Uno de los factores decisivos para el salto de la educación pública a una educación creadora y del pueblo, es decir, a una educación del poder popular con máxima calidad pedagógica, es la formación del personal docente capaz del cumplimiento de ese objetivo. Eso va a ocurrir cuando llegue el momento transformador de la sociedad que se está incubando en la estructuración del Estado Comunal. Esos procesos dialécticos de maduración histórica tendrán lugar cuando las condiciones estén dadas para el parto de la nueva sociedad.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo se va a configurar en Venezuela el proceso educativo de la revolución bolivariana. Hay preocupación, intenciones, buenos propósitos pero no conocemos cuándo se va a producir la concreción de una nueva educación. Los estudios, investigaciones y experiencias educativas servirán para la fundamentación de una teoría educacional de la revolución bolivariana pero será el teatro de los acontecimientos el que dirá la última palabra.
La actual estructura de la sociedad sigue siendo la misma de siempre. El sistema capitalista y la dependencia del imperialismo imponen su propia cultura de dominación inscrita en la superestructura real del país existente. La filosofía de la educación neoliberal y las relaciones de producción capitalistas van siempre de la mano. Esa es la explicación de fondo por la cual la Ley de Educación Universitaria, fundamentada en las leyes del Poder Popular, fue vetada por Chávez durante el primer Consejo de Ministros del 2011, realizado en Miraflores.
La superestructura del sistema educativo universitario se correspondía con la estructura de las relaciones capitalistas de producción y al no promulgarse la LEU se ratificó esta compaginación entre la estructura y la superestructura del sistema. A mi juicio Chávez tomó la decisión equivocada al estar mal asesorado por Héctor Navarro y Luís Acuña en quienes confiaba plenamente. Las consecuencias por haberse vetado la LEU las sigue pagando la revolución bolivariana con la preponderancia de la derecha en el sector universitario conformado por las universidades dominadas por la oposición. En esta zona de influencia universitaria copada por la ultraderecha se encuentran las Escuelas de Educación más reconocidas y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador las cuales tienen a su cargo la formación docente más significativa del país.
A la derecha no le interesa formar a los docentes transformadores que hagan posible la transición de la conciencia capitalista a una nueva conciencia liberadora y socialista. Esta es una de las variables que habrá que cambiar para asegurar el éxito educativo de la revolución bolivariana.