La fortaleza de la nación

Sun Tzu nos enseñó como convertir a cualquiera en soldado, si recordamos el ejemplo sobre las concubinas  del emperador, allí encontramos como fue. ¿Por qué menciono esto? Por la sencilla razón de impulsar cambios en las grandes zonas donde la población ha vivido en la miseria, dentro de la violencia y la falta de formación. Todos  los esfuerzos deben estar dirigidos, en primera instancia en lo individual, para así pasar al fortalecimiento colectivo, y por último, a la construcción de un cuerpo en lo nacional, más compacto y hegemónico.  
 
Para acabar con el reciclaje de la miseria, que no permite y al mismo tiempo destruye, afecta, retarda y complica el desarrollo de una nación como la nuestra, debemos partir reconociendo que la gran mayoría de los venezolanos no somos “clase media.” Entiéndase clase media aquí, como un parámetro de desarrollo personal, educativo, profesional, más en la formación y lo espiritual que en lo económico, pero lo económico es importante también, mas no el objetivo como grupo.  
 
No se pretender descalificar al humilde,  al ignorante o al que carece de formación. No, lo que se trata es de conocer su problemática y atacarla para darle solución, más eficaz y eficiente a largo plazo (30 años cuando mínimo). En gobierno nacional debe mantener todos los programas sociales, pero para reducir la problemática de los cerros, su violencia, su malos hábitos, su pobreza mental y material, y ahora trasladados a los urbanismos de la Misión Vivienda. Propongo crear cuantas escuelas sean necesarias que llamaremos: Sistema.
 
Que sean unas escuelas  Sistema Público Militar. La describo como una escuela hibrida, que opere como una escuela militar, que abarque la escuela básica hasta el liceo, pero que contenga los programas del Sistema Nacional de Orquestas y de una escuela regular. Que sea interna y que goce como las escuelas militares de sus días francos y todas sus normativas. Que no sean mixtas, que incluya a niños y que pasen de 8 a 11 años como mínimo. Esos chicos se encaminaran hacia otra forma y modelo de vida, la idea es que culmine a los 17 o 18 años. Hay que sacar a esos chicos de esos ambientes que generar y reproducen todo lo malo (Salvo, las escasísimas excepciones) porque los cerros como tales son los semilleros de formación de sujetos que caminan desde el consumo y tráfico de droga, prostitución y violencia y que al mismo tiempo son el refugio del paramilitarismo y las bandas organizadas. Maestros para los pequeños que viven en esas zonas, son sus ídolos. ¿Cómo es posible ver que delincuentes de 17 o 18 años, en los 15 que lleva la revolución? ¿Acaso no tengo la razón? Y no es culpa del gobierno central como tal, sino que la planificación no ha sido integral desde mi punto de vista. Negarlo es cometer un crimen por omisión.  
 
Para los adolescentes un Sistema similar y que cuando mínimo pasen 5 años. El estado le permitirá conocer otro mundo, más sano, lejos de las drogas, la delincuencia, la violencia, fortalecido en la ética y la moral. En la lucha y el sacrificio, de voluntad y la determinación como seres humanos de cambio.  A los mayores de 18, hay que formarlos militarmente con el servicio militar nacional. Allí aprenderán mucho y se les ofrecerá formación en áreas técnicas con perspectiva de empleo en empresas nacionales: “Si las ordenes no están claras y las tropas no obedecen, entonces la culpa es del general, pero si las ordenes son claras y las tropas no obedecen, es culpa de los subordinados.” (Sun Tzu)  Una vez finalizados sus estudios en ese Sistema, viene el salto a la universidad y la vida profesional, será más sólido y nutrido su aporte a la sociedad. Es un cambio esencial, incluso para sus propias familias.  
 
También creo, que es muy importante que se considere,  que todos los venezolanos jóvenes que aspiran a estudios universitarios, deben pasar por la Academia, si por una academia Militar y graduarse allí en la carrera de su interés. No faltará quien diga que es una locura, que es un adoctrinamiento de la revolución.  Sí, es posible si se mira con ojos de debilidad o de falsa libertad. Pero yo parto de la falta de Espíritu nacional, es triste que el país se paralice viendo a un equipo de futbol extranjero pero no con la vinotinto, y si se hace cuando juega la vinotinto, recordemos que es apenas una de las tantas formas para sentirse venezolano. Pero cuando se ha paralizado para demandar cambios sobre la violencia, ¿Existe ese espíritu nacional?  ¿Se paraliza por la escases de productos alimenticios que promueven los ricos con sus acaparamientos de productos? ¿Se paraliza por el “bachaqueo’? Muchas veces resulta frustrante, y eso pega en la estima personal y colectiva. 
 
Pero si el país es toda una Academia, el país cambiará, se educaran que no tan solo se enarbola una bandera patria por pertenecer a uno u otro partido, sino cuando los acontecimientos de mayor envergadura así lo estimulen, se izará con orgullo. Esto es un caso que sociólogos, antropólogos, militares y estudios sociales  deben saber mejor que yo, el venezolano no es venezolano en su esencial. Ojo no es una ofensa, es que cuando medimos el carácter de la nacionalidad venezolana en su Espíritu Nacional,  es muy débil en lo interno y en comparación con otras naciones, aunque no es un fenómeno exclusivo de Venezuela, hay muchas naciones vecinas que tienen los mismos problemas. Si vemos como se forjaron las naciones  que hoy han alcanzado un desarrollo y avances superior al nuestro, nos encontramos con, China, Irán, Vietnam, Corea del Norte en las últimas décadas, Francia, Alemania, Inglaterra, Rusia, el mismo Estados Unidos, en sus siglos de guerras, no queremos formar únicamente guerreros, pero tampoco está mal. 
 
En esas naciones,  vemos que el carácter nacional nutrió ese espíritu para fortalecer lo colectivo y lo nacional, Claro los ayudó, en el caso europeo, la diferencia lingüística-idiomática, cultural y sus guerras. No es necesario una Prusia, pero falta ese trabajo en pro de la nación. Es urgente y necesario. Pongo en contraposición, Cuba, que con todo lo que ha logrado Cuba, por X o por Y, no ha hecho de Cuba una nación homogénea y mucho menos les elimino los malos hábitos, ni la pobreza espiritual ni la material en miles de ellos. Si analizamos Nicaragua, las cosas son más lamentables, incluso México, Perú y hasta la misma Chile. El imperio nos dominó bajo esa estrategia también, la pobreza mental y espiritual. No es extraño oír expresiones “mi país es una nación de mie…” 
 
Sé que en “libertad y Democracia” las cosas son más difíciles, se pierde mucho esfuerzo, mucha inversión, y la idea es revertir ese estado de cosas con la inversión justa, con el objetivo claro, maximizando los beneficios y resultados.  Pero los tiempos son difíciles y las trabas y contracorrientes son fuertes, lo que pretendemos como venezolanos es ganar y para ello, el desarrollo es la base, no se logra solo con las entregas de viviendas, cambiamos a las personas de lugares. No, sus debilidades, sus mañas, mas sus faltas espirituales y morales se mantienen presente. Vuelvo y repito, hay sus excepción y hay quienes quieren cambiar pero el medio los absorbe, los atrapa y terminan, sino haciéndose la vista gorda, sus cómplices pasivos y activos. Recuerdo esas palabras de Steven Strogatz, matemático norteamericano que dijo, cito: “Suponemos que todos los sistemas necesitan un liderazgo, una comandancia interior centralizada, y muchos sistemas funcionarían mejor si se les permitieran organizarse a sí mismos.” Debemos entender que ese sistema es el mismo gobierno, que es pueblo como lo dijo Chávez, y ese pueblo espera organizarse bajo ese sistema de comandancia interior centralizada. Y como lo pronunció el Libertador: “Vacilar es perderse.”


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Miguel Angel Agostini


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