En nuestra sociedad los padres y madres, por falta de conocimiento de
los deberes (y a conveniencia inmoral), ellos han asumidos la
impunidad de sus hijos como un derecho y los docentes por ignorancia
de una ley (lopnna) no saben cómo defenderse por sus derechos.
Es oportuno recordar que más del 80% del magisterio nacional lo
conforman dignas mujeres docentes que merecen toda nuestra valoración.
Por ello, nos embarga la preocupación frente a esa escalada de
violencia estudiantil, la violación del derecho de ellas a una vida
libre de violencia.
Es importantísimo que los directores de escuelas y liceos abran todos
los años, al inicio de sus actividades, un espacio de discusión con
los padres y madres y docentes, donde se dialogue abiertamente la ley
de protección de niños, niña y adolecentes (lopnna), como también los
derechos de la mujer. Esto permitiría saber a ciencia cierta cuáles
son los derechos que se garantizan, cuáles son los deberes de todos y
cuál es el procedimiento a llevar en lo interno de la institución y
en las instancias fuera de la escuela o del liceo de protección de
esas leyes.
En nuestro sindicato asumimos la defensa de las docentes, sin caer en
las acusaciones a priori de los jóvenes estudiantes violentos, pero es
indudable que los profesores y sobre todo las profesoras están
siendo vejadas por supuestos defensores estudiantiles, por padres
y madres de jóvenes violentos en las instituciones educativas. Además
por los incompetentes directores, que deberían defenderlas u
orientarlas en el conocimiento de la ley a todos, pero en su flojera
y facilismo se anotan por lo más cómodo.
En esa escalada de violencia estudiantil en las escuelas y sobre
todo en casi todos los liceos del país hay muchos factores que los
favorecen y la propician. Tenemos: La permisividad en la venta y
consumo de cerveza, alcohol y drogas, la música que denigra de las
mujeres, que todos saben, las costumbres carcelarias que la toman los
jóvenes como moda, en fin todos unos antivalores.
La constitución bolivariana establece claramente los derechos de todos
en el marco de un debido proceso legal. Los y las estudiantes y los
menores de edad tienen un marco legal de garantías, pero también de
deberes.
Podemos enunciar algunos elementos para la reflexión.
1,. La pérdida de los valores humanos en la familia. Existe una
comodidad manifiesta de los padres y madres en buscar en otros lugares
la culpa del comportamiento inseguro y violento de sus hijos e hijas.
Los medios de comunicación que con su carga de violencia son las
niñeras desde temprana edad. Los padres y madres al no tener que
asumir la responsabilidad en sus hogares.
2,. La relajación de las leyes penales o protección y de quienes
tiene la responsabilidad de aplicarlas. Autoridades policiales,
consejeros de la LOPPNNA, sus defensores y otras instancias relativas
al sistema de supuesta protección de esa ley. Muchos se escudan en el
desconocimiento de los procedimientos y peor aun de los caso; lo
saben, pero no lo ejecutan por SER un trabajo MUY pesado, según su
mediocridad y facilismo que los embarga.
3.- Desconocimiento de la ley por parte de los docentes en todas las
instituciones educativas, que nos deslindan cuales son las faltas
debidamente llevadas en los informes internos y cuales son delitos que
deben ser transferidos al sistema de faltas o delitos de esa misma
ley.
4.- Inexistencia de una política educativa pertinente con esta
materia, del Ministerio de educación básica a nivel nacional y de
los principales entes ejecutores de políticas educativas en los
estados, las zonas educativas. Quienes están más preocupadas en
cuáles son las políticas electorales, que de las verdaderas
políticas de estado PERTINENTES de la constitución bolivariana de
Venezuela.