Este proceso electoral tiene un gran importancia, una encrucijada de concepciones, intereses, principios, ansias de poder, horizontes académicos, planes de inversión detrás de los cuales deben estar muy vigilantes empresas de la construcción, medios de comunicación, etc. Todos juegan a todo. A Nadie le interesa, como decía Romeo (de Shakespeare) a Mercucio: “Thou talkst of nothing” (“hablas de Nada”). En esta Universidad de Los Andes habito desde 1979 como estudiante, ayudante de investigación, preparador, líder estudiantil, articulista, escritor de Poesía y Docente de Aula. A Ella le agradezco haberme dado la oportunidad de aportar y aprender en Ella. También he conocido tenaces gentes, que tienen el don de la gentileza, la solidaridad, el respeto a su profesión, su talento y su obra. Algunos viejos Maestros, como Guillermo y Alicia Thiele, Hernando Track, Miguel Marciales, Perucho Rincón Gutiérrez, y otros como Belford Moré, Lopresti, Julio Carrillo, Gilberto Quintero, Briceño Monzillo, Rafael Pérez Clavier, Briceño Guerrero, Leonel Pedrique, Domingo Batista, Emilio Berrios, Alfonso Guzmán Brito, Francisco López (oncólogo) etc. He tenido el honor y el placer de conocer gente como esa y la satisfactoria certidumbre de que hay legiones de gente así. Entre los mismos empleados, a todo nivel, en Ipp, Apula, Caprof, Fonprula, Cdcht, Oap, por citar ejemplo de los muchos lugares y personas que constantemente nos ayudan a hacer nuestras vidas menos dura cada día un. gramo. Tanta gente amable, laboriosa, armoniosa y consciente de que merece un mejor presente y un mejor futuro, sea cualquiera su orientación política, religiosa, raza o condición social. Hemos aprendido a tolerar nuestras diferencias y absorber nuestras semejanzas con un fuerza que mayormente se orienta hacia lo Divino, después de haber rondado el abismo y mirado en él. Todos, con las manos puestas en la Fé y la Sabiduría del Dios que nos las puso como camino y nos infundió la fuerza, la fe, para ejercer la verdadera convivencia, digna de la mejor puesta es escena de la condición humana.
Pero queda todavía quien goza con sentirse un cascajo, y a esos habría que decirle lo mismo que Shakespeare dijo a través de Romeo: “Thou talkst of nothing”. Porque en forma baja acuden a la descalificación, a construir una imagen inmoral del adversario, se escudan en un falso puritanismo y una autocalificada honestidad, una hombría y feminidad a toda prueba (casi épica) y montan una olla al oponente para denigrar su orientación de cosas que pertenecen al territorio íntimo y libre de esta persona; sin atenerse a lo estrictamente en contienda, que es la capacidad y la manera de protagonizar un proceso de este signo. No permito que me pretendan convencer de no votar por un candidato por razones de esta índole. Me ofende sobremanera oír a alguien expresarse así de un colega o de una colega. La gente que me ha ayudado a abrir camino en este bosque de posibilidades que es la Universidad, los Maestros valiosos que evitarán siempre que la Universidad se convierta en un arenque seco, no merecen una forma de hacer política como ésta, en esta casa sagrada, sembrada entre montañas azules. Como tampoco merece el escritor Mariano Picón Salas que su frase famosa “Mérida es una Universidad con una ciudad por dentro” se convierta en símbolo y lema que permite entonces que la ciudad siga siendo, frecuentemente secuestrada por la misma Universidad, por nunca más de 50 personas. Debe cesar la destrucción de las calles, de los semáforos, la agresión a las personas, a sus propiedades, a los funcionarios policiales (tan estudiantes como nuestros muchachos y muchachas), a la Unefa o la Universidad Abierta. Este no es cualquier proceso electoral, es la hora de sentarse a discutir con el Gobierno acerca de una transformación real de importantes zonas del acontecer universitario, sin ceder autonomía, menos la Libertad; para evitar que los diques se rompan y la ciudad de la que tanto hablamos se inunde de desgracia por ceguera, torpeza, violencia y obcecación de unos pocos. Es hora de armonía aún en desacuerdo. No olviden las actuales Autoridades Universitarias que los Bolivarianos mandaron a votar por ellos sin pedir nada a cambio y eso se reveló claramente en esta elección. Todos estamos en la Universidad y todos tenemos el interés de que Ella permanezca en crecimiento constante, pues si es verdad (lo cual creo) que es la mejor del país y una de las mejores del continente, no será solamente gracias al aporte valioso de pocos reductos de Poder y Academia. La Universidad no es una máquina de fabricar cobardes. Una vez dijo Martin Luther King: “O vivimos todos como hermanos o morimos todos como idiotas”. Hay días en que no haremos otra cosa que hablar, pero hay también días en que no debiéramos hacer otra cosa que escuchar, nuestra Alma (que posee su propia memoria) y a nuestro corazón, para que nos siga gustando el sonido de la voz humana y sus sentimientos. El secreto está en No juzgar.
(*)Jefe Dpto de Literatura. ULA. Letras.
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