Regreso a clases con alegría, que siga la función

Viendo y oyendo al Presidente Nicolás Maduro, después de cavilar mucho en el marco del “regreso a clases con alegría” se me ocurre que, visto que no hace falta una consulta rigurosa para concluir que ya nadie quiere a Aristóbulo como Ministro de Educación, el Presidente tiene a quien designar para que asuma la dirección del Despacho de Salas. Total todos sabemos que el negro se mantendrá leal en el gobierno, ejerciendo de cualquier cosa que se le ponga a ejercer, más sabe Aristóbulo por “político” que por maestro, que es la faceta por la cual llegó a donde está hoy el hombre.

Pero volvamos al caso de quien sustituirá al negro. Es un hombre que tiene tiempo haciendo una importante labor cultural en el país, viene del campo de la cultura y de las artes, para ser más específico hay que aclarar que es un “actor”. Bueno pero siendo más riguroso habría que decir que fue “primer actor” de muchas de las inolvidables producciones de RCTV, cosa que hay que decir por adelantado no debe desmeritar para nada sus credenciales, porque siendo así que haríamos con Román Chalbaud, el maestro Cabrujas y tanta gente genial que en la cuarta república como todo mortal que no vivía del petróleo vivía de la televisión.

Cómo garantizar 200 horas de clases en aulas este año escolar que comienza sino es haciendo de todas nuestras escuelas y Liceos grandes “teatros”. Después de 6 años de experiencia diaria, en vivo y en directo con los niños, niñas y jóvenes el ex primer actor ha demostrado tener la capacidad de dirigir el “gran teatro” de la educación venezolana que el Presidente y su gobierno aspira instaurar.

Nadie olvide además que el nombre de un venezolano insigne como lo fue César Rengifo, respalda esta gran iniciativa que desde Miraflores, además del respaldo presidencial recibe respaldo directo de la primera Combatiente Cilia.

Mientras la derecha, distraída como siempre en sus pequeñeces, sigue denunciando que a las escuelas llegarán unos tales “maestros expres”, como que si los muchachos de nuestros días fueran pendejos para querer ejercer de maestros, con las condiciones de quienes ejercen esta profesión hoy día.

Trump confesó que cuando a él le daba la loquera contra Venezuela era Bolton quien lo contenía y que por eso mismo lo echó de la Casa Blanca, pero eso no importa porque el 16 de septiembre en el marco de la alegría del regreso a clases, se anunció también un acuerdo con sectores de la oposición venezolana, que a diferencia de Guaidó y la ultra derecha no le llaman al Presidente usurpador, sino Presidente Constitucional. Que más puede pedir uno en la vida, pensará quien rige los destinos de la República Bolivariana de Venezuela.

Convirtamos nuestras escuelas y liceos en grandes teatros libres de una vez por todas y que siga la función Presidente Maduro.

P.D: El primer decreto del nuevo Ministro, además de cambiar el nombre del Despacho de Salas, contendrá las disposiciones respectivas que establezcan que la educación de Venezuela no tendrá más ningún otro avance distinto al que se logró en tiempos de Chávez.


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Juan González


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