo una acción de intervención. A Gilberto (Secretario) y a Ramón (Vicerrector de Servicios) los nombró Pedro, no el Ministro. Jamás sus nombramientos han salido en Gaceta Oficial ¿Y porqué en este caso sí? ¿Porqué sólo el Vicerrector de Planificación y Desarrollo Social-Barinas, y su cuñado el Vicerrector de Planificación y Desarrollo Regional-Apure tienen ese "privilegio"? ¿Porqué no el del Secretario y Vicerrector de Servicios que tienen mayor jerarquía en la estructura de la Universidad?
Si Pedro ya había destituido a otros Vicerrectores en el pasado, sin que nadie chistara, ¿porqué en este caso sí se apela a una supuesta "ilegalidad"? No hay mayor misterio ...
Tómense la molestia, amigos, de verificar si los nombramientos en ese mismo Vicerrectorado, para los cargos de Jefes de Programa (Decanos), Jefes de Subprograma (Directores de Escuela) y Jefes de Proyectos (Jefes de Departamento) cumplen con el Reglamento de la Unellez... ¡hay en esos cargos hasta contratados, sin escalafón, con menos de dos años en la Universidad! ¿eso es irregular? Sí... si la Unellez no estuviera
intervenida, y no viniera de una grave y terrible situación de conflicto interno, persecuciones y desamparo. Sólo los ingenuos podrían creer que la academia y los reglamentos pudieran prevalecer, cuando hay menos de 500 profesores fijos... ¡y casi 900 profesores a destajo!, que pocos conocen, salvo sus estudiantes, y sólo van a dar unas horas de clase ¿"Respeto a los Reglamentos" braman algunos, cuando casi nadie desea formar parte de la dirección de la Universidad, porque sería inmediatamente catalogado de "genuflexo de los interventores"; cuando el número de PPI y proyectos de
investigación los podría contar con una sola mano, en una Universidad con 60 mil estudiantes, masivas jubilaciones, descrédito total, y una horrible y desproporcionada cantidad de "docentes libres" (contratos a destajo)?
No seamos ingenuos, amigos profesores, estudiantes y miembros de la comunidad universitaria venezolana. El problema no es jurídico, sino político. El problema es un asunto de poder, de destruir, entre otrascosas, la imagen del Presidente en su propia tierra; de destruir el soporte de su padre en la Gobernación de Barinas, de infiltrar elementos contrarrevolucionarios, con la clara intención de desestabilizar la única
institución Universitaria estratégica de la región. Hay quienes sostienen que eso debe hacerse para "salvar" a la Universidad ... ¡¿destruyéndola?!, me pregunto ... Eso se parece mucho a la lógica imperial de los Estados Unidos, donde mata y asesina a los iraquíes, con la finalidad de "salvarlos" de las garras del terrorismo.
Bien lo decía Maquiavelo en su monumental obra El Príncipe: "Cuando el Príncipe quiere conservar aquellos Estados que estaban habituados a vivir con su legislación propia...., es preciso que abrace una de estas tres resoluciones: arruinarlos, o ir a vivir en ellos, o dejar a su pueblo con su código tradicional, obligándole a pagar una contribución anual y creando en el país un corto número de miembros, que cuide de consolidar allí su poder". Sin embargo, más adelante, Maquiavelo habla con mucho
mayor claridad: "Hablando con verdad, el arbitrio más seguro para conservar semejantes Estados es el de arruinarlos"...
Finalmente, amigos, dada la carga de traumas lanzados sobre la Unellez, ignominia, medias verdades, mediocridad revestida de academia, que esconden obscenos deseos, los remito una vez más a Maquiavelo: "La traición de sus amigos, la matanza de sus conciudadanos, su absoluta falta de humanidad y de religión, son, en verdad, recursos con los que se llega a adquirir el dominio, mas nunca la gloria". Capítulo VIII- De los que llegaron al principado por medio de maldades. El Príncipe. Nicolás Maquiavelo.
Atentamente
Mérida, 28 de enero de 2006.
Dr. Juan Carlos Villegas Febres
C.I. 8.314.778
Profesor-Facultad de Ciencias-ULA