**** La cogestión en la administración de las empresas es un camino hacia la paz, no una vía para la dictadura y el conflicto implícito en la idea de hegemonía de clases.
El vocero de CODICE señaló la semana pasada que la cogestión es el inicio de una intromisión comunista. No puede ver esta expresión de la “sociedad civil” al socialismo como una tesis política por lo menos de igual valor que el planteamiento neoliberal. Con un dogmatismo de características similares al exhibido por las manifestaciones religiosas, y al practicado por el comunismo estalinista, rechaza como “diabólico” cualquier planteamiento distinto a su credo. Obviamente una conducta antidemocrática que sigue la práctica ultraconservadora yanqui de considerar las ideologías - como si el liberalismo no lo fuese – como meros instrumentos estratégicos usados por los enemigos para debilitar su poder, directamente relacionado con un esquema de dominación. Sin dudas, con esta actitud totalmente diferente a la asumida por los pueblos civilizados europeos y asiáticos, esta organización se coloca como agente del imperialismo aristocrático que intenta ejercer la plutocracia transnacionalizada que controla el gobierno de Washington, dentro del cual el ejercicio del poder, y no la razón, es el instrumento básico para el logro del orden social .
Es tan absurdo pensar, como lo hacen los neoliberales, que el optimo interés común se obtiene a través del equilibrio del mercado logrado por el inmenso número de decisiones individuales de todos los participantes que buscan maximizar sus ganancias, como lo es creer que el control monolítico de la economía por un poder central permite alcanzar este propósito. El fracaso evidente de ambas proposiciones permite mirarlas como falaces. Ahora si se ven desde la perspectiva ultraconservadora, ellas pueden considerarse como eficaces: contribuyen a crear el orden jerarquizado, con sus desigualdades, que es el desideratum de quienes consideran “natural” esa forma de relaciones entre los integrantes del genero humano. Sin dudas, en las sociedades complejas de la actualidad sólo el debate democrático proporciona el instrumento inteligente adecuado para resolver las contradicciones que caracterizan su funcionamiento.
En ese contexto, la empresa cogestionaria es una síntesis, como también lo es la sociedad anónima, entre la propiedad privada y la común, dentro de la concepción socialista actual de una economía de equivalencias. Equivalencia absoluta entre el esfuerzo y la compensación, entre el valor y el precio. Remunera en forma equitativa el capital y el trabajo. Le da un peso al carácter regulador del gobierno, con un espacio para el funcionamiento del mercado. Desde luego, disminuye el antagonismo de clases y con ello, el conflicto y su carga de violencia. Facilita el empleo de la razón, obstaculizando el uso de la fuerza. Es el antídoto al terrorismo en todas sus formas: el terrorismo de Estado o el contestario. Es el privilegio de las relaciones cooperativas dentro de las formaciones sociales y un camino hacia la paz, que es la esencia del humanismo que ha inspirado al socialismo.