Promover la universidad necesaria, una prioridad de la ANC o para el presidente Maduro

La tesis que vengo presentando al país, desde hace rato, implica un
debate de nunca acabar. Es una propuesta viable para el estado
venezolano, sobretodo porque permite desarrollar con una mayor
eficacia y eficiencia los recursos financieros. El único requisito
para su factibilidad, es tener voluntad.

La nueva universidad que debe emerger en los próximos años, es un
recinto donde no hay retores (as), sino, pueblo organizado produciendo
conocimiento y recreando saberes. Su espacio de funcionamiento no son
las grandes edificaciones de cabilla y cemento, sino, ámbitos
socio-educativos que dispone las comunidades organizadas en todo el
territorio nacional en igualdad de oportunidades y condiciones. Esta
Universidad contará con todas las modalidades de estudio y opciones de
formación, pues, funcionará acorde a las necesidades del individuo que
toma la decisión de estudiar y producir. Su academia no la define un
grupo selectivo de sesudos ilustrados, sino, los hijos e hijas del
pueblo que en revolución se han educado y formado; potencial que
tenemos a la espera de una oportunidad; quienes presentarán un pliego
de programas de formación en distintas áreas que necesita implosión en
el país, al mismo tiempo que abren la posibilidad de otras
oportunidades de estudio e investigación insurgente en la práctica con
este nuevo concepto de universidad (producto del diálogo, debate y
discusión con la gente). Esta Institución, es un espacio donde la
diversidad de profesiones y disciplinas interactúan permanentemente y
los saberes creadores del pueblo se tranversalizan para obtener la
formación anhelada. Incluso los y las profesionales, que ejercitaran
acciones docentes son los demuestren un oficio, saber y conocimiento;
acreditados y avalados por su obra creadora (praxis consciente del
individuo).

Como podrán observar, es una nueva concepción de asumir la
universidad, acorde a lo que exigió los 8 millones de voluntades que
manifestaron con su voto el pasado 30 de julio de 2017 la elección de
una Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Esto implica desorganizar todo el sistema del capital desde los campos
del conocimiento. Incluye metodologías, diseños, programas, planes y
maneras de actuar; es una acción de guerra. No es una tarea fácil,
pero, existe la disponibilidad de una gran masa de profesionales que
ha producido esta revolución y esperan por ese momento. Consiste en
lanzar una política educativa agresiva, para demostrar de que estamos
hechos; producto y acumulación de la fuerza potencial que dejo Hugo
Chavez Frías con la puesta en marcha del modelo universitario
municipalizado en el período 2003-2012, a la cual no se la brindado la
mayor respuesta.

Aprovechando estas potencialidades y con las 3mil Escuelas o
Instituciones escolares ubicadas por cada región del país, podríamos
iniciar este Proyecto. Los fines de semana y en horas nocturnas,
serían los horarios adecuados, no sin antes tomar las medidas de
seguridad, previamente crear las condiciones de seguridad y vigilancia
(amplia Coordinación con la GNB, Ejercito y Policía Nacional), pues,
estos proyectos tienden a ser atacado, saboteados e impedidos por
grupos delincuenciales o red de intrusos de la CIA y órganos
externos que tenemos en el país, pues, este proyecto invade las plazas
fértiles de la población donde hace mella estos grupos irregulares.

Así como la religión católica en la época de la Colonia, monto una
Iglesia, Choza y una Cruz en un sitio determinado, para ejercer poder
e imponer la educación escolástica en todas partes del país (no existe
hoy, un pueblo venezolano que no tenga una iglesia o capilla para que
los seguidores y feligreses profesen su fé y se mantengan en el
tiempo), la universidad de la revolución bolivariana debe influir en
cada ámbito de desarrollo nacional y funcionar en pro de la producción
del conocimiento y recreación de saberes que necesita el pueblo
venezolano; nación que resolvió ser libre, autónomo e independiente.
Incluso, la Iglesia católica en su proceso de evangelización se
apoderó de las tradiciones ancestrales culturales de la gente y las
reinventó, para apoderarse de su misterio, convirtiéndolas en
festividades religiosas y devoción a beneficio de sus intereses y así
mantenerse de generación en generación. Algo parecido, debe suceder
con nuestra formación bolivariana de corte universitario, pero,
superando el carácter escolástico e impartiéndolo como acto creador.
Es una especie de reingenería total de las lógicas, vicios, hábitos y
haceres que tiene el Capital y que el conocimiento lo reproduce para
mantener este tipo de relaciones, se trata de convertir todas estas
experiencias como empuje para que el nuevo conocimiento fluya y así
convertirnos en productores, más que trabajadores. Eso no significa
que vamos a tratar de construir todo, bajo las viejas armas melladas
del capitalismo. De ninguna manera, o no erradicar las nefastas
prácticas de la universidad colonial, tampoco. Todo lo contrario,s e
trata de reinventar, que no quede la menor duda en este planteamiento.

Por ejemplo, las escuelas y ambulatorios rurales de hoy y los grupos
escolares de ayer, integrados en Escuelas Bolivarianas y Liceos con el
proceso revolucionario, deben ser los puntos focales o plan piloto
para enrrumbar y empoderar este nuevo concepto de universidad, tan
necesaria para este momento histórico y quiebre que sufre la
revolución bolivariana de Venezuela.

Si bien el proceso de municipalización de la educación universitaria
iniciado en el año 2003, con Hugo Chávez Frias; incluye el Plan
Extraordinario de la Misión Sucre, está obligado a perfeccionarse y
pasar a otra etapa de superación de la política educativa
universitaria bolivariana, esta experiencia debe constituirse en el
núcleo de ignición de la Universidad necesaria. Es un espacio donde
puede confluir los elementos básicos de la propuesta, pero, que debe
elevarse y extenderse a los lugares más remotos de Venezuela. Esa es y
debe ser la Universidad venezolana hoy, y no la indolente que funciona
y chupa un presupuesto sin rendir cuentas a nadie, como si los
impuestos del venezolano (a) no tengan dolientes, entre otros vicios.

Insisto, es una tarea que le toca a la ANC como espacio de reflexión y
donde la vocería del sector universitario debe trabajar, incluso el
propio Presidente Nicolas Maduro, en su renovación y recuentro con la
política pública educativa (detenida por ahora).

Recordar y tener presente que el pueblo venezolano salio a votar por
la paz y estabilidad del país este 30 de julio de 2017, implica
aprehender este acto democrático y sobretodo saber interpretarlo para
ejercer acciones que satisfagan ese apoyo. Profundizar en ese mensaje,
captarlo y convertirlo en política publica revolucionaria, es un deber
de primer orden de todos los intelectuales del país. La Universidad de
hoy, no es un espacio para profesores, estudiantes, trabajadores y
obreros, no, aunque queremos que exista una variedad de ellos. La
Universidad es un ámbito donde el pueblo venezolano organizado y
ejerciendo el poder popular tipificado en ley orgánica de poder
popular y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV), decide su destino y saberes colectivos. Es y debe ser producto
de la comunidad organizada;eslabón primario del nuevo estado concebido
en el articulo 2 de la CRBV, cuyo designio y florecimiento es la
conformación de Comuna. En esto debemos profundizar ya, e iniciar con
un plan estratégico.

En la actualidad, tenemos más de un millón de profesionales
universitarios egresados de las 42 universidades creadas en
revolución, no es poca cosa. La mayoría están facultados, prestos a
cualquier llamado que haga el gobierno nacional a integrarse a una
actividad como esta (Proyecto universitario de alta envergadura). La
ANC, debe ser el catalizador de este colectivo, en términos del
mercado es una mano de obra calificada hecha en revolución y que debe
ser reutilizada, necesidad prioritaria para su reorientación y por
supuesto su profesionalización. Que tenemos deficiencias en el área
técnica y en otras, sí, no la negamos, pero, no debe ser excusa para
que en unos años no tengamos un cuerpo técnico idóneo para echar
adelante este país (reinvertir la renta petrolera ya, en los campos
del conocimiento, es una necesidad), los convenios internacionales y
alianzas estratégicas con otros países debe servir para eso; sobretodo
en este mundo globalizado y de lucha constante por la vida y
preservación de la especie humana, donde todos debemos estar
involucrados.


En resumen, tenemos de nuevo la oportunidad histórica para elevar
nuestras potencialidades y enrumbarlas a beneficio de todos. Con la
clara convicción que no es posible si tenemos 8 millones votando a
favor de la revolución bolivariana en un momento y en otros por la
oposición; otros 10 millones absteniéndose o haciéndose los
desentendidos. No pude ser, aquí debe prevalecer la mirada de la unión
como pueblo, con metas de largo alcance, sin reducir todo a una
votación, una asamblea constituyente, referendo, para la toma de
decisiones. Aunque son derechos consagrados y ganados en batalla, no
pueden ser condicionantes para decidir la nueva Venezuela que soñamos:
potencia latinoamericana y socialista. Debemos construir mayoría,
pero, no bajo las premisas del estado burgués.

Fijense, he tenido la oportunidad de caminar el país, a menudo veo un
grueso número de jóvenes que egresan de la educación básica y ahí
surge una gran interrogante ¿Qué van hacer? ¿Para dónde van esos
muchachos?. En la época de los años 80 y 90, cuando me toco culminar
mis estudios de bachillerato, surgió una inquietud en mí, y ahora qué
hago. Tenia que decidir, dedicarme a trabajar la agricultura o dejar
mi pueblo para ir a la ciudad, aventurarme para poder estudiar una
carrera universitaria. Opté por la segunda, sin demeritar la primera,
pues, esa decisión significó más tarde unirme a la lucha por la nueva
universidad, esa que construimos junto a Hugo Chávez y que repercutió
en que hoy miles de jóvenes tengan libre acceso al estudio en igualdad
de condiciones, sin más limitaciones que su vocación.

Ahora bien, la respuesta de hoy a esa pregunta, no puede ser reducida
a un empleo o Chamba, aspecto que está muy bien para efectos de la
coyuntura y respuesta a esta población juvenil que necesita su
implosión como masa trabajadora.Emplear un joven hoy, para que no
quede libre y ocioso, inactivo y convertirse en un mantenido del
hogar, es fundamental para quienes estamos dispuestos a ser un país
potencia. Dejar a un joven como estos que tenemos de la generación de
oro y que están surgiendo (pila,inteligentes, habilidosos y
creadores) a merced del bachaqueo o peor, a la delincuencia
organizada, es un problema o situación a la que debemos sumarnos
todos, pero, con un Plan a corto, medio y largo alcance, donde se
involucre todas las áreas y desarrollo potencial, desde el propio
lugar y espacio, sin que ello signifique el abandono de campo para ir
a la ciudad, todo lo contrario, debemos ser insistentes en el
desarrollo endógeno sustentable y muy agresivos en la producción
agropecuaria y textil, incluso los metales y las energías,
comunicaciones. Necesario definir la política educativa en lo básico y
estratégico; contenidos de Plan de la patria y los 15 motores de
desarrollo y el Plan Chamba ojala tenga contenido estos vértices de
desarrollo, apuesto a ello.

La universidad necesaria que propongo, conlleva en sus internalidades
esta concepción y consiste en ampliar la posibilidad de estudio y
trabajo, investigación y producción del saber, interacción social e
integración socio-comunitaria; otorgar salidas cortas y medias para el
oficio inmediato. Los INCES de todo el país, deben ser espacios de
este nuevo concepto de universidad; IPOSTEL y edificaciones de FOGADE
o cualquier institución de la municipalidad que estén inhabitadas
deben ser espacios recuperados; acondicionarlos es una tarea
inmediata. De esta manera, podríamos reimpulsar el desarrollo
socio-productivo de la juventud venezolana en aspectos tan básicos
como hacer nuestro vestido, calzado; impulso de la carpintería,
construcción, albañilería, tornería, soldadura,
electricidad,electrónica, enfermería entre otros oficios que sirven
como componentes básicos de todo aquel que decida estudiar en la
universidad necesaria. Idea que permite colocar el gran potencial que
tenemos y que esta por ahí, a la espera de una oportunidad. En
aquellas áreas que hagan falta su explotación, iniciemos con la
selección de jóvenes profesionales para enviarlos al extranjero a
especializarse, con el compromiso que a su regreso expandan ese saber
por todo el territorio nacional y así cubrir los espacios que surjan
en la propuesta de la Universidad necesaria,

Este nuevo concepto universitario, no es para que lo dirija un rector,
vicerector y un secretario general; debemos tenerlo claro, esta nueva
universidad debe funcionar como producto de la Comunidad Organizada,
cuyo estructura se genera con la mano del pueblo y sus lideres por
cada región o espacio donde funcione; valor democrático participativo
y protagonico.

Las Instituciones de Educación Universitaria (IEU), vigentes y con
experiencias municipalizadas, territorializadas deben ir avanzando
progresivamente hacia este modelo, abriendo sus espacios y expandiendo
sus accionar, de lo contrario quedarían como viejos museos de una
sociedad que las vio nacer, cuyos espacios servirían para que nuestros
nietos y futuras generaciones la observen como fósiles del
conocimiento.

El poder Constituyente y su vocería sectorial en la ANC, debe valorar
esta exigencia, ofrecer al país y al pueblo venezolano la nueva
universidad. No deben reducirse a una simple discusión bizantina de la
autonomía universitaria, cuyo concepto debe quedar ampliado y claro en
el nuevo ordenamiento jurídico, como servicio público y corresponsable
con el proyecto de país que se viene gestando; ahondar en una
propuesta capaz de erradicar toda la estructura de estos recintos, es
un algo para "ayer", cuyos designios deben estar a la orden del nuevo
concepto de Universidad que necesita la revolución bolivariana y el
mundo globalizado. Que debe ampliarse y recoceptualizarse la
definición de la democracia dentro de las universidades, si, pues la
lucha del 1x1, debe ser una realidad en cualquier elección en estas
instituciones. Que sus presupuestos deben ser ejecutados con
transparencias, si, para eso los órganos competentes y pueblo
organizado deben ejercer controlaría. Así sucesivamente, pero, hoy
este modelo debe ser superado y perfeccionado de acuerdo a las nuevas
exigencias de la realidad venezolana, sobretodo cuando somos los
osados de levantar las banderas del socialismo. La nueva universidad
venezolana bolivariana socialista debe ser creadora del conocimiento
y labor científica al servicio del pueblo y no a los intereses de la
burguesía. Aquí ,esta el reto y desafió, y donde la
reconceptualización de la educación universitaria juega un rol
determinante. En este sentido, la propuesta de la universidad
necesaria tiene cavidad, repensemósle.



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Angel Tiodardo


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