Desde hace mucho tiempo los Estudiantes venezolanos utilizan la expresión
“terrorismo profesoral” para denotar prácticas de abuso de poder por parte
de los Profesores contra los Estudiantes. En toda relación humana se
plantea un juego de poderes. En el caso de las relaciones dentro del
salón de clases, el juego favorece a los Profesores. Los Profesores
tienen dentro del salón de clases una posición de liderazgo que si se
combina con una actitud de liderazgo y capacidad didáctica puede conducir
a los mejores niveles de calidad en el proceso enseñanza aprendizaje. Sin
embargo, la posición de liderazgo puede utilizarse con fines aviesos
distintos a los propósitos educativos.
La posición de liderazgo del Profesor tiene distintos elementos de
respaldo. En primer lugar está el conocimiento y la madurez relativa que
en general tiene el docente. En segundo lugar está el apoyo institucional
que le confieren las leyes para realizar eficientemente la labor
educativa. En tercer lugar está la autonomía de cátedra del Profesor y la
autonomía de los cuerpos deliberantes con presencia dominante de los
Profesores para dirimir los conflictos que se planteen. Pero en gran
medida, el elemento fundamental que caracteriza la posición de liderazgo
de un Profesor es su potestad para colocar calificaciones al desempeño
estudiantil. Con ello, cada asignatura puede convertirse en un hito para
alcanzar un titulo, y cada Profesor puede convertirse en escollo en el
camino.
Si la posición de liderazgo no se utiliza para procurar una educación de
calidad dentro de cada salón de clases, sino que se utiliza para imponer
criterios, para lucirse o ridiculizar al estudiante, para evitar críticas
hacia su trabajo docente, o para obtener “cosas” que de otra manera no
conseguiría, se comete un abuso de poder, se comete terrorismo profesoral.
Ejemplos de terrorismo profesoral hay muchos. Comencemos por éste: En la
primera hora de clases de un grupo de estudiantes en el básico de
Ingeniería un Profesor señala a los Estudiantes con un dedo acusador y les
dice: “...mírense las caras, la mitad de ustedes están raspados; de este
grupo, sólo tres o cuatro alcanzarán el título de Ingenieros; ustedes
están dominados por la mediocridad...” Muchos de esos estudiantes se
sintieron aterrorizados ante tal “revelación” y tal dureza de criterios
por parte de alguien que se suponía que sabía mucho.
Otro ejemplo está relacionado con la segunda expresión del título de este
artículo: el acoso político. Un Profesor pregunta en clases: “¿Quién de
ustedes es chavista? Levante la mano.” A un estudiante que tuvo la
valentía de pronunciarse le dijo: “¿Cómo es posible que usted esté de
acuerdo con este régimen que está acabando con el país?” Tras la
respuesta del Estudiante, el Profesor trató de intimidar y ridiculizar al
Estudiante diciéndole: “Usted no sabe nada.”
Quizás la forma más conocida de acoso sea la sexual. Dentro de las
prácticas aberradas de los Profesores no debe haber ninguna peor que la
conocida como “operación colchón.” Sin embargo estamos en este momento en
la presencia de una nueva forma de acoso que tiene como propósito
fundamental la de ridiculizar y amedrentar ideologías contrarias. Se
trata de la práctica fascista de imponer los criterios aprovechando un
elemento de fuerza o poder. En muchos casos el Profesor fascista hace un
supuesto llamado a la discusión sobre temas políticos, pero la discusión
no la desarrolla en el plano del respeto a la opinión de cada quien, sino
con la clara intención de aprovechar su condición de poder de humillar a
los contrarios. En otros casos, los Profesores fascistas identifican a
los Estudiantes que tienen posiciones políticas distintas para hacerles
exigencias académicas especiales, ridiculizarlos y dominarlos a través de
las calificaciones.
Aparte del acoso político por parte de Profesores, también existe acoso
político por parte de otros actores sociales. En el caso merideño es muy
sabido que el llamado Movimiento 13 tiene un gran poder en los medios de
comunicación y es bien conocido por sus prácticas patoteras. En las
Facultades de la Universidad de Los Andes donde la 13 tiene fuerte
presencia, Estudiantes, Profesores, Empleados y Obreros de otros grupos
políticos están amedrentados por las prácticas fascistas de este grupo.
Lamentablemente, en nuestra Facultad de Ingeniería, el llamado Movimiento
20 ha asimilado estas conductas y pretende forzar situaciones utilizando
el chantaje y la coerción.
En el Foro Socialista de Ingeniería manifestamos nuestro rechazo hacia
cualquier forma de Terrorismo Profesoral y de Acoso Político. En estos
momentos, notamos una terrible tendencia a las prácticas fascistas por
parte de distintos grupos políticos y actores individuales. Nuestro
llamado es como siempre a la sindéresis, a la discusión en el mejor plano
de respeto para que la verdad genere sus frutos. La auténtica libertad no
se consigue abusando de ella.
pachano@ula.ve