Con la excusa de salir a marchar por Marcel Granier y su RCTV dizque “Internacional”, los chamitos manitas blancas han vuelto a coger la calle para tratar de incendiarla. Los sucesores mediáticos de Yongo y Stalin carecen por completo de ideas y argumento, al igual que sus predecesores, también mediáticos, son como una moda que viene y se va, de manera espasmódica.
La gasolina que los inflama no es otra que los medios de comunicación. Al unísono diarios, periódicos y emisoras les ensalzan, los azuzan y estimulan a tomar la vanguardia de un movimiento opositor que no termina de conseguir liderazgo, que se estanca y empantana cada vez, y con mayor desesperación.
La estrategia macabra de los medios, nuevamente, es crear caos, zozobra, angustia y violencia. Aunque para ello tengan que poner en la primera línea de combate a tristes monigotes, imberbes, que no saben ni de dónde vienen ni para dónde los llevan.
A diferencia de otras décadas y otros tiempos, estos muchachos son absolutamente superficiales, ignorantes crónicos de su propio pasado quieren dictar cátedra de lo que ni siquiera se han preocupado por estudiar. Su concepto de Patria se limita a un Black Berry, una camioneta de última generación y ropa de marca. Para ellos el mundo comienza y termina en facebook, twitter de por medio claro está.
Crisis del capitalismo, cambio climático, pobreza mundial, subdesarrollo, intervencionismo norteamericano, imperialismo yankee, desequilibrios obscenos en el consumo de la energía mundial, causas estructurales de la violencia en nuestros tiempos, no son temas cool, para investigar, para estudiar, para analizar y mucho menos fijar posición.
Desde su óptica atrofiada por el payaso de Mac Donalds lo único que importa es luchar por un futuro, que ellos mismos no saben en qué consiste. Desesperanza y decepción provocan unos jóvenes desarraigados, castrados en su verdadera capacidad crítica y autocrítica, sumisos a más no poder y manipulados al antojo por el gran amo. Ése que pone el billete, el mismo al que han vendido, a precio de gallina flaca, el futuro que supuestamente tanto les preocupa.
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